Hablando Claro

Los tiempos están cambiando. Esto no es nada nuevo, desde el comienzo de los mismos tiempos ha sido así; pero lo que parece ser realmente nuevo son las formas en que estos tiempos están presentando el cambio.

Parece ser que estamos en un callejón sin salida. Los recursos naturales han sido explotados tan indiscriminadamente y sólo en provecho de unos pocos, que se están terminando, la superpoblación mundial agrava aún más los problemas, el cambio climático sigue sin solucionarse, a pesar de que se hable mucho de ello en los foros internacionales, la economía sólo favorece a los que más tienen, como siempre ha sido, y los que tienen el dinero quieren seguir teniéndolo. Podríamos seguir así alargando la lista hasta llenar páginas enteras que daría lugar a una enciclopedia, pero ya sabemos donde parece que estamos destinados ir a parar. La destrucción del mundo tal como lo conocemos hasta ahora, parece ser que está a un sólo paso, que incluso, antiguas civilizaciones ya nos pronosticaban.

Hace algunos meses ya, el mundo occidental con todo su mecanismo económico entró en recesión, al menos según los informes de los expertos y sobre todo a la hora de mirar nuestras cuentas bancarias o sencillamente cuando vamos al supermercado para cubrir nuestras necesidades más básicas y no sólo son los alimentos, la ya famosa crisis afecta también a las necesidades de vivienda, ropa y porque no hablar de esparcimiento y diversión.

Los gobiernos del mundo parecen impotentes a la hora de resolver todos estos problemas que están afectando a sus respectivas poblaciones y algunos dicen haber tenido una esperanzadora, aunque pequeña, recuperación; que según los expertos son como espejismos en el desierto.

Hoy más que nunca urge la necesidad de mirar el presente y descartar todo aquello que no sirve, que como podemos ver son demasiadas, para crear un futuro que nos haga salir de la sensación de encontrarnos en una cuerda floja y siempre con el miedo de caer al abismo.

Pero, ¿qué es lo que no hace sentirnos así? Según está comprobado es la alienación de la especie humana la que produce este efecto. Y, ¿cómo se podría salir de esta alienación? La respuesta está en cada uno de nosotros. Esto parece ser un tópico, pero es la verdad. Nadie, repito nadie, puede salvar a nadie. Es la verdad.

En este mundo parece ser que la única libertad que podemos tener nos la puede proporcionar el dinero, y si, ya sé que habrá muchos retractores de esta idea, pero, ¿muchos de ellos serían capaces de sobrevivir sin ese invento llamado dinero?

El dinero no tiene nada de malo en sí mismo. El dinero no es más que papel y metal que sirve como intercambio de productos y servicios. De hecho, el dinero es un invento relativamente moderno, que sustituyó a otras formas de trueque, por ser más práctico y efectivo.

Ahora bien, ¿qué podemos hacer por conseguir esa "libertad" ilusoria que nos proporciona el dinero?
Estamos de acuerdo que el dinero nos da cierta libertad y la mayoria de las personas de este mundo quisieran tenerlo en la abundancia suficiente para que nunca les faltase, al menos para cubrir sus necesidades básicas, sean éstas específicas para cada persona.
Las alternativas, al menos para la mayoría, no son demasiadas. Sabemos que trabajando "honestamente", como se decía antes y ahora, no hay muchas psoibilidades. Otra alternativa podría ser, y con la que sueñan muchos, es que les "toque" cualquier tipo de loteria. También existen más alternativas, que en los últimos tiempos están teniendo cada vez menos aceptación, como son las inversiones en bolsa, planes de pensiones y cuentas bancarias con diferentes "intereses".

La libertad finaciera es necesaria y a la vez no está al alcance de todo el mundo. Es por esto que hoy en día se plantean nuevas formas de entender, vivir y manejar nuestras asuntos económicos, así como nuestras inversiones, si es que queremos subsistir ante los nuevos desafíos que se nos presentan.

Ante todo esto y teniendo en cuenta los momentos actuales que vive nuestra sociedad, les queremos presentar un modelo, que si no es nuevo, es innovador y revolucionario ante los cambios que se nos presentan.