Guerreros Viajeros
de la Madre Tierra
Si crees que puedes, tú puedes.
Si crees que no puedes... Tienes razón.
domingo, 15 de diciembre de 2024
Manipulaciones del Clima - Conferencia del Dr. Philipp Zeller, físico de la Universidad Politécnica Europea (ETH)
Geoingeniería, estelas químicas, HAARP; ¿hasta qué punto debemos tomarnos en serio este tema? Philipp Zeller, Dr. sc. nat., Dipl. Physiker ETH, también se hizo esta pregunta. Este piloto aficionado lleva casi tres décadas estudiando lo que ocurre en el cielo. Trabajó varios años en el sector de las patentes, donde descubrió información explosiva que ahora saca a la luz.
¿Qué saben ustedes sobre la manipulación meteorológica? ¿Este tema también es controvertido en su entorno y a menudo se tacha de teoría conspirativa? La siguiente presentación de un doctor en ciencias naturales en el WEFF de verano de 2022 en Davos es muy ilustrativa al respecto.
Philipp Zeller estudió Física en la ETH (Escuela Politécnica Federal) de Zúrich y es doctor en Ciencias Naturales. Como piloto recreativo, Zeller lleva más de tres décadas estrechamente vinculado a la meteorología.
A medida que pasaba el tiempo, notaba cada vez más anomalías en el cielo. Comenzó a realizar sus propias investigaciones. En particular, sobre los temas SRM (Gestión de la Radiación Solar), SAI (Inyección de Aerosoles Estratosféricos) y HAARP (Proyecto de Investigación Auroral Activa de Alta Frecuencia).
viernes, 6 de diciembre de 2024
El Miedo Vuelve Estúpida a la Gente
El contagio no es un patógeno biológico, sino una mezcla de frenesí mediático, manipulación política y decadencia social. Las comunidades se están convirtiendo en campos de batalla porque eso es exactamente lo que quieren quienes están en el poder: un mundo dividido en el que estemos demasiado ocupados peleándonos entre nosotros como para darnos cuenta de los verdaderos culpables.
Ahora bien, ¿esas personas, que suelen tener modales apacibles, se están convirtiendo en fanáticos beligerantes, mientras que los amantes de la paz están acumulando armas, preparándose no para amenazas externas, sino para conflictos internos? Es una descentralización por diseño. Los que están en el poder han aprendido que el miedo es rentable. No se trata sólo de mantenernos alerta, sino de asegurar que estemos tan consumidos por el miedo que no podamos ver los hilos que mueven los que están arriba.
Tanto la izquierda como la derecha no sólo difunden desconfianza, sino que son los cerebros de la división. Se aprovechan de nuestra desconfianza mutua, y se aseguran de que estemos demasiado distraídos por nuestras diferencias como para unirnos contra los verdaderos enemigos: la corrupción sistémica y la desigualdad económica.
Esta estrategia de control a través del miedo y la división es insidiosamente perfecta. Nos mantiene estúpidos, sí, pero lo que es más importante, nos mantiene obedientes. Mientras estamos ocupados temiendo a nuestros vecinos, los verdaderos arquitectos de nuestra caída se ríen mientras van al banco, asegurándose de que su control del poder siga siendo indiscutible.
Confundirlos, distraerlos con el ruido interminable de los ciclos de noticias 24 horas al día, 7 días a la semana y los programas de telerrealidad, convertir cada pequeño desacuerdo en una guerra en toda regla y enredarlos en debates sobre temas que, en última instancia, no importan.
La estrategia clave es la división. Dividir a la población en facciones opuestas, convencer a cada una de ellas de que la amenaza real es la otra y dejar que griten hasta quedarse roncas hasta que se vuelvan sordas a todo lo demás. En este caos, el consenso se vuelve imposible y permanecen ajenos a los tentáculos sigilosos de un estado policial hasta que es demasiado tarde.
Este es el modelo de cómo las sociedades libres se encadenan voluntariamente, permitiendo que los tiranos asciendan. No es accidental; está orquestado con precisión, pero pocos en Estados Unidos reconocen esta manipulación. Se engaña a las personas para que se vean entre sí como adversarios, canalizando su energía y recursos en elecciones, armando a la policía, tecnología de vigilancia y guerras, todo bajo la ilusión de comprar seguridad, que, irónicamente, nunca se materializa.
Mientras tanto, los verdaderos agentes del poder, aquellos que están en los bolsillos de los lobistas y las corporaciones, promueven sus agendas a un costo superior para el público. “Nosotros, los tontos” terminamos pagando las cuentas, soportando las medidas de seguridad invasivas y viviendo bajo la vigilancia constante de un estado de vigilancia.
Todos los días, los medios de comunicación alternativos nos bombardean con historias de corrupción gubernamental, mala conducta corporativa, militarización policial y extralimitación de los equipos antidisturbios. Sin embargo, estos no son solo informes incidentales; son signos de una erosión sistemática de la libertad.
Pero aún más insidioso que estas flagrantes violaciones de nuestros derechos es el lenguaje del miedo en el que se las envuelve. Es un dialecto que dominan los políticos de todo el espectro, amplificado por personalidades de los medios en sus tribunas de alta definición, explotado por corporaciones con fines de lucro e incrustado en la estructura misma de nuestro sistema legal bajo el disfraz de la seguridad.
Este lenguaje omnipresente del miedo ha dado origen a una política de intimidación cuyo único propósito es dispersar nuestra atención y dividirnos. Desalienta el pensamiento crítico, nos convierte en espectadores pasivos de nuestro propio gobierno, nos convence de que nuestro papel es simplemente culpar a los demás o dar nuestro voto a la próxima figura mesías que promete cambios pero ofrece más de lo mismo.
El miedo, sin embargo, es la herramienta probada y verdadera en el arsenal del político para expandir el control gubernamental.
La obsesión por el control, esta paranoia gubernamental, pinta a cada ciudadano como un enemigo potencial. ¿Por qué, si no, necesitarían espiar nuestras conversaciones, seguir cada uno de nuestros movimientos, criminalizar nuestra conducta, tratarnos como sospechosos y desarmarnos mientras arman a sus fuerzas hasta los dientes?
Estas estrategias basadas en el miedo están funcionando, están transformando nuestra identidad colectiva y nos hacen vernos no como ciudadanos con derechos, sino como sujetos a ser monitoreados y controlados.
El miedo y la paranoia están ahora arraigados en la psique del ciudadano, alterando nuestra percepción del mundo, de nuestros vecinos y, fundamentalmente, la forma en que nuestro gobierno nos percibe.
La historia nos enseña que los verdaderos amos del asesinato en masa y la opresión son los gobiernos, no los lobos solitarios. Los verdaderos terroristas industriales son los que visten traje o uniforme, pero sin la obediencia pasiva de la población aterrorizada, serían impotentes.
Dejen de consumir las exageradas tácticas de miedo del Estado y sus voceros de los medios masivos y “alternativos”. No permitan que los arreen con histeria por amenazas insignificantes hacia los brazos acechantes de la tiranía, que es el verdadero peligro.
Como lo ilustra vívidamente la historia, el miedo y la paranoia gubernamental son los precursores de los estados fascistas y totalitarios.
Así es como funciona: las crisis, los ataques terroristas y los tiroteos aleatorios nos mantienen en un estado de alarma permanente. Este miedo desactiva nuestra capacidad de pensar. Emocionalmente, el pánico causado por el miedo literalmente apaga la parte de nuestro cerebro responsable de la lógica y la razón. Básicamente, cuando el miedo se apodera de nosotros, nuestro pensamiento crítico se paraliza.
Un público que ha dejado de pensar independientemente es un público que se deja conducir, moldear y controlar con facilidad.
Es una falacia etiquetar al fascismo como exclusivamente de derecha o de izquierda; trasciende esas etiquetas, encarna elementos de ambas sin pertenecer a ninguna. El fascismo no pretende desmantelar las estructuras fundacionales del comercio, la familia, la religión o la tradición; en cambio, pretende dominarlas. Mantiene en su lugar lo que la población aprecia, pero bajo el pretexto de mejorar nuestro tejido económico, social y cultural, la atrapa en una red de control estatal.
Fuente: A Lily Bit
martes, 26 de noviembre de 2024
Guerra Eterna: la Permanencia del Conflicto en la Era Moderna
El filósofo Giorgio Agamben sostiene que ahora vivimos en un «estado de excepción», en el que los gobiernos utilizan la amenaza del terrorismo y la inestabilidad para justificar estados de emergencia indefinidos y acciones militares. En su opinión, esto erosiona las libertades civiles y normaliza la guerra como parte del paisaje político. ¿Hace falta decir más?
La guerra eterna es, por supuesto, una necesidad monetaria, ya que muchos países dependen de la maquinaria bélica para mantener en marcha sus economías.
Los conceptos de transhumanismo, la muerte de Dios y la guerra eterna están interconectados de forma sutil. El deseo transhumanista de trascender las limitaciones humanas puede representar, en cierto sentido, un intento moderno de llenar el vacío dejado por la muerte de Dios, ofreciendo la tecnología como la nueva fuente de sentido y trascendencia.
Mientras tanto, la persistencia de la guerra en la era moderna pone de relieve la lucha de la humanidad contra la violencia y el poder, a pesar de los avances tecnológicos y del pensamiento filosófico, así como el mantenimiento del poder del miedo en manos de quienes dirigen todo el tinglado. La ironía de todo esto es evidente en el hecho de que, sean cuales sean las fuerzas que están detrás de estos tres grandes conceptos, no son benévolas. El transhumanismo no acabará en salud sublime y vida eterna, sino en todo lo contrario: el fin de la raza humana y probablemente el fin de toda la vida en la Tierra. Esto no será un subproducto imprevisto del esfuerzo, al contrario, está en el fondo de su intención.
Sobra decir que la muerte de Dios es necesaria para introducir el transhumanismo, al igual que la guerra eterna. La guerra no es más que un vehículo para el miedo, y el miedo es un vehículo para el control total. El control total es un vehículo para la muerte de Dios y la muerte del alma que se producirá a medida que avancemos más y más hacia el transhumanismo.
No podemos permitir que esto suceda. Que Dios tenga piedad de nosotros.
miércoles, 16 de octubre de 2024
Dominar a las Masas
sus ecos de planes elitistas del pasado
La última versión del Pacto por el Futuro, presentada el 27 de agosto, guarda un parecido asombroso con las “acciones de gobernanza ambiental recomendadas” que promueve la Global Challenges Foundation. Esto no es una coincidencia, dada la tendencia de la Fundación a promover una marca de sostenibilidad que sirva a los intereses de los poderosos a expensas de los marginados.
El Pacto, cuya adopción está prevista para la Cumbre del Futuro del 22 de septiembre, es una clase magistral de retórica alarmista, que advierte sobre una “profunda transformación global” y “riesgos catastróficos y existenciales” que amenazan con sumergir a la humanidad en un “futuro de crisis y colapso persistentes”.
Pero no nos dejemos engañar por el lenguaje apocalíptico: esto no es más que un intento de afianzar aún más el status quo. Los autores del Pacto quieren hacernos creer que las “elecciones que hacemos” son las principales causas de estos riesgos existenciales, pasando convenientemente por alto el papel de las injusticias sistémicas y la búsqueda voraz de ganancias que sustentan nuestro orden económico actual.
El “terrible sufrimiento” que padecen “nuestros semejantes” no es un fenómeno natural, sino más bien una consecuencia directa de las políticas neoliberales que nos han impuesto las mismas élites que ahora afirman ser nuestros salvadores.
La “corrección del rumbo” propuesta en el Pacto es poco más que una hoja de parra, diseñada para ocultar el hecho de que el único “futuro de crisis persistente y colapso” que debemos temer es el que inevitablemente resultará del dominio continuo de las mismas estructuras de poder que nos han llevado a este precipicio.
El llamado de las Naciones Unidas a un sistema de gobernanza global actualizado, aparentemente para salvaguardar los intereses de las generaciones presentes y futuras, intenta una vez más consolidar el poder e imponer un régimen draconiano de control.
La propuesta de “gestión de shocks globales complejos” es un eufemismo para designar una mayor erosión de la soberanía nacional y la imposición de una solución única para los problemas del mundo, dictada por los mismos burócratas no electos que nos han llevado al borde del desastre.
No es coincidencia que la adopción de este nuevo marco de gobernanza tenga lugar exactamente 33 años después de que la infame “Iniciativa para la Carta de la Tierra Eco-92” circulara en una conferencia en Des Moines.
Este documento, escrito por la Secretaría del Orden Mundial del Club Cobden, dejó al descubierto las verdaderas intenciones de la élite global: imponer un régimen de control de la población, aplicado por el Consejo de Seguridad mediante una combinación de coerción económica y fuerza militar.
El lenguaje es directo e inequívoco: “el Consejo de Seguridad informará a todas las naciones que su tolerancia sobre la población ha terminado”, y que “todas las naciones tienen cuotas de REDUCCIÓN sobre una base anual” – cuotas que se aplicarán mediante “embargo selectivo o total de crédito, artículos comerciales incluyendo alimentos y medicinas, o por la fuerza militar, cuando sea necesario”.
Esta no es una receta para el desarrollo sostenible ni para la protección del medio ambiente, sino un plan para un orden mundial totalitario, en el que los derechos y las libertades de los individuos están subordinados a los caprichos de una élite autodesignada.
El hecho de que este documento haya circulado en preparación para la conferencia de las Naciones Unidas sobre medio ambiente en Río de Janeiro en 1992 es un recordatorio de que la agenda de control de la población y la gobernanza global se ha estado gestando durante mucho tiempo y que la última encarnación de esta agenda, el Pacto para el Futuro, es simplemente la última iteración de una campaña de décadas para imponer un futuro distópico a la humanidad.
En este escalofriante documento se ponen al descubierto las verdaderas intenciones de la élite mundial. El Consejo de Seguridad, dominado por las grandes potencias anglosajonas, asumiría una autoridad absoluta sobre todas las naciones, dictando cuotas de población y aplicándolas mediante el estrangulamiento económico, la fuerza militar o cualquier otro medio que se considere necesario. La noción de soberanía nacional quedaría reducida a una pintoresca reliquia de una era pasada, mientras el Consejo de Seguridad afirma su “total jurisdicción jurídica, militar y económica” sobre todas las regiones del mundo.
Pero eso no es todo: el Consejo de Seguridad también se haría con el control de todos los recursos naturales, incluidas las cuencas hidrográficas y los grandes bosques, para que sean explotados y preservados en beneficio de las grandes naciones. Esto no es más que un modelo para una cleptocracia global, en la que se saquean los recursos de la mayoría para enriquecer a unos pocos. Los documentos revelan una visión del mundo en la que los fuertes hacen lo que quieren y los débiles sufren lo que deben.
El velo del secreto se ha levantado, apenas un poco, sobre los Cobden Clubs, un grupo de expertos que difundía la ideología del “sistema racial anglosajón” británico. Un documento filtrado, cortesía del ingenioso compañero del consultor empresarial George W. Hunt, ha arrojado luz sobre la verdadera naturaleza de esta reunión de élite. El contenido de este documento es un importante recordatorio de que la búsqueda de poder y control no conoce límites, ni siquiera los de la decencia o la moralidad.
Las inquietantes similitudes entre las reflexiones de los Clubes Cobden y las recientes propuestas de la Fundación Desafíos Globales, el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y la Universidad de las Naciones Unidas son una dura advertencia de que, cuanto más cambian las cosas, más siguen siendo iguales.
La población mundial ha crecido de 5.400 millones a 8.200 millones desde 1991, y sin embargo, las soluciones que ofrecen estos autoproclamados guardianes del planeta son nada menos que draconianas. Se han quitado los guantes y las verdaderas intenciones de estas organizaciones han quedado al descubierto.
La propuesta conjunta de estas organizaciones es una clase magistral de doble discurso, un ejercicio cínico de rebautizar la misma vieja búsqueda de poder como un esfuerzo benévolo para “proteger” a la humanidad.
El concepto de “bienes comunes globales”, que en su día fue una idea noble, ha sido secuestrado para justificar la gestión colectiva del aire que respiramos, el agua que bebemos y la tierra que habitamos. La atmósfera, la hidrosfera, la biosfera, la litosfera y la criosfera están todas bajo la gestión, el control y el dictado de una camarilla de élites autoproclamadas. La pregunta es: ¿quién decide qué constituye un “punto de inflexión peligroso” y quiénes serán los beneficiarios de este gran experimento de gobernanza global?
El canto de sirena de la gobernanza global nos llama, prometiendo una sinfonía armoniosa de regulación y control, todo en nombre de la protección de los “bienes comunes del planeta”. Pero si rascamos un poco más la superficie, se hacen evidentes las verdaderas intenciones de este gran plan.
La estructura de gobernanza “anidada” propuesta, con sus múltiples capas de regulación y supervisión por parte de un organismo de gobernanza global, es simplemente un modelo para un régimen totalitario. La fragmentación de la soberanía nacional y los enfoques compartimentados de la protección ambiental deben ser reemplazados por una solución monolítica, de talla única, dictada por una élite autodesignada.
¿Y quiénes son los arquitectos de este gran plan? La Fundación Desafíos Globales, fundada por el multimillonario financiero László Szombatfalvy, con su objetivo declarado de desarrollar “modelos mejorados de toma de decisiones globales”. Mejorados, es decir, para el beneficio de la élite global, no de las masas.
La solución propuesta a este “problema” inventado de la “ superpoblación ” es un ejemplo escalofriante del impulso totalitario en acción. Un nuevo tratado global, que obligue a los países a fijar objetivos de población cada cinco años y un plan para alcanzarlos, no es nada menos que una receta para la ingeniería demográfica a escala global.
Los ecos de la eugenesia y el control social son ensordecedores, y cabe preguntarse quién decide quién vive, quién muere y quién se reproduce. La respuesta, por supuesto, son los autoproclamados guardianes del planeta, que no se detendrán ante nada para imponer su visión retorcida a la humanidad.
La Fundación Desafíos Globales parece ser un caballo de Troya para una agenda mucho más insidiosa. Los escarceos de Szombatfalvy con el presidente del Club de Roma, Anders Wijkman, y su generosidad con el Proyecto de Superpoblación delatan una profunda afinidad con la cosmovisión maltusiana, una filosofía que considera a la humanidad como una plaga sobre la Tierra y busca imponer controles draconianos al crecimiento demográfico.
La extraña resonancia entre las opiniones de Szombatfalvy y las de los “patriotas raciales británicos” y los “patrocinadores vivos de la voluntad del gran Cecil Rhodes” es más que una coincidencia. La “Iniciativa para la Carta de la Tierra Eco-92” de este último es un claro llamado a un Nuevo Orden Mundial, en el que las “Principales Naciones del Consejo de Seguridad” dictarían los términos de la gobernanza global. Esta es la receta para una oligarquía global, en la que los intereses de los pocos poderosos serían primordiales.
La participación del Real Instituto de Asuntos Internacionales (Chatham House) y su homólogo estadounidense, el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), añade otra capa de complejidad a esta narrativa.
Estas organizaciones, creadas por el Movimiento de la Mesa Redonda, fueron diseñadas para promover las ambiciones imperialistas de Cecil Rhodes y la élite británica. Su objetivo final, una federación mundial de naciones, es un eufemismo para designar un imperio global, con el eje angloamericano al mando.
La idea de que estas organizaciones son simplemente centros de investigación benignos, dedicados a promover la cooperación global, es una ficción risible. En realidad, son los instrumentos enguantados de una élite poderosa, decidida a moldear el mundo a su imagen.
Como escribió el historiador del CFR y profesor de la Universidad de Georgetown Carroll Quigley en Tragedy and Hope:
“Los objetivos principales de esta elaborada organización semisecreta eran en gran medida encomiables: coordinar las actividades y perspectivas internacionales de todo el mundo de habla inglesa en una sola (que, en gran medida, es cierto, sería la del grupo de Londres); trabajar para mantener la paz; ayudar a las áreas atrasadas, coloniales y subdesarrolladas a avanzar hacia la estabilidad, la ley y el orden y la prosperidad siguiendo líneas algo similares a las que se enseñaban en Oxford y la Universidad de Londres”.
El mundo enrarecido de la élite del poder es un reino de paradojas, donde “caballeros amables y cultos” con una inclinación por las cosas buenas de la vida esconden una vena maquiavélica. La caracterización que hace Quigley de estos individuos como “muy preocupados por la libertad de expresión de las minorías y el imperio de la ley para todos” es una subestimación magistral, pues es precisamente esta fachada de benevolencia la que oculta sus verdaderas intenciones. Sin embargo, su deseo de anonimato es un indicador revelador de la naturaleza engañosa de sus esfuerzos.
El Centro Stimson, actor clave en los preparativos de la Cumbre del Futuro, es un auténtico nexo de poder, cuyos fundadores, Barry Blechman y Michael Krepon, son miembros del CFR.
El patrocinador homónimo del centro, Henry Stimson, fue un fiel defensor del CFR, y su mandato como Secretario de Guerra de los EE. UU. durante la Segunda Guerra Mundial sólo sirve para subrayar la profunda influencia de la organización en los pasillos del poder.
Un buen ejemplo es la relación incestuosa del CFR con el grupo de expertos Comisión Trilateral, fundado por David Rockefeller. Todos los presidentes del CFR desde Rockefeller han sido miembros de TriCom, una auténtica puerta giratoria de corredores de poder.
El actual presidente del CFR, David Rubenstein, es un claro ejemplo de este fenómeno, con su doble función de presidente del Carlyle Group y miembro del consejo de administración del Foro Económico Mundial. Esta última organización, principal fachada oficial de las actividades de estos grupos, es un auténtico centro de intercambio de información sobre la agenda global de la élite del poder. Los hilos de influencia que unen a estas entidades forman una compleja red de poder, diseñada para atrapar y manipular a la política global.
El Cuarto Congreso Mundial de Naturaleza, una reunión de la élite del poder en 1987, fue una experiencia reveladora para George W. Hunt, un voluntario que se topó con una camarilla de individuos influyentes empeñados en remodelar el mundo a su imagen.
La conferencia fue un auténtico "quién es quién" de la Comisión Trilateral, con la asistencia de personalidades como David Rockefeller, Edmond de Rothschild y Maurice Strong. La presencia del presidente del FMI, Michel Camdessus, y del presidente del Banco Mundial, Barber B. Conable, Jr., no hizo más que subrayar la gravedad de los debates.
Mientras Hunt escuchaba los debates, le sorprendió el cinismo y la insensibilidad de los asistentes. Los comentarios del banquero de inversiones canadiense David Lank, en particular, fueron una cruda ilustración del desprecio con el que estas personas veían al ciudadano común.
La sugerencia de Lank de que la agenda de la conferencia fuera “vendida” al público a través de un proceso que pasara por alto la democracia, para que no “devorara demasiados fondos para educar a la carne de cañón que, por desgracia, puebla la Tierra”, fue una escalofriante admisión del desdén de la élite por las masas.
El uso del término “carne de cañón” para describir a la población en general fue un ejemplo particularmente flagrante del lenguaje deshumanizador empleado por estos individuos, que veían el mundo como un mero tablero de ajedrez que podían manipular para sus propios fines.
El Cuarto Congreso Mundial de Tierras Silvestres fue, en efecto, una reunión de los sumos sacerdotes del Nuevo Orden Mundial, que se consideraban los únicos árbitros del destino del planeta. Su visión era la de un mundo en el que las masas se veían reducidas a meros peones, a ser arreadas y controladas por una élite autoproclamada.
La conferencia fue un recordatorio de que la obsesión de la élite del poder con la protección del medio ambiente no era más que un caballo de Troya para una agenda mucho más siniestra, que amenazaba la esencia misma de la democracia y la libertad individual.
David Rockefeller escribió en el libro de la conferencia Para la conservación de la Tierra:
“Sin embargo, es totalmente erróneo atribuir toda la culpa de la conducta ambiental inaceptable a la industrialización o a las grandes corporaciones. Gran parte de la devastación del medio ambiente mundial, especialmente en el mundo actual, se debe a individuos que carecen de energía y que están atrapados en una pobreza absoluta. La deforestación, por ejemplo, es a menudo más el producto de las acciones desesperadas de los pobres que de la explotación irresponsable de los gigantes industriales. Alrededor del 70 por ciento de la población mundial, en rápido crecimiento, depende actualmente de la leña para cocinar y calentarse. Las consecuencias de este hecho son poco menos que desastrosas”.
La superclase ultra rica, con su desapego olímpico de las luchas del hombre común, parece albergar un profundo desdén por los pobres, a quienes ven como nada más que una molestia a la que hay que manejar y controlar.
Los pobres, a sus ojos, son la encarnación de todo lo que está mal en el mundo: contaminan, emiten carbono y destruyen el orden natural. Son el “otro”, el enemigo de la Tierra, y deben ser gobernados por los “reyes filósofos ilustrados” que saben lo que es mejor para ellos.
El informe de la Comisión Trilateral, Más allá de la interdependencia , es un manifiesto para este nuevo orden mundial, en el que las “prácticas comerciales sostenibles” de los ultra ricos salvarán al mundo de los estragos de los pobres.
Se trata de un documento cínico y egoísta, diseñado para justificar el dominio continuo de la élite sobre las masas. Los autores del informe, sin duda, se consideran los guardianes del planeta, encargados de la noble misión de salvar al mundo de las tendencias destructivas de los pobres.
El primer Congreso Mundial sobre Naturaleza, celebrado en Sudáfrica en 1977, fue un acontecimiento decisivo en el desarrollo de este nuevo orden mundial. La presencia del banquero franco-suizo Edmond de Rothschild y del conservacionista sudafricano Ian Player no fue casualidad, dada la larga historia de colaboración entre la familia Rothschild y la empresa sudafricana de diamantes De Beers. La elección del lugar también fue probablemente deliberada, dado el papel de Cecil Rhodes en la creación de un monopolio sobre el comercio mundial de diamantes.
Rhodes, el archi-imperialista, tenía la visión de un mundo en el que el dominio británico era supremo y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para lograrlo. Su “Sociedad Secreta”, creada con el objetivo de promover los intereses británicos y sentar las bases para un nuevo orden mundial, fue un precursor de la obsesión de la élite moderna con la gobernanza global.
El hecho de que Rhodes haya podido expropiar tierras a los africanos negros e instigar la colonización de Rhodesia (hoy Zimbabwe) con impunidad es un duro recordatorio de la naturaleza brutal y explotadora del imperialismo. Y, sin embargo, ese es el legado que la élite moderna intenta seguir construyendo con su discurso sobre “desarrollo sustentable” y “ciudadanía global”.
sábado, 12 de octubre de 2024
Estallar la Burbuja de la Inteligencia Artificial
La industria de la “IA”, en su trayectoria actual, no sólo está al borde del abismo, sino que está inflando activamente su propia versión de la burbuja puntocom: un espectáculo de exceso especulativo donde la única certeza es el estallido inminente. Estamos presenciando una era en la que las empresas, envueltas en el atractivo de la innovación futurista, se precipitan hacia la quiebra, dejando tras de sí un rastro de inversores desilusionados y promesas incumplidas.
La industria de la “IA”, en su trayectoria actual, no sólo está al borde del abismo, sino que está inflando activamente su propia versión de la burbuja puntocom: un espectáculo de exceso especulativo donde la única certeza es el estallido inminente. Estamos presenciando una era en la que las empresas, envueltas en el atractivo de la innovación futurista, se precipitan hacia la quiebra, dejando tras de sí un rastro de inversores desilusionados y promesas incumplidas.
La IA, anunciada como el presagio de un nuevo amanecer para la humanidad, hasta ahora ha ofrecido poco más que un espejismo de progreso, palabras de moda y precios bursátiles inflados.
La idea de que la IA pueda alcanzar un mínimo de humanidad no es sólo optimista, sino fundamentalmente absurda. La IA carece de la esencia de lo que nos hace humanos: alma, espíritu, el inexplicable quantum de conciencia.
Decir que su “IA” es “inteligente” es denigrar el término en sí. Aquí estamos, vendidos en la estafa más sofisticada del siglo, donde el aceite de serpiente no es sólo astuto; es digital, es omnipresente y se vende con la promesa de resolver problemas que probablemente amplificará.
En esencia, se trata de una forma sofisticada de procesamiento de datos: el aprendizaje automático, rebautizado con el nombre de "IA". No hay conciencia, ni comprensión, ni creatividad genuina; solo algoritmos que procesan grandes conjuntos de datos, a menudo recopilados sin consentimiento, para generar resultados que imitan la creación o la toma de decisiones humanas.
En esencia, los sistemas de IA, incluidos los que generan texto, arte o música, no son creadores sino imitadores sofisticados. Funcionan reconociendo patrones en los datos, que a menudo incluyen propiedad intelectual obtenida sin permiso. Esto no es inteligencia, es replicación de patrones a gran escala.
El término "inteligencia artificial" sugiere una apariencia de procesos cognitivos similares al pensamiento humano, pero lo que tenemos son algoritmos que predicen y generan basándose en patrones preexistentes, no en pensamientos originales.
Decir que estos sistemas son “inteligentes” exagera lo que realmente logran. La inteligencia implica comprensión, empatía, razonamiento y conciencia del contexto, cualidades que la IA no posee. Lo que hace la IA es predicción estadística, no comprensión. Cuando una IA gana al ajedrez o al Go, no es porque entienda el espíritu o la historia del juego, sino porque ha procesado millones de partidas para determinar la jugada óptima en cualquier escenario dado.
El incesante redoble de tambores que anuncia la era de la Inteligencia Artificial ha ido creciendo hasta convertirse en una cacofonía de exageraciones, en la que la mera mención de la IA evoca imágenes de una utopía o distopía inevitable, según quién cuente la historia. Se nos dice que nos inclinemos ante el altar de esta nueva deidad tecnológica, pero, si lo examinamos más de cerca, el ídolo no solo parece hueco, sino también algo cómico en sus afirmaciones.
La IA, tal como la presentan los heraldos de Davos y otros cónclaves similares de la autoproclamada élite, se presenta como el heraldo de la “cuarta revolución industrial”. Este término, que rezuma promesas de transformación, sugiere un salto hacia un futuro en el que la IA transformará a la humanidad. Pero, ¿dónde están, dígame, estos cambios monumentales?
La llamada revolución es simplemente una campaña de marketing bien financiada, no un cambio sustancial en la estructura de la vida cotidiana o el avance económico. En lugar de ver a la IA liderando profundos avances sociales o científicos, vemos un patrón de expectativas redefinidas. Los objetivos no solo se han movido; están en un estado de cambio perpetuo, lo que garantiza que todo lo que la IA logre lograr en la actualidad pueda etiquetarse como revolucionario. Esto no es innovación; es una ilusión, diseñada para mantener el flujo de fondos y el asombro del público.
Pensemos en las pontificaciones de figuras como Yuval Harari, que habla de la IA con la reverencia de un sumo sacerdote, pero que, cuando se le presiona, su narrativa da giros. La IA no necesita ser sensible, afirma, como si la esencia de una deidad no residiera en su conciencia sino en su destreza computacional.
Aquí radica la ironía: por un lado, la IA es el dios omnipotente de nuestro nuevo orden mundial; por otro, está despojada de las cualidades mismas que podrían justificar tal estatus divino.
La IA de Harari es un dios de la conveniencia, poderoso pero carente de las cualidades que definen la vida o la inteligencia. No se trata del amanecer de una nueva especie, sino de la reorganización de algoritmos que conocemos desde hace décadas, que se venden bajo el disfraz de la evolución divina.
¿Dónde están las manifestaciones prácticas de esta supuesta singularidad? ¿En los vehículos autónomos que todavía no pueden soportar un día lluvioso sin la intervención humana? ¿En los robots de atención al cliente que hacen que uno pase por ciclos interminables con menos eficiencia que un humano con un teléfono? Los avances, si nos atrevemos a llamarlos así, son, en el mejor de los casos, graduales y, desde luego, no son los avances que cambiarán paradigmas como nos han prometido.
Lo que se nos ofrece no es el surgimiento de una nueva inteligencia, sino la imposición de una dependencia diseñada. La IA, tal como se la promociona hoy, no es la precursora del pensamiento o la innovación, sino una mera cámara de resonancia de la contribución humana, carente de la chispa de la verdadera creatividad o comprensión.
Sin embargo, este es precisamente el panorama en el que los globalistas pueden plantar su bandera de control. Al convencer a las masas de la infalibilidad de la IA, crean una realidad en la que sus algoritmos no sólo ayudan, sino que dictan, conduciendo a la sociedad no hacia la iluminación, sino hacia una penumbra de dependencia. La seducción de la IA para el profano no reside en sus capacidades, sino en sus promesas de una vida sin el peso de la toma de decisiones o el trabajo de aprender.
Este es el truco de magia globalista: ofrecen un futuro en el que la libertad frente a la responsabilidad se vende como el máximo lujo, pero esta libertad se produce a costa de la autonomía. Es un pacto fáustico: intercambias tu capacidad de acción por conveniencia y, al hacerlo, te vuelves cómplice de tu propia subyugación a un sistema que afirma saber más.
Pensemos en las aplicaciones prácticas de la IA, o en la falta de ellas. Se nos dice que la IA está revolucionando campos como la atención sanitaria, pero ¿dónde están los frutos de esta revolución? En un país donde las herramientas de IA son supuestamente las más avanzadas, la esperanza de vida disminuye, no aumenta. Esto no es un testimonio de la destreza de la IA, sino de su impotencia. Si la IA fuera la panacea que se dice que es, ¿no veríamos una población prosperando, no simplemente sobreviviendo?
El renacimiento prometido por el WEF y sus similares no es un renacimiento a través de la tecnología, sino una regresión a un mundo donde la creatividad humana se externaliza a máquinas que pueden imitar, pero nunca innovar verdaderamente.
El giro en la narrativa de la IA como sucesora consciente de la humanidad a un mero engranaje en la digitalización de todos los aspectos de la vida delata una constatación entre la élite: su deidad digital no despertará. Por lo tanto, la estrategia cambia: si la IA no puede llevarnos a un nuevo amanecer, entonces dejémosle atarnos a un eterno ahora, donde cada aspecto de la vida está mediado por algoritmos. No se trata de mejorar la capacidad humana, sino de envolver la existencia humana dentro de una matriz digital, donde la dependencia se convierte en la nueva normalidad.
Lo que está ocurriendo no es el empoderamiento de la sociedad a través de la tecnología, sino la creación de una sociedad que dependa de la tecnología para pensar, decidir y existir. Esta dependencia artificial no es solo un subproducto de la integración de la IA en nuestras vidas; es el propósito mismo de la misma.
En este escenario, la IA no necesita ser inteligente, sólo tiene que ser indispensable. Y ahí reside el verdadero peligro: no en que las máquinas se vuelvan como nosotros, sino en que nosotros nos volvamos como máquinas, predecibles, programables y perpetuamente al servicio de quienes escriben el código.
La universidad se ha convertido en una mera cadena de mediocridad. Los graduados de hoy, con sus diplomas en la mano, a menudo entran en el mercado laboral con una ineptitud asombrosa que debería alarmarnos a todos. ¿Por qué? Porque la educación superior se ha convertido en un cóctel diluido de cámaras de resonancia ideológicas y programas de estudio degradados, a cargo de profesores que a menudo están más interesados en promover agendas que en fomentar el intelecto genuino.
Pensemos en esto: ahora tenemos una generación que puede navegar por cualquier aplicación, pero no puede hervir un huevo ni cultivar un tomate, gracias a la seductora facilidad de las comodidades modernas. Estos jóvenes adultos, o deberíamos decir, "adultos", han subcontratado sus habilidades de supervivencia a la tecnología. Desde la agricultura hasta la amistad, todo está mediado por pantallas y algoritmos. ¿Es esto evolución o estamos presenciando la atrofia de la capacidad humana bajo la apariencia de progreso?
Ahora bien, descartemos la idea de que la IA es el presagio de un futuro utópico. La IA, anunciada como la cumbre de la sabiduría colectiva, no es más que una cámara de resonancia seleccionada que refleja únicamente lo que sus creadores consideran valioso. Ahí radica el insidioso peligro: en un mundo en el que la IA se convierte en la principal fuente de "conocimiento", la diversidad de pensamiento no sólo se ve sofocada, sino erradicada sistemáticamente.
Imaginemos un mundo en el que cada consulta devuelva la misma respuesta políticamente correcta y depurada, moldeada por quienes controlan el código. No se trata sólo de una pérdida de autonomía personal, sino de la programación del pensamiento social.
La debacle de la COVID-19 fue un anticipo de esta distopía. En este caso, las grandes empresas tecnológicas no solo nos dieron un empujón, sino que nos empujaron hacia una única narrativa, enterrando verdades bajo montones de contenido patrocinado. ¿Fue esto por nuestra seguridad o fue una prueba para controlar el asunto? Cuando la IA dicta la narrativa, no solo estamos perdiendo el debate; ni siquiera se nos permite saber que se está desarrollando un debate.
Esta marcha incesante hacia la comodidad, hacia dejar que las máquinas piensen por nosotros, no sólo nos está despojando de nuestras habilidades, sino de nuestra propia humanidad. Estamos en un camino en el que la comodidad pisotea la competencia, en el que lo "más fácil" erosiona nuestra esencia. Pero seamos claros: lo más fácil nunca fue sinónimo de lo mejor. Es una mentira seductora, que nos está llevando a la ruina intelectual y tal vez existencial.
Imaginemos las consecuencias para la persona promedio cuando la IA, ese supuesto árbitro imparcial de los hechos, comience a dar forma al discurso científico. Si la IA declara que el debate sobre el cambio climático ha terminado, presentándolo como un caso cerrado en el que no hay lugar para el escepticismo ni para datos alternativos, entramos en un terreno en el que la investigación científica no solo se desalienta, sino que se vuelve invisible.
La IA no muestra los disidentes, las anomalías ni los científicos que cuestionan la narrativa dominante. ¿Por qué? Porque está programada para priorizar el consenso sobre la controversia, pintando así una imagen monocromática en lo que debería ser un debate vibrante. ¿El resultado? Una población que cree que está informada cuando, en realidad, solo está adoctrinada.
El fiasco con la inteligencia artificial Gemini de Google no fue sólo un error o un descuido; fue una prueba accidental de cómo la IA puede utilizarse como arma para reescribir la realidad, distorsionando la historia a través de la lente de la corrección política actual.
Cuando la IA empieza a fabricar imágenes históricas que se ajusten a una narrativa de diversidad, no solo estamos viendo una tergiversación, sino que estamos presenciando la manipulación deliberada de la memoria cultural. ¿Qué será lo próximo? ¿Tendremos "pruebas" generadas por IA que respalden cualquier narrativa que los que están en el poder quieran propagar?
No se trata de un mero revisionismo histórico, sino de la creación de una nueva realidad digital en la que los hechos son tan maleables como la arcilla. Y no nos dejemos llevar por el mito de la autonomía de la IA. Que los desarrolladores se muestren impotentes ante las acciones de sus creaciones no es otra cosa que una abdicación conveniente de la responsabilidad.
La IA hace lo que se le dice o, más precisamente, lo que se le ha programado para que haga. La afirmación de que es impredecible es una cortina de humo para ocultar los hilos que todavía están en manos de sus programadores. Siempre hay un plan y es ingenuo pensar lo contrario.
En esencia, el impulso a la adopción generalizada de la IA por parte de entidades globalistas no tiene como objetivo mejorar la capacidad humana, sino reducirla. Se trata de crear una dependencia tan profunda que el acto de pensar se convierta en una reliquia del pasado.
Cuando la IA se convierte en el guardián del conocimiento, la educación y la historia, no solo estamos ante un futuro de conveniencia; estamos ante el cañón de la sumisión intelectual.
El espectro de la IA, como sugiere Harari, no necesita manifestarse en robots tipo Terminator para dominar; su poder reside en su ubicuidad y en la ilusión de benevolencia. Es el truco definitivo: hacernos creer que estamos abrazando el progreso cuando en realidad estamos renunciando al control de nuestras propias mentes.
El camino que elijamos podría muy bien determinar si las generaciones futuras reconocerán el valor del pensamiento independiente o si simplemente le pedirán a la IA que piense por ellas, felizmente inconscientes de la libertad que han perdido.
Fuente: A Lily Bit
martes, 3 de septiembre de 2024
Asegurando el Velo
Participar en un discurso sobre la manipulación social, la mecanización de sociedades enteras y la orquestación de sistemas sociales automatizados (denominados "armas silenciosas") a escala nacional o global implica inevitablemente objetivos ambiciosos de control y extinción de la existencia humana, imponiendo efectivamente la servidumbre y el exterminio.
Este manual, por su propia naturaleza, es un manifiesto simbólico. La necesidad de su confidencialidad es indiscutible. De lo contrario, corre el riesgo de ser identificado como una proclamación oficial de guerra interna. Además, siempre que un individuo o un grupo de individuos que ejercen un poder sustancial emplean tales conocimientos y metodologías con el propósito de conquistar la economía, sin la plena comprensión o aprobación del público, debe reconocerse un estado de guerra interna entre dichos individuos o grupos y el público en general.
Resolver los intrincados dilemas del presente exige un enfoque caracterizado por una franqueza absoluta, sin caer en vacilaciones arraigadas en construcciones religiosas, morales o culturales.
Su inclusión en esta tarea es el resultado de su capacidad para analizar objetivamente la sociedad humana, diseccionándola con precisión objetiva y, sin embargo, compartir sus evaluaciones y conclusiones con colegas de calibre intelectual comparable sin renunciar a la discreción ni a la humildad. Tales virtudes están al servicio de sus propios intereses. No se desvíe de ellas.
lunes, 29 de abril de 2024
Ingeniería Genética en Humanos
Ingeniería Genética
En 2019, un nuevo tipo de tecnología de vacunas, la tecnología de vacunas de ARNm, se utilizó en humanos por primera vez durante la pandemia de coronavirus. Ya entonces, los médicos advirtieron que esta nueva tecnología se estaba utilizando como campo de experimentación en toda la humanidad ¡sin que se hubieran realizado estudios científicos serios sobre sus consecuencias!
Hoy, casi cuatro años después de la introducción de esta tecnología de vacunación, casi todos los temores sobre las consecuencias de esta tecnología basada en el ARNm se han hecho desgraciadamente realidad. El biólogo molecular Prof. Dr. Klaus Steger y la Prof. Dra. Alexandra Henrion-Caude, especialista en el campo del ARN y la epigenética han resumido en un informe los últimos resultados de la investigación sobre la tecnología de vacunas basada en el ARNm, titulado: La tecnología de las "vacunas" basadas en el ARNm: ¡Se acabó el juego!
Antes de resumirlo brevemente, algunas explicaciones conceptuales.
La vacunación corona con ARNm ya no se denomina vacunación, sino tecnología de vacunación basada en ARNmod utilizado en humanos. ARNmod porque se trata de ARNm producido artificialmente que no puede compararse con el ARNm humano del organismo.
Según la bióloga Prof. Dra. Ulrike Kämmerer, la vacuna corona tampoco debería llamarse vacuna.
La Dra. Kämmerer dijo lo siguiente en una entrevista: “No es una vacuna en ese sentido, es ingeniería genética. Tampoco es una terapia génica, porque no se está tratando nada, pero es ingeniería genética. Es una aplicación de ingeniería genética y mientras que una vacuna real implica inyectar un patógeno muerto o una estructura, es decir, una proteína de un patógeno, yo tengo una cantidad definida que ya no puede multiplicarse en el cuerpo y que acabará descomponiéndose y entonces sólo queda la respuesta inmune, por así decirlo. Pero ahora estoy obligando a las células humanas a actuar como estas bacterias en el propio fermento, es decir, a producir primero las vacunas reales, sin saber cuán eficaces serán, cuánto durarán, si durarán toda la vida, si se abrirán camino en el núcleo de la célula. Esto significa que todas las personas que reciben estas inyecciones, incluidas las futuras vacunas, son inicialmente organismos modificados genéticamente de forma involuntaria."
A continuación se resumen los resultados de los estudios.
La tecnología del ARNm en forma de vacunas puede provocar en los seres humanos lo siguiente:
- Inflamación crónica en cualquier órgano del cuerpo, por ejemplo, inflamación del músculo cardíaco y del pericardio.
- El modARN puede integrarse en el ADN de las células humanas. Si esto tiene lugar en células germinales masculinas o femeninas, se altera el genoma de las generaciones futuras.
- ¡La tecnología de la vacuna modRNA o la incorporación de modRNA en las células del propio cuerpo puede dar lugar a nuevos tipos de cáncer y acelerar el cáncer en personas que ya lo padecen!
A continuación se reproducen algunos puntos del folleto de forma abreviada
1. Esto es lo que dicen: "Es una vacuna".
No es una "vacuna" porque cumple todos los criterios de un producto modificado genéticamente. Contiene ARNm modificado producido sintéticamente, ARNmod, empaquetado en nanopartículas lipídicas que transportan el ARNmod a nuestras células.
2 Dicen: "Es ARNm".
No es ARNm, sino un ARNm modificado, ARNmod. Aunque este modARN producido sintéticamente imita al ARNm natural, tiene propiedades completamente diferentes:
- A diferencia del ARNm natural, que se degrada rápidamente, el ARNmod de las "vacunas" Covid-19- se ha detectado en la sangre hasta 28 días y en los tejidos hasta ocho semanas. Se ha demostrado que la proteína spike, formada por el modARN inyectado, circula en la sangre hasta seis meses.
- El ADN también está presente en las vacunas, algo totalmente inesperado. Se han encontrado grandes cantidades de impurezas de ADN en lotes de vacunas, cuyos efectos son preocupantes según nuestros conocimientos científicos actuales. Pueden representar una alteración de la regulación genética y un riesgo de integración en nuestro genoma.
3 Dicen: "La vacuna se queda en el músculo".
- La "vacuna" nunca estuvo destinada a permanecer en el músculo, sino a entrar en el torrente sanguíneo, los ganglios linfáticos e incluso la leche materna.
- A diferencia de las partículas de las vacunas convencionales, las nanopartículas lipídicas que contienen el modRNA no permanecen en el torrente sanguíneo. En principio, pueden penetrar en todas las células del cuerpo, incluidos órganos vitales como el corazón, el cerebro, el hígado, los riñones, los pulmones, el bazo, el estómago, los ovarios y los testículos.
- Las nanopartículas lipídicas son altamente proinflamatorias y tóxicas. Por tanto, las inyecciones repetidas aumentan el daño a nuestras células y pueden incluso provocar su muerte prematura.
- Los efectos secundarios graves más frecuentes son la miocarditis y la pericarditis, es decir, la inflamación del corazón, sobre todo en personas jóvenes. La inflamación se debe probablemente a un ataque autoinmune contra las células del corazón que han absorbido las partículas inyectadas y expresado la proteína espiga.
5. Dicen: "El ARNm no puede integrarse en el ADN".
- El modARN de la vacuna puede integrarse en el ADN porque se encontró una secuencia parcial del mismo en las células sanguíneas de los pacientes.
- Los contaminantes de ADN encontrados en las inyecciones de modARN de BioNTech Pfizer contienen una secuencia del virus del mono consistente en la secuencia promotora del virus simio 40, que se sabe que promueve el transporte de ADN al núcleo celular. Esto aumenta el riesgo de integración de este ADN extraño en el genoma de nuestras células con consecuencias imprevisibles.
- Si uno de estos acontecimientos tiene lugar en las células germinales masculinas o femeninas implicadas en la fecundación, también se alterará el genoma humano de la descendencia.
- Cualquier integración genómica de una secuencia derivada de una "vacuna" puede conducir a la expresión de un gen extraño y a una regulación génica aberrante. Esto último puede dar lugar a la activación de oncogenes o a la inactivación de genes supresores de tumores, dos factores que favorecen el cáncer. Este riesgo se ve exacerbado por la inmunosupresión observada en muchas personas "vacunadas", que implica una defensa inmunitaria inadecuada contra las células tumorales. El resultado puede ser un "turbo cáncer".
Los resultados de la investigación científica sobre la tecnología de las vacunas de ARNm que son objeto de este informe son accesibles en todo el mundo y pueden encontrarse en Internet. Sin embargo, ¡las autoridades reguladoras y los grandes medios de comunicación no están dispuestos para procesarlos! Por favor, ¡utilicen los contactos de su entorno personal y difundan esta advertencia sobre la tecnología de vacunas basadas en el ARNm lo más ampliamente posible!
Fuentes:
Video von Dr. Kämmerer: Fremd-DNA in Corona-Impfstoffen?
Die mRNA-basierte \„Impfstoff\“-Technologie: Das Spiel ist aus!
Turbokrebs durch C-Impfung? Dr. med. Ute Krüger & Miriam Reichel
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domingo, 18 de febrero de 2024
Acción Climática
El Cambio Climático lleva años en primera línea de la agenda globalista. Es el caballo de Troya del tecnócrata antihumano.
Ya en 2010, célebres "expertos" en Cambio Climático sugerían que "los humanos no están lo suficientemente evolucionados" para combatir el cambio climático y que "quizá sea necesario aparcar la democracia por un tiempo."
Más recientemente, en 2019, Bloomberg publicó artículos con titulares como "El cambio climático acabará con la soberanía nacional tal y como la conocemos", y los académicos nos lo están diciendo:
Los estados seguirán siendo incapaces de resolver crisis mundiales
como el cambio climático
mientras no renuncien a su soberanía
Durante años se ha vendido el cambio climático como la razón por la que podríamos vernos "obligados" a abandonar la democracia o la soberanía.
Junto a esto, hay una extensa narrativa propagandística dedicada a cambiar el "cambio climático" de una cuestión medioambiental a una cuestión relacionada con todo.
Llegados a este punto, todos los gobiernos nacionales están de acuerdo en que el "cambio climático" es un problema urgente cuya solución requiere la cooperación mundial. Organizan cumbres multitudinarias en las que firman acuerdos internacionales que obligan a los estados nacionales a determinadas políticas, por el bien del planeta.
Una vez establecido ese modelo, ahora están ampliando el ámbito del "cambio climático". Convirtiendo el "cambio climático" en la respuesta a todas las preguntas:
Obviamente, el "cambio climático" siempre iba a afectar a la energía y el transporte.
Después del Covid, el "cambio climático" ya se ha rebautizado como "crisis sanitaria".
Ahora nos dicen que el "cambio climático" está generando una crisis alimentaria.
Nos dicen que el comercio internacional debe tener en cuenta el clima.
El Banco Mundial nos dice que la reforma educativa ayudará a luchar contra el cambio climático.
El Fondo Monetario Internacional nos dice que todos los países del mundo deberían tasar el carbono y, en un reciente episodio cruzado, que las CBDC pueden ser buenas para el medio ambiente.
Así es como funciona.
Agricultura y alimentación, salud pública, energía y transporte, comercio, política fiscal y tributaria, incluso educación. Casi todas las áreas de gobierno están ahora potencialmente cubiertas por el paraguas del "cambio climático".
Ya no se necesita un gobierno mundial, sólo necesitan un panel único de "expertos internacionales imparciales en cambio climático" que trabajen para salvar el planeta.
A través de la lente del "cambio climático", estos "expertos" estarían facultados para dictar -perdón, recomendar- políticas gubernamentales en casi todos los ámbitos de la vida a todas las naciones del planeta.
Otra manera de decirlo.
Es el gobierno global del mundo moderno, no centralizado sino distribuido. La computación en la nube. Un cerebro supranacional corporativo-tecnócrata. Sin existencia oficial ni autoridad, y por tanto sin rendición de cuentas, y canalizando todas sus decisiones políticas a través de un filtro: el cambio climático.
No habrá una única moneda mundial, habrá docenas y docenas de monedas digitales "interoperables" que crearán un "ecosistema de pagos armonioso". No habrá un único servicio global de identidad digital, sino una serie de "redes de identidad interconectadas" que participarán en el "libre flujo de datos para promover la seguridad".
No habrá un gobierno mundial, sino paneles internacionales de "expertos imparciales" nombrados por la ONU que formularán "recomendaciones políticas".
La mayoría o la totalidad de los países del mundo seguirán la mayor parte o la totalidad de las recomendaciones, pero cualquiera que llame a estos paneles gobiernos globales recibirá verificaciones de hechos por parte de Snopes o Politifact destacando que "los paneles de expertos de la ONU NO constituyen un gobierno global porque no tienen poder legislativo".
Así es como el gobierno global tomará forma en 2024 y más adelante. Compartimentado, totalmente negable... pero muy, muy real.
Fuente: off Guardian
lunes, 8 de enero de 2024
La Leyenda Negra Antiespañola
Parece estar de moda ahora en 2024 el culpar a España de cosas que no son ciertas y querer que pida perdón de lo que no tiene por qué, si no sabes lo que es la Leyenda Negra puedes empezar por leer este magnífico artículo.
El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), critica el revisionismo histórico con fines partidistas que se da en todo el continente americano en el artículo «Leyenda negra española»
“Se entiende como tal toda aquella propaganda creada desde el siglo XVI por Inglaterra y Holanda para desacreditar, disminuir o combatir la influencia de quien como rival comercial será el mayor beneficiario, casi absoluto, tras la conquista del Nuevo Mundo. A falta de poder enfrentarse directamente al Imperio Español, los países señalados urdieron el ataque más artero e inescrupuloso posible; por la espalda y con la imprenta como arma”
Enrique Sada, señala que el supuesto buenismo concedido a los indígenas no es más que otra manipulación histórica, pues los aztecas fueron realmente quienes masacraron a otras culturas indígenas a las que dominaban, incluyendo en sus prácticas rituales masivos y sistemáticos de canibalismo.
Obsérvese además que los virtuosos protestantes y franceses que tanto explotaron a Las Casas contra España sí realizaron muchas de las atrocidades que achacaban a los españoles y no sólo en aquellos tiempos ‘bárbaros’, sino en otros históricamente muy recientes.
Sada concluye apuntando el desarrollo de la leyenda negra en la época contemporánea, y señalando como sus últimos adalides a destacadas figuras políticas del presente como Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega, Nicolás Maduro, Pedro Castillo, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador.
“Desde la fuerza del Estado y en contubernio con propagandistas mercenarios se han dedicado a reutilizar el mito tras la careta del victimismo, ya para lucrar políticamente con la polarización de la sociedad en sus países, tanto como para distraer a la opinión pública de los problemas reales.”
Artículo original: La Leyenda Negra Española
Otros Artículos: Leyenda Negra Española
viernes, 15 de diciembre de 2023
Patología de un Sistema Político
La alarmante situación que atraviesa España no es fruto de la sorpresa con la que cae un rayo en un día soleado, sino el desencadenamiento de una tormenta que comenzó a formarse desde el momento en que se aprobó la Constitución, un texto lleno de ambigüedades, contradicciones y carencias, una «improvisación constante», como me reconoció hace tiempo uno de sus “padres”, asombrado con su posterior mitificación.
El objetivo más importante de una Constitución, esto es, la limitación del alcance del poder para evitar que la mayoría tiranice a la minoría, no se cumplió. Con todos sus méritos históricos en medio de dificultades que es fácil infravalorar a toro pasado, lo cierto es que no supo arbitrar un eficaz equilibrio de poderes ni concebir instituciones verdaderamente independientes. Entre otras cosas, hizo casi impracticable la imprescindible separación de poderes, de modo que la distinción entre el ejecutivo y el legislativo se limitó a tapizar de distinto color los asientos del Congreso (azul y rojo) y la independencia del judicial quedó seriamente mermada. Esto se confirmó cuando el Tribunal Constitucional dictaminó que la reforma del sistema de elección de jueces impulsada por el PSOE en 1985 (y mantenida por el PP con mayoría absoluta) era perfectamente constitucional a pesar de castrar dicha independencia de modo flagrante. Por tanto, la Constitución contenía ya el germen de su autodestrucción al permitir una peligrosa concentración de poder en la figura de un solo individuo, el presidente de gobierno. De este modo, la cuenta atrás de la demolición del edificio constitucional, cuyo tictac es hoy perfectamente audible, comenzó en realidad en 1978 y fue acelerada por la partitocracia que aquél instauró. Décadas de abuso por parte de los dos grandes partidos políticos en su afán colonizador del poder total hicieron el resto. Como observara Julián Marías, la Constitución no creó unos partidos para el Estado, sino un Estado para los partidos, y los parásitos han acabado controlando al huésped.
En paralelo a las deficiencias de su texto constitucional, España se ha visto enormemente debilitada por un pensamiento histórico casi hegemónico que ha retratado la Historia de España como un período oscuro que no vio el amanecer hasta 1978. Esta creencia ha logrado carcomer nuestra identidad nacional y socavar nuestra autoestima, ha dado la razón al argumentario nacionalista y ha transformado los cimientos de una nación milenaria en unos pies de barro. Así, hemos llegado a cuestionar la propia existencia de España (que no del “Estado español”) y ninguneado sus hazañas, algunas sin paragón, culminando con un Himalaya de falsedades (en acertada expresión de Julián Besteiro) sobre lo acontecido en el último siglo, desde la Segunda República a la dictadura de Franco, desde la Transición al régimen constitucional del 78, que no ha sido ni mucho menos “el período de mayor paz y prosperidad de nuestra historia”, como repiten sus propagandistas (que no son otros que sus beneficiarios).
Uno de los sesgos de este pensamiento hegemónico es la presunción de radicalidad de la “derecha” frente a una inmaculada izquierda, cuya aura de moderación choca con la evidencia empírica del último medio siglo, en el que la extrema izquierda ha monopolizado la violencia y el asesinato político. Por eso, los medios sólo hablan de la peligrosa ultraderecha y nunca de la peligrosa ultraizquierda, relato que Sánchez ha utilizado hasta la náusea de forma muy eficaz. La combinación de un débil andamiaje constitucional y de un déficit de cultura política e histórica ha abonado la llegada al poder de un psicópata armado con dinamita y dispuesto a encender la mecha entre carcajadas enloquecidas, abocándonos a una situación límite: en el último medio siglo, nunca habíamos estado tan cerca de la ruptura de la convivencia y de la tiranía. Sin embargo, cabe preguntarse si, más allá de las peculiaridades del caso español, existen elementos que permitan hablar de una crisis sistémica de las democracias occidentales, en distinto grado. ¿Son las elecciones un fraude si el candidato miente como un bellaco sobre sus verdaderas intenciones? ¿Cómo evitar que el pueblo elija a un tirano, como ha ocurrido repetidas veces a lo largo de la historia, e impedir que éste disponga de tanto poder de destrucción? Un sistema político ideal busca preservar la libertad y la dignidad del hombre, el orden social, la tolerancia en el pluralismo, el imperio de la ley y la justicia, cuyo fruto es la paz. ¿Están lográndolo las democracias occidentales del s. XXI o, en palabras de Hans-Hermann Hoppe, hemos idolatrado a un dios que nos ha fallado?
Del diagnóstico acertado de la situación depende, nada más y nada menos, el futuro de nuestra libertad. La gravedad de lo que nos jugamos hace que ya no quepa ocultarse tras las caretas e imposturas exigidas por la etiqueta de la corrección política. Diagnostiquemos, por tanto, con realismo y sin miedo la patología de nuestro sistema político, único modo de curarla.
Artículo escrito por Fernando del Pino Calvo-Sotelo
Fuente: fpcs
miércoles, 30 de agosto de 2023
El Poder de los Incorruptos
Resulta desconcertante cómo la clase dominante global, cuyo núcleo es diminuto, logra mantener al 99,9% de la humanidad bajo su dominio.
Los criminócratas utilizan todas las armas posibles para lograrlo, desde la propaganda hasta la violencia policial, desde el soborno hasta el chantaje, desde la deshonestidad hasta la deuda.
Pero una de sus principales formas de mantenernos bajo control es dividirnos en sectas y bandos rivales para que pasemos nuestras vidas atacándonos unos a otros en lugar de centrarnos en nuestros verdaderos enemigos, las personas en la cima de la pirámide global de poder.
Todos los dirigentes de las organizaciones políticas, sociales y religiosas han sido corrompidos y, por lo tanto, un gran número de sus seguidores también lo están, aunque sea de manera indirecta y provisional.
Pero muchas personas en estas diversas corrientes lo hacen por convicción honesta.
Sus corazones son puros.
Ellos son los incorruptos.
¡Imagínate si todas estas personas pudieran liberarse de las limitaciones de la lealtad política o religiosa, o de su vacilación a la hora de dar un paso adelante!
¡Imagínate el poder de una convergencia de todas estas corrientes de pensamiento incorrupto, unidas en su rechazo a la dictadura global y en su demanda de un futuro libre!
La esencia de sus ideales individuales no se perdería en el proceso, sino que sería abrazada dentro de un poderoso río de justa revuelta.
Semejante convergencia es, por supuesto, materia de pesadillas para nuestros gobernantes, ya que barrería las falsas categorías de “izquierda” y “derecha” que nos han dividido y controlado con éxito durante tanto tiempo.
En consecuencia, sus trolls tienden a difamar cualquier perspectiva como algo altamente siniestro, como una alianza “rojo-marrón” que combina los peores aspectos totalitarios de la URSS y la Alemania de Hitler.
Pero, en verdad, tanto el comunismo soviético como el nazismo se encuentran firmemente en el lado “corrupto” de nuestra ecuación y son diametralmente opuestos a la convergencia de los incorruptos.
Sin embargo, es el propio sistema actual el que se acerca más a este tipo de régimen industrial autoritario centralizado, como se refleja en su historia de amor con la China contemporánea del crédito social.
Los incorruptos de todos los orígenes rechazan por completo la dictadura, por parte de cualquier tipo de entidad en cualquier nivel: nacional, supranacional o global.
sábado, 29 de julio de 2023
Filántropos Duplican sus Fortunas en la Última Década
La crisis de las hipotecas del 2008, alimentada por un ambiente financiero que favorecía toma de riesgos extremos, terminó como toda crisis capitalista: con una transferencia multimillonaria de riqueza de los más pobres a los más ricos.
Si bien se nos repite hasta el cansancio que la mano invisible del mercado lo equilibra todo, que el mercado elimina a los actores que tomen decisiones equivocadas, lo cierto es que el grupo de gente más poderoso del sistema, el 0.1% de la población mundial, escapa a esas reglas. Para ellos no existen los riesgos, siempre habrá un paquete gubernamental de rescate. Y así sucedió en la crisis del 2008.
Como dijo Bernie Sanders: "Ni un solo gran ejecutivo de Wall Street fue a la cárcel por destruir nuestra economía en 2008 como resultado de su codicia, imprudencia y comportamiento ilegal. No. No fueron a la cárcel. Recibieron un rescate de un billón de dólares".
En el medio de esa crisis, en un golpe de efecto de relaciones públicas, esta elite mundial fue convocada por Gates, Buffett y Rockefeller en Nueva York en lo que The Guardian denominó como "El Club del Bien". En conjunto tenían un patrimonio de 125.000 millones de dólares. Los nombres de algunos de los miembros son bien conocidos: Bill Gates, George Soros, Warren Buffett, Oprah Winfrey, David Rockefeller, Michael Bloomberg y Ted Turner. ¿Los temas tratados? "se centraron en la educación, la ayuda de emergencia, la reforma del gobierno, la profundidad prevista de la crisis económica y cuestiones de salud mundial como la superpoblación y las enfermedades". Fue, añade el diario The Guardian, "una cumbre para salvar el mundo."
En agosto de 2010, mientras continuaba el cimbronazo de la crisis, con millones de trabajadores perdiendo sus ahorros y sus hogares con las ejecuciones hipotecarias, y que en el mundo en desarrollo empujaba a 100 personas por minuto a la pobreza, 40 de las personas y parejas más ricas de Estados Unidos se unieron para formar "un pacto para dar" llamado "The Giving Pledge".
¿Qué es el Giving Pledge? según la propia organización "El Giving Pledge es un movimiento de filántropos que se comprometen a donar la mayor parte de su patrimonio a causas benéficas, ya sea en vida o en su testamento. (....) pretende cambiar las normas de la filantropía entre las personas más ricas del mundo, inspirándolas para que den más, establezcan antes sus planes de donación y den de forma más inteligente. Esto se consigue en parte creando una comunidad en la que los firmantes del Compromiso puedan asistir a sesiones de aprendizaje, compartir buenas prácticas e intercambiar ideas para maximizar el impacto de sus donaciones."
Marketing mediático de por medio, que nunca falta con estos niveles de riqueza y conexiones, la promesa no tardó en hacerse popular entre los ricos del mundo. En la actualidad, el compromiso incluye a 236 de las personas, parejas y familias más ricas del mundo, de 28 países.
Extrañamente (o no tanto), 13 años después de la firma, los principales impulsores de esta generosa propuesta de donar la mitad de sus fortunas en vida o más, no sólo siguen viendo crecer su patrimonio a pasos agigantados sino que en muchos casos lo han duplicado.
Multiplicación de la riqueza de los billonarios que prometieron donar sus fortunas
Empecemos por el alma máter de la "filantropía" mundial Bill Gates, magnate empresarial, desarrollador de software, inversor, autor y filántropo estadounidense. Omnipresente en los medios de comunicación y experto en temáticas varias de los problemas mundiales: crisis sanitaria, crisis climática, sobrepoblación, agricultura, etc.
En 2010 al hacer su compromiso altruista tenía un patrimonio de 40 mil millones de dólares, en 2020 más que lo duplicaba con $110 mil millones de dólares. En 2023 cuenta con $105 mil millones.
Sigamos con Warren Buffett, hoy con 92 años, y comprometido codo a codo con la Fundación Gates. En los últimos diez años, también, casi duplicó su patrimonio.
En 2015, Mark Zuckerberg, que había firmado el Giving Pledge a la edad de 26 años, decidió subir aún más la apuesta, comprometiéndose a regalar el 99% de sus acciones de Facebook. Si hacemos historia, en 2011 Zuckerberg se encontraba en el puesto 52 de los hombres más ricos de Forbes, con 13.500 millones de dólares. A partir del 2015 siempre estuvo entre los 10 más ricos de ese ranking, salvo en 2022 al perder en un año US$ 75 mil millones por la baja de las acciones y el poco rédito de su Metaverso. En 2022, su patrimonio ascendía a 67.300 millones de dólares. De todas formas, pese al mal resultado del último año, Zuckerberg quintuplicó su patrimonio desde 2011.
Si ahora analizamos a los millonarios mundiales en conjunto la tendencia es similar: una suba imparable en activos y en cantidad de miembros de este club de elite desde el año 2000, con una pequeña baja en la crisis del 2008, de la que rápidamente se recuperaron.
miércoles, 19 de julio de 2023
El Mundo está Cansado de la Gran Narrativa
La teoría de género, el calentamiento global, los medios monopolizados son herramientas de control que siembran discordia y debilitan la unidad de las naciones y las familias.
Además, la creciente influencia de las grandes farmacéuticas y el establecimiento de CBDC (Central Bank Digital Currencies) quieren fortalecer el control social y restringir nuestra libertad individual.
Estas medidas pueden verse como una forma de monitorear y manipular nuestras acciones, elecciones e incluso nuestra salud.
Sin embargo, hay un rayo de esperanza en esta oscura situación: la gente está empezando a despertar y darse cuenta de las maniobras y mentiras a su alrededor. La gente está cansada de ser manipulada y dividida.
Es hora de unirnos y reconocer que todos estamos juntos en esto. Debemos rechazar las estrategias divisivas y buscar un terreno común para levantarnos colectivamente. El poder reside en la unidad del pueblo y en la conciencia de nuestros derechos y dignidad.
Al escribir esta publicación, quiero animar a cada uno de ustedes a cuestionar la gran narrativa que se nos presenta. No dejemos que las élites nos impongan una agenda eugenésica y totalitaria. Juntos, podemos forjar un futuro mejor, basado en la libertad, la igualdad y la justicia para todos. Es hora de asumir la responsabilidad como ciudadanos ilustrados y negarse a ser meros peones en su juego de poder.
Seamos informados, seamos solidarios y actuemos por un mundo más justo e igualitario, donde todos puedan ayudar a dar forma a nuestro destino común. El poder está en nuestras manos, y juntos podemos construir un futuro más brillante para nosotros y para las generaciones futuras.
¡Qué Dios nos ayude en esta noble tarea!
sábado, 10 de junio de 2023
Falacias de los Políticos
He aquí una cuantas de las falacias más utilizadas por políticos sin vergüenza, sin ética y sin moral.
Falacia del hombre de paja
No se critica las ideas del oponente, sino una imagen caricaturizada y manipulada de estas.
Ejemplo: No vamos a permitir que bajo el lema de “reducir el tamaño del estado” podáis convertir el país en un erial sin sanidad, ni educación, ni seguridad, con ancianos buscando comida en los cubos de basura y niños sin otro futuro que ser los esclavos de los poderosos
Falacia ad hominem
Se niega la veracidad de ciertas ideas, desacreditando a la persona que las defiende (en lugar de criticar la idea en sí).
Ejemplo: Tu idea de reducir la pobreza incrementando la productividad es una patraña propia de un “fascista” al que nunca le ha faltado de nada en la vida
Falacia del punto medio
Se adopta una posición pretendidamente equidistante sin tener en cuenta si toda la información considerada es igualmente válida y consistente.
Ejemplo: Es verdad de que Cuba y Venezuela son dictaduras pero el sistema Neo-Liberal de EE.UU. no es que sea mejor, con gente pasando hambre o muriéndose en las puertas de los hospitales
Falacia tu quoque
Se crea la ilusión de refutar un argumento señalando que la persona que lo propone no actúa de manera consecuente con esa idea. Ejemplo: tú propones eliminar el salario mínimo interprofesional a la vez que tu empresa incrementa sus beneficios
Falacia ad populum
Se asocia erróneamente la opinión popular con la verdad o lo bueno.
Ejemplo. Como todo el mundo sabe “los ricos siempre roban a los pobres”.
Argumento ad consequentiam
Se intenta hacer ver que la validez de una idea depende de si aquello que se puede inferir a partir de ella resulta deseable o indeseable.
Ejemplo: “Aplicar medidas de austeridad implicaría despedir a miles de funcionarios y esta es la razón por la que nuestro país necesita incrementar su endeudamiento a perpetuidad”
Falacia de la falsa equivalencia
Se presentan como equivalentes dos conceptos que no los son.
Ejemplo: Es necesario restringir la libertad de las personas para que el estado nos proporcione seguridad
Falacia ad verecundiam
Vincula la veracidad de una proposición a la autoridad de quien la defiende, como si eso proporcionase una garantía absoluta.
Ejemplo: Es necesario que el estado aumente el gasto, pues eso es lo que propone Krugman (que es premio nobel de economía)
Por medio de las falacias los políticos pueden convencer a las personas con poca formación de casi lo que sea. No es casual que en el 2022 nuestro gobierno dio luz verde a la eliminación de la filosofía del ESO, de esta manera los nuevos votantes no sabrán lo que es una falacia
Fuente: Jorge López Cifre
Proyecto del Club de los 80Mil
Si queremos una sociedad sustentable necesitamos lograr nuevamente el equilibrio entre sociedad, medio ambiente y economía, empezando por el concepto y el diseño de nuestros propios espacios para lograr una mayor convivencia con el medio natural y social, y al mismo tiempo fomentar la autosustentabilidad energética y de alimentos, así como mejorar nuestra calidad de vida con una estética en la vivienda, el buen manejo del agua potable y residual, al igual que el manejo sustentable de los desechos y residuos sólidos que generamos en nuestras casas y hábitats.
Este proyecto nos introduce a un estilo de vida modelo para un mejor futuro y presentar soluciones concretas para enfrentar problemas como la contaminación del agua, el calentamiento global, la erosión del suelo y la pérdida de la biodiversidad y recuperar valores como la armonía entre la estética y la arquitectura, la convivencia y la paz.
El proyecto es la búsqueda total de una mejor calidad de vida para los individuos, las sociedades y el planeta.