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sábado, 12 de octubre de 2024

Estallar la Burbuja de la Inteligencia Artificial

Cómo la inteligencia artificial controlada por los globalistas 
está dando forma a una sociedad dependiente de la tecnología 
para pensar, tomar decisiones y existir.

La industria de la “IA”, en su trayectoria actual, no sólo está al borde del abismo, sino que está inflando activamente su propia versión de la burbuja puntocom: un espectáculo de exceso especulativo donde la única certeza es el estallido inminente. Estamos presenciando una era en la que las empresas, envueltas en el atractivo de la innovación futurista, se precipitan hacia la quiebra, dejando tras de sí un rastro de inversores desilusionados y promesas incumplidas.

La industria de la “IA”, en su trayectoria actual, no sólo está al borde del abismo, sino que está inflando activamente su propia versión de la burbuja puntocom: un espectáculo de exceso especulativo donde la única certeza es el estallido inminente. Estamos presenciando una era en la que las empresas, envueltas en el atractivo de la innovación futurista, se precipitan hacia la quiebra, dejando tras de sí un rastro de inversores desilusionados y promesas incumplidas.

La IA, anunciada como el presagio de un nuevo amanecer para la humanidad, hasta ahora ha ofrecido poco más que un espejismo de progreso, palabras de moda y precios bursátiles inflados.


La idea de que la IA pueda alcanzar un mínimo de humanidad no es sólo optimista, sino fundamentalmente absurda. La IA carece de la esencia de lo que nos hace humanos: alma, espíritu, el inexplicable quantum de conciencia.

Decir que su “IA” es “inteligente” es denigrar el término en sí. Aquí estamos, vendidos en la estafa más sofisticada del siglo, donde el aceite de serpiente no es sólo astuto; es digital, es omnipresente y se vende con la promesa de resolver problemas que probablemente amplificará.

En esencia, se trata de una forma sofisticada de procesamiento de datos: el aprendizaje automático, rebautizado con el nombre de "IA". No hay conciencia, ni comprensión, ni creatividad genuina; solo algoritmos que procesan grandes conjuntos de datos, a menudo recopilados sin consentimiento, para generar resultados que imitan la creación o la toma de decisiones humanas.

En esencia, los sistemas de IA, incluidos los que generan texto, arte o música, no son creadores sino imitadores sofisticados. Funcionan reconociendo patrones en los datos, que a menudo incluyen propiedad intelectual obtenida sin permiso. Esto no es inteligencia, es replicación de patrones a gran escala.

El término "inteligencia artificial" sugiere una apariencia de procesos cognitivos similares al pensamiento humano, pero lo que tenemos son algoritmos que predicen y generan basándose en patrones preexistentes, no en pensamientos originales.

Decir que estos sistemas son “inteligentes” exagera lo que realmente logran. La inteligencia implica comprensión, empatía, razonamiento y conciencia del contexto, cualidades que la IA no posee. Lo que hace la IA es predicción estadística, no comprensión. Cuando una IA gana al ajedrez o al Go, no es porque entienda el espíritu o la historia del juego, sino porque ha procesado millones de partidas para determinar la jugada óptima en cualquier escenario dado.

El incesante redoble de tambores que anuncia la era de la Inteligencia Artificial ha ido creciendo hasta convertirse en una cacofonía de exageraciones, en la que la mera mención de la IA evoca imágenes de una utopía o distopía inevitable, según quién cuente la historia. Se nos dice que nos inclinemos ante el altar de esta nueva deidad tecnológica, pero, si lo examinamos más de cerca, el ídolo no solo parece hueco, sino también algo cómico en sus afirmaciones.

La IA, tal como la presentan los heraldos de Davos y otros cónclaves similares de la autoproclamada élite, se presenta como el heraldo de la “cuarta revolución industrial”. Este término, que rezuma promesas de transformación, sugiere un salto hacia un futuro en el que la IA transformará a la humanidad. Pero, ¿dónde están, dígame, estos cambios monumentales?

La llamada revolución es simplemente una campaña de marketing bien financiada, no un cambio sustancial en la estructura de la vida cotidiana o el avance económico. En lugar de ver a la IA liderando profundos avances sociales o científicos, vemos un patrón de expectativas redefinidas. Los objetivos no solo se han movido; están en un estado de cambio perpetuo, lo que garantiza que todo lo que la IA logre lograr en la actualidad pueda etiquetarse como revolucionario. Esto no es innovación; es una ilusión, diseñada para mantener el flujo de fondos y el asombro del público.

Pensemos en las pontificaciones de figuras como Yuval Harari, que habla de la IA con la reverencia de un sumo sacerdote, pero que, cuando se le presiona, su narrativa da giros. La IA no necesita ser sensible, afirma, como si la esencia de una deidad no residiera en su conciencia sino en su destreza computacional.

Aquí radica la ironía: por un lado, la IA es el dios omnipotente de nuestro nuevo orden mundial; por otro, está despojada de las cualidades mismas que podrían justificar tal estatus divino.

La IA de Harari es un dios de la conveniencia, poderoso pero carente de las cualidades que definen la vida o la inteligencia. No se trata del amanecer de una nueva especie, sino de la reorganización de algoritmos que conocemos desde hace décadas, que se venden bajo el disfraz de la evolución divina.

¿Dónde están las manifestaciones prácticas de esta supuesta singularidad? ¿En los vehículos autónomos que todavía no pueden soportar un día lluvioso sin la intervención humana? ¿En los robots de atención al cliente que hacen que uno pase por ciclos interminables con menos eficiencia que un humano con un teléfono? Los avances, si nos atrevemos a llamarlos así, son, en el mejor de los casos, graduales y, desde luego, no son los avances que cambiarán paradigmas como nos han prometido.

Lo que se nos ofrece no es el surgimiento de una nueva inteligencia, sino la imposición de una dependencia diseñada. La IA, tal como se la promociona hoy, no es la precursora del pensamiento o la innovación, sino una mera cámara de resonancia de la contribución humana, carente de la chispa de la verdadera creatividad o comprensión.

Sin embargo, este es precisamente el panorama en el que los globalistas pueden plantar su bandera de control. Al convencer a las masas de la infalibilidad de la IA, crean una realidad en la que sus algoritmos no sólo ayudan, sino que dictan, conduciendo a la sociedad no hacia la iluminación, sino hacia una penumbra de dependencia. La seducción de la IA para el profano no reside en sus capacidades, sino en sus promesas de una vida sin el peso de la toma de decisiones o el trabajo de aprender.

Este es el truco de magia globalista: ofrecen un futuro en el que la libertad frente a la responsabilidad se vende como el máximo lujo, pero esta libertad se produce a costa de la autonomía. Es un pacto fáustico: intercambias tu capacidad de acción por conveniencia y, al hacerlo, te vuelves cómplice de tu propia subyugación a un sistema que afirma saber más.

Pensemos en las aplicaciones prácticas de la IA, o en la falta de ellas. Se nos dice que la IA está revolucionando campos como la atención sanitaria, pero ¿dónde están los frutos de esta revolución? En un país donde las herramientas de IA son supuestamente las más avanzadas, la esperanza de vida disminuye, no aumenta. Esto no es un testimonio de la destreza de la IA, sino de su impotencia. Si la IA fuera la panacea que se dice que es, ¿no veríamos una población prosperando, no simplemente sobreviviendo?

El renacimiento prometido por el WEF y sus similares no es un renacimiento a través de la tecnología, sino una regresión a un mundo donde la creatividad humana se externaliza a máquinas que pueden imitar, pero nunca innovar verdaderamente.

El giro en la narrativa de la IA como sucesora consciente de la humanidad a un mero engranaje en la digitalización de todos los aspectos de la vida delata una constatación entre la élite: su deidad digital no despertará. Por lo tanto, la estrategia cambia: si la IA no puede llevarnos a un nuevo amanecer, entonces dejémosle atarnos a un eterno ahora, donde cada aspecto de la vida está mediado por algoritmos. No se trata de mejorar la capacidad humana, sino de envolver la existencia humana dentro de una matriz digital, donde la dependencia se convierte en la nueva normalidad.

Lo que está ocurriendo no es el empoderamiento de la sociedad a través de la tecnología, sino la creación de una sociedad que dependa de la tecnología para pensar, decidir y existir. Esta dependencia artificial no es solo un subproducto de la integración de la IA en nuestras vidas; es el propósito mismo de la misma.

En este escenario, la IA no necesita ser inteligente, sólo tiene que ser indispensable. Y ahí reside el verdadero peligro: no en que las máquinas se vuelvan como nosotros, sino en que nosotros nos volvamos como máquinas, predecibles, programables y perpetuamente al servicio de quienes escriben el código.

La universidad se ha convertido en una mera cadena de mediocridad. Los graduados de hoy, con sus diplomas en la mano, a menudo entran en el mercado laboral con una ineptitud asombrosa que debería alarmarnos a todos. ¿Por qué? Porque la educación superior se ha convertido en un cóctel diluido de cámaras de resonancia ideológicas y programas de estudio degradados, a cargo de profesores que a menudo están más interesados en promover agendas que en fomentar el intelecto genuino.

Pensemos en esto: ahora tenemos una generación que puede navegar por cualquier aplicación, pero no puede hervir un huevo ni cultivar un tomate, gracias a la seductora facilidad de las comodidades modernas. Estos jóvenes adultos, o deberíamos decir, "adultos", han subcontratado sus habilidades de supervivencia a la tecnología. Desde la agricultura hasta la amistad, todo está mediado por pantallas y algoritmos. ¿Es esto evolución o estamos presenciando la atrofia de la capacidad humana bajo la apariencia de progreso?

Ahora bien, descartemos la idea de que la IA es el presagio de un futuro utópico. La IA, anunciada como la cumbre de la sabiduría colectiva, no es más que una cámara de resonancia seleccionada que refleja únicamente lo que sus creadores consideran valioso. Ahí radica el insidioso peligro: en un mundo en el que la IA se convierte en la principal fuente de "conocimiento", la diversidad de pensamiento no sólo se ve sofocada, sino erradicada sistemáticamente.

Imaginemos un mundo en el que cada consulta devuelva la misma respuesta políticamente correcta y depurada, moldeada por quienes controlan el código. No se trata sólo de una pérdida de autonomía personal, sino de la programación del pensamiento social.

La debacle de la COVID-19 fue un anticipo de esta distopía. En este caso, las grandes empresas tecnológicas no solo nos dieron un empujón, sino que nos empujaron hacia una única narrativa, enterrando verdades bajo montones de contenido patrocinado. ¿Fue esto por nuestra seguridad o fue una prueba para controlar el asunto? Cuando la IA dicta la narrativa, no solo estamos perdiendo el debate; ni siquiera se nos permite saber que se está desarrollando un debate.

Esta marcha incesante hacia la comodidad, hacia dejar que las máquinas piensen por nosotros, no sólo nos está despojando de nuestras habilidades, sino de nuestra propia humanidad. Estamos en un camino en el que la comodidad pisotea la competencia, en el que lo "más fácil" erosiona nuestra esencia. Pero seamos claros: lo más fácil nunca fue sinónimo de lo mejor. Es una mentira seductora, que nos está llevando a la ruina intelectual y tal vez existencial.

Imaginemos las consecuencias para la persona promedio cuando la IA, ese supuesto árbitro imparcial de los hechos, comience a dar forma al discurso científico. Si la IA declara que el debate sobre el cambio climático ha terminado, presentándolo como un caso cerrado en el que no hay lugar para el escepticismo ni para datos alternativos, entramos en un terreno en el que la investigación científica no solo se desalienta, sino que se vuelve invisible.

La IA no muestra los disidentes, las anomalías ni los científicos que cuestionan la narrativa dominante. ¿Por qué? Porque está programada para priorizar el consenso sobre la controversia, pintando así una imagen monocromática en lo que debería ser un debate vibrante. ¿El resultado? Una población que cree que está informada cuando, en realidad, solo está adoctrinada.

El fiasco con la inteligencia artificial Gemini de Google no fue sólo un error o un descuido; fue una prueba accidental de cómo la IA puede utilizarse como arma para reescribir la realidad, distorsionando la historia a través de la lente de la corrección política actual.

Cuando la IA empieza a fabricar imágenes históricas que se ajusten a una narrativa de diversidad, no solo estamos viendo una tergiversación, sino que estamos presenciando la manipulación deliberada de la memoria cultural. ¿Qué será lo próximo? ¿Tendremos "pruebas" generadas por IA que respalden cualquier narrativa que los que están en el poder quieran propagar?

No se trata de un mero revisionismo histórico, sino de la creación de una nueva realidad digital en la que los hechos son tan maleables como la arcilla. Y no nos dejemos llevar por el mito de la autonomía de la IA. Que los desarrolladores se muestren impotentes ante las acciones de sus creaciones no es otra cosa que una abdicación conveniente de la responsabilidad.

La IA hace lo que se le dice o, más precisamente, lo que se le ha programado para que haga. La afirmación de que es impredecible es una cortina de humo para ocultar los hilos que todavía están en manos de sus programadores. Siempre hay un plan y es ingenuo pensar lo contrario.

En esencia, el impulso a la adopción generalizada de la IA por parte de entidades globalistas no tiene como objetivo mejorar la capacidad humana, sino reducirla. Se trata de crear una dependencia tan profunda que el acto de pensar se convierta en una reliquia del pasado.

Cuando la IA se convierte en el guardián del conocimiento, la educación y la historia, no solo estamos ante un futuro de conveniencia; estamos ante el cañón de la sumisión intelectual.

El espectro de la IA, como sugiere Harari, no necesita manifestarse en robots tipo Terminator para dominar; su poder reside en su ubicuidad y en la ilusión de benevolencia. Es el truco definitivo: hacernos creer que estamos abrazando el progreso cuando en realidad estamos renunciando al control de nuestras propias mentes.

El camino que elijamos podría muy bien determinar si las generaciones futuras reconocerán el valor del pensamiento independiente o si simplemente le pedirán a la IA que piense por ellas, felizmente inconscientes de la libertad que han perdido.

Fuente: A Lily Bit

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martes, 3 de septiembre de 2024

Asegurando el Velo



Participar en un discurso sobre la manipulación social, la mecanización de sociedades enteras y la orquestación de sistemas sociales automatizados (denominados "armas silenciosas") a escala nacional o global implica inevitablemente objetivos ambiciosos de control y extinción de la existencia humana, imponiendo efectivamente la servidumbre y el exterminio.

Este manual, por su propia naturaleza, es un manifiesto simbólico. La necesidad de su confidencialidad es indiscutible. De lo contrario, corre el riesgo de ser identificado como una proclamación oficial de guerra interna. Además, siempre que un individuo o un grupo de individuos que ejercen un poder sustancial emplean tales conocimientos y metodologías con el propósito de conquistar la economía, sin la plena comprensión o aprobación del público, debe reconocerse un estado de guerra interna entre dichos individuos o grupos y el público en general.

Resolver los intrincados dilemas del presente exige un enfoque caracterizado por una franqueza absoluta, sin caer en vacilaciones arraigadas en construcciones religiosas, morales o culturales.

Su inclusión en esta tarea es el resultado de su capacidad para analizar objetivamente la sociedad humana, diseccionándola con precisión objetiva y, sin embargo, compartir sus evaluaciones y conclusiones con colegas de calibre intelectual comparable sin renunciar a la discreción ni a la humildad. Tales virtudes están al servicio de sus propios intereses. No se desvíe de ellas.

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lunes, 29 de abril de 2024

Ingeniería Genética en Humanos

¿Las personas vacunadas con tecnología de "vacuna" de ARNm son organismos modificados genéticamente? ¿Por qué esta vacuna puede pasar a la leche materna? ¿Y por qué la contaminación del ADN de estas vacunas puede provocar nuevos tipos de cáncer o incluso turbo cáncer?

Ingeniería Genética

En 2019, un nuevo tipo de tecnología de vacunas, la tecnología de vacunas de ARNm, se utilizó en humanos por primera vez durante la pandemia de coronavirus. Ya entonces, los médicos advirtieron que esta nueva tecnología se estaba utilizando como campo de experimentación en toda la humanidad ¡sin que se hubieran realizado estudios científicos serios sobre sus consecuencias!

Hoy, casi cuatro años después de la introducción de esta tecnología de vacunación, casi todos los temores sobre las consecuencias de esta tecnología basada en el ARNm se han hecho desgraciadamente realidad. El biólogo molecular Prof. Dr. Klaus Steger y la Prof. Dra. Alexandra Henrion-Caude, especialista en el campo del ARN y la epigenética han resumido en un informe los últimos resultados de la investigación sobre la tecnología de vacunas basada en el ARNm, titulado: La tecnología de las "vacunas" basadas en el ARNm: ¡Se acabó el juego!
Antes de resumirlo brevemente, algunas explicaciones conceptuales.
La vacunación corona con ARNm ya no se denomina vacunación, sino tecnología de vacunación basada en ARNmod utilizado en humanos. ARNmod porque se trata de ARNm producido artificialmente que no puede compararse con el ARNm humano del organismo.

Según la bióloga Prof. Dra. Ulrike Kämmerer, la vacuna corona tampoco debería llamarse vacuna.
La Dra. Kämmerer dijo lo siguiente en una entrevista: “No es una vacuna en ese sentido, es ingeniería genética. Tampoco es una terapia génica, porque no se está tratando nada, pero es ingeniería genética. Es una aplicación de ingeniería genética y mientras que una vacuna real implica inyectar un patógeno muerto o una estructura, es decir, una proteína de un patógeno, yo tengo una cantidad definida que ya no puede multiplicarse en el cuerpo y que acabará descomponiéndose y entonces sólo queda la respuesta inmune, por así decirlo. Pero ahora estoy obligando a las células humanas a actuar como estas bacterias en el propio fermento, es decir, a producir primero las vacunas reales, sin saber cuán eficaces serán, cuánto durarán, si durarán toda la vida, si se abrirán camino en el núcleo de la célula. Esto significa que todas las personas que reciben estas inyecciones, incluidas las futuras vacunas, son inicialmente organismos modificados genéticamente de forma involuntaria."

A continuación se resumen los resultados de los estudios.
La tecnología del ARNm en forma de vacunas puede provocar en los seres humanos lo siguiente:
- Inflamación crónica en cualquier órgano del cuerpo, por ejemplo, inflamación del músculo cardíaco y del pericardio.
- El modARN puede integrarse en el ADN de las células humanas. Si esto tiene lugar en células germinales masculinas o femeninas, se altera el genoma de las generaciones futuras.
- ¡La tecnología de la vacuna modRNA o la incorporación de modRNA en las células del propio cuerpo puede dar lugar a nuevos tipos de cáncer y acelerar el cáncer en personas que ya lo padecen!

A continuación se reproducen algunos puntos del folleto de forma abreviada

1. Esto es lo que dicen: "Es una vacuna".
No es una "vacuna" porque cumple todos los criterios de un producto modificado genéticamente. Contiene ARNm modificado producido sintéticamente, ARNmod, empaquetado en nanopartículas lipídicas que transportan el ARNmod a nuestras células.

2 Dicen: "Es ARNm".
No es ARNm, sino un ARNm modificado, ARNmod. Aunque este modARN producido sintéticamente imita al ARNm natural, tiene propiedades completamente diferentes:
- A diferencia del ARNm natural, que se degrada rápidamente, el ARNmod de las "vacunas" Covid-19- se ha detectado en la sangre hasta 28 días y en los tejidos hasta ocho semanas. Se ha demostrado que la proteína spike, formada por el modARN inyectado, circula en la sangre hasta seis meses.
- El ADN también está presente en las vacunas, algo totalmente inesperado. Se han encontrado grandes cantidades de impurezas de ADN en lotes de vacunas, cuyos efectos son preocupantes según nuestros conocimientos científicos actuales. Pueden representar una alteración de la regulación genética y un riesgo de integración en nuestro genoma.

3 Dicen: "La vacuna se queda en el músculo".
- La "vacuna" nunca estuvo destinada a permanecer en el músculo, sino a entrar en el torrente sanguíneo, los ganglios linfáticos e incluso la leche materna.
- A diferencia de las partículas de las vacunas convencionales, las nanopartículas lipídicas que contienen el modRNA no permanecen en el torrente sanguíneo. En principio, pueden penetrar en todas las células del cuerpo, incluidos órganos vitales como el corazón, el cerebro, el hígado, los riñones, los pulmones, el bazo, el estómago, los ovarios y los testículos.
- Las nanopartículas lipídicas son altamente proinflamatorias y tóxicas. Por tanto, las inyecciones repetidas aumentan el daño a nuestras células y pueden incluso provocar su muerte prematura.
- Los efectos secundarios graves más frecuentes son la miocarditis y la pericarditis, es decir, la inflamación del corazón, sobre todo en personas jóvenes. La inflamación se debe probablemente a un ataque autoinmune contra las células del corazón que han absorbido las partículas inyectadas y expresado la proteína espiga.

5. Dicen: "El ARNm no puede integrarse en el ADN".
- El modARN de la vacuna puede integrarse en el ADN porque se encontró una secuencia parcial del mismo en las células sanguíneas de los pacientes.
- Los contaminantes de ADN encontrados en las inyecciones de modARN de BioNTech Pfizer contienen una secuencia del virus del mono consistente en la secuencia promotora del virus simio 40, que se sabe que promueve el transporte de ADN al núcleo celular. Esto aumenta el riesgo de integración de este ADN extraño en el genoma de nuestras células con consecuencias imprevisibles.
- Si uno de estos acontecimientos tiene lugar en las células germinales masculinas o femeninas implicadas en la fecundación, también se alterará el genoma humano de la descendencia.
- Cualquier integración genómica de una secuencia derivada de una "vacuna" puede conducir a la expresión de un gen extraño y a una regulación génica aberrante. Esto último puede dar lugar a la activación de oncogenes o a la inactivación de genes supresores de tumores, dos factores que favorecen el cáncer. Este riesgo se ve exacerbado por la inmunosupresión observada en muchas personas "vacunadas", que implica una defensa inmunitaria inadecuada contra las células tumorales. El resultado puede ser un "turbo cáncer".

Los resultados de la investigación científica sobre la tecnología de las vacunas de ARNm que son objeto de este informe son accesibles en todo el mundo y pueden encontrarse en Internet. Sin embargo, ¡las autoridades reguladoras y los grandes medios de comunicación no están dispuestos para procesarlos! Por favor, ¡utilicen los contactos de su entorno personal y difundan esta advertencia sobre la tecnología de vacunas basadas en el ARNm lo más ampliamente posible!

Fuentes:

Video von Dr. Kämmerer: Fremd-DNA in Corona-Impfstoffen?

Die mRNA-basierte \„Impfstoff\“-Technologie: Das Spiel ist aus!

Turbokrebs durch C-Impfung? Dr. med. Ute Krüger & Miriam Reichel

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domingo, 3 de marzo de 2024

Ser Ecológico Hoy

Las baterías no generan electricidad, almacenan electricidad producida en otro lugar, especialmente a través de carbón, uranio, centrales eléctricas de gas natural o generadores diesel. Así que, la afirmación de que un coche eléctrico es un vehículo con cero emisiones no es correcta en absoluto.

Debido a que el 40 por ciento de la electricidad producida en los EE. UU. proviene de centrales de carbón, el cuarenta por ciento de los coches eléctricos en la carretera se basan en carbono.

Pero eso no es todo, si estás emocionado por los coches eléctricos y una revolución verde, deberías echar un vistazo más de cerca a las baterías, pero también a las turbinas eólicas y los paneles solares.

Una batería típica para coches eléctricos pesa mil libras, del tamaño de una maleta. Contiene 25 libras de litio, sesenta libras de níquel, 44 libras de manganeso, 30 libras de cobalto, 200 libras de cobre y 400 libras de aluminio, acero y plástico. Hay más de 6.000 células individuales de iones de litio dentro.

Para hacer cada batería BEV, necesitas procesar 25.000 libras de sal para litio, 30.000 libras de mineral para cobalto, 5.000 libras de resina para níquel y 25.000 libras del mineral de cobre. Un total de 500.000 libras de corteza tiene que ser sacado para una batería.

El mayor problema con los sistemas solares son los productos químicos utilizados para convertir el silicato en silicona usada para los paneles. Para producir silicona suficientemente pura, debe tratarse con ácido clorhídrico, ácido sulfúrico, fluoruro, triclorotano y acetona.

Además, se necesitan galio, arseniuro, cobre indio-galio y telururo de cadmio, que también son muy tóxicos. El polvo de silicio supone un peligro para los trabajadores y las placas no pueden reciclarse.

Las turbinas de viento no son plus-ultra en términos de costo y destrucción del medio ambiente. Cada molino de viento pesa 1.688 toneladas (equivalente al peso de 23 casas) y contiene 1.300 toneladas de hormigón, 295 toneladas de acero, 48 toneladas de hierro, 24 toneladas de fibra de vidrio y las tierras raras difíciles de preservar neodimio, praseodimio y disprosio. Cada una de las tres hojas pesa 81.000 libras y tiene una vida útil de 15 a 20 años, después de los cuales deben ser reemplazadas. No podemos reciclar los rotores.

Estas tecnologías ciertamente pueden tener su lugar, pero tenemos que mirar más allá del mito de las emisiones cero.
"Going Green" puede sonar como un ideal utópico, pero si miras de forma realista e imparcial a los costos ocultos e incrustados, encontrarás que "Going ecológico" está haciendo más daño a la Tierra de lo que parece.

No es estar en contra de la minería, vehículos eléctricos, energía eólica o solar, es estar mostrando la realidad de la situación.

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miércoles, 13 de octubre de 2021

Estudios Científicos de la Pandemia

Queremos colaborar en la difusión del Estudio de la pandemia del doctor en ciencias químicas Sergio J. Pérez Olivero, obra de cuya existencia hemos sabido gracias al diario digital El Diestro.


Soy Sergio J. Pérez Olivero, autor del informe científico independiente titulado Estudio de la Pandemia. Como científico (Licenciado y Doctor en Ciencias Químicas), y ya que el art. 20 de la CE me lo permite, me gustaría hablarle sobre una serie de cosas de vital importancia y de las cuales, quizá, nunca haya tenido conocimiento.
Para que se haga una idea del contenido del informe, comenzaré por citar el objetivo y la introducción: “Desde un punto de vista puramente científico, arrojar un poco de luz entre tanta tiniebla, aportando información objetiva. Para ello, iré analizando, punto por punto, cada uno de los dogmas incluidos dentro de la “nueva normalidad”.

“Corren tiempos oscuros para la naturaleza del ser humano en sí misma. A finales de 2019, nuestro mundo, como lo conocíamos, dejó de existir. Dio paso a lo que algunos llamaron “nueva normalidad”, que vino acompañada de un discurso “oficial” y que implicaba la transgresión de una línea hasta ese momento intocable: los derechos fundamentales. Desde ese momento, dichos derechos fundamentales, garantes de la libertad individual del ser humano, pasaron a ser aspectos secundarios en virtud de un supuesto bien común, circunstancia que fue avalada por innumerables medios de “comunicación” que, día tras día, repetían dicho discurso “oficial”, quizá, con la finalidad de convertirlo en una especie de mantra de concienciación para una crédula población y que fue adoptado por políticos, y hasta por miembros de las FCSE, como mandamiento divino incuestionable”.

¿Sabe usted que no existe ni una sola evidencia científica que demuestre el aislamiento del famoso SARS-CoV-2? ¿Y que esto es reconocido y confirmado por más de 110 instituciones en más de 20 países, incluido nuestro Gobierno?

¿Sabe usted que los PCR no son aptos para el diagnóstico del síndrome conocido como Covid-19, ya que presentan un 97% de error y que esto, incluso, está reconocido a nivel judicial en dos países? ¿Y que los demás test tampoco son aptos? ¿Y que pueden ser peligrosos para su salud si existe una mala praxis durante la toma de muestra? ¿Y que un positivo diagnosticado con un PCR no implica que esté infectado, ni que sea contagioso?

¿Sabe usted que las mascarillas no ofrecen ninguna protección real contra el supuesto virus? ¿Y que pueden ocasionar problemas muy serios de salud, especialmente a los niños?

¿Sabe usted que los famosos “asintomáticos” no son la forma mayoritaria de supuesta transmisión? ¿Y que esa teórica transmisión sería 20 veces inferior a la de los sintomáticos? ¿Y que la probabilidad de que una persona sana asintomática que no sabe que porta el virus infecte a otra persona es significativamente menor que el 1%?

¿Sabe usted que la mortalidad del supuesto virus es inferior a la de una gripe común?

¿Sabe usted que hay alternativas a las “vacunas” antiCovid-19? ¿Y que son más efectivas que los sueros experimentales?

¿Sabe usted que la inmunidad natural es hasta 20 veces más protectora que la teórica que supuestamente proporcionan los sueros? ¿Sabe que las personas que han recibido la “vacuna” tienen una probabilidad un 700% mayor de desarrollar Covid-19 que las que tienen inmunidad natural gracias a una infección previa? ¿Y que una persona no “vacunada” previamente infectada con SARS-CoV-2 tiene un 99.9% de posibilidades de estar protegida contra una infección repetida?

¿Sabe usted que a día de hoy, y contando solo Europa, Reino Unido y Estados Unidos, esos sueros experimentales han causado más de 40 000 muertos y más de cuatro millones de afectados, de los cuales más del 50% han sido graves? ¿Y que los países con un mayor porcentaje de su población “vacunada” presentan más muertes por Covid?

¿Sabe usted que lo que las “vacunas” inducen, al ser inoculadas, es la formación de la proteína Spike? ¿Y que dicha proteína sola es justamente la que causa el daño y no el supuesto virus y por tanto, están obligando a su cuerpo a generar justo aquello que provoca el mal?

¿Sabe usted que una de las cosas a las que primero afecta la proteína es a su capacidad para tener descendencia? ¿Y que dicha proteína se puede pegar de los “vacunados” a los no “vacunados” (shedding)?

¿Sabe usted que la efectividad real de las “vacunas” es muy inferior a la que dicen sus fabricantes? ¿Sabe, por ejemplo, que realmente son necesarias 119 personas “vacunadas” con Pfizer, para prevenir que 1 no se contagie y que esto mismo sucede con todas las “vacunas”? ¿Sabe que los “vacunados” presentan una carga viral hasta 251 veces mayor que la de los no “vacunados” y, por tanto, pueden ser mucho más contagiosos?

Si las “vacunas” Covid-19 funcionan, como nos quieren vender, entonces, ¿por qué ahora las muertes por Covid-19 son 44 veces más altas que en esta época el año pasado, y por qué el 75% de esas muertes es de personas que fueron “vacunadas”?

¿Sabe usted que la incidencia del síndrome en niños es del 0.0%? ¿Sabe que 1 de cada 1.700.000 niños ha fallecido de Covid en 18 meses, mientras que 1 de cada 9 sufre una reacción adversa grave tras la inoculación del suero? ¿Y que casi un 86% de los niños en los que se ensayó la “vacuna”, sufrieron efectos secundarios?

¿Sabe usted que las “vacunas” antiCovid-19 administradas a los adolescentes tienen 7.5 veces más muertes, 15 veces más discapacidades y 44 veces más hospitalizaciones que todas las demás vacunas aprobadas por la FDA combinadas, que están recibiendo estos adolescentes?

¿Sabe usted que los adolescentes tienen 50 veces más probabilidades de tener una enfermedad cardíaca después de las “vacunas” Covid que todas las demás vacunas aprobadas por la FDA en 2021 combinadas?

¿Sabe usted que en Estados Unidos, hasta el 24 de septiembre, según los últimos datos de VAERS para el rango de edad de 12-17 años, tras “vacunarse”, se han producido 15.230 eventos adversos en total, incluidos 1200 clasificados como graves y 21 muertes notificadas?

¿Sabe usted que es científicamente imposible hablar de variantes de un determinado virus, sin antes demostrar su existencia? ¿Sabe que, en el caso hipotético de que existiera, las “famosas” variantes serían originadas por las propias “vacunas”? ¿Y que serían, justamente, las “vacunas” las que convertirían al virus en algo teóricamente mucho más peligroso?

¿Sabe usted que en las “vacunas”, hay “sustancias” que podemos definir como “inquietantes”, que pueden ser potencialmente peligrosas y que pueden ocasionarle problemas de salud de diferente gravedad?

¿Sabe usted que la sangre de personas “vacunadas” ha sido analizada por varios científicos y los resultados han sido descritos por todos ellos como “horribles y aterradores”?

Si usted ha leído algo que le resulte preocupante en este documento, le invito a que lea detenidamente las conclusiones de mi informe, a las que puede acceder aquí y descargarlas si quiere. También, si lo prefiere, puede acceder a todo el informe aquí y descargarlo si así lo desea.

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domingo, 1 de noviembre de 2020

Niños a la medida de la Ingeniería Genética


No hay duda: la oferta de hacer niños a la medida, de la cual habla una nueva generación de genetistas orientados al cliente, es una opción que seguramente solo será rechazada por unos pocos futuros padres. Los padres que puedan pagarlo estarán felices de utilizarlo.
Después de todo, la oferta promete (o eso es lo que uno esperaría) las alegrías tranquilas de ser padre sin las preocupaciones habituales. Eso sería un lujo poco común en nuestra sociedad de riesgo, donde la mayoría de los pasos que damos son más como comprar un billete de lotería. En un mundo precario de ídolos que decaen tan rápido como surgen, la certeza de comprar un producto sin defectos ocultos es el colmo de la dicha. En un mundo en el que no hay efectos sin efectos secundarios y en el que el futuro se percibe como oscuro y opaco, lleno de peligros y giros y vueltas del destino, nadie quiere ser rehén de este destino.

Pero hay otras promesas que hacen que la ingeniería genética parezca tentadora. Nos promete no solo una certeza ordinaria, sino hoy en día una certeza completamente extraordinaria: es decir, una certeza que es permanente. La vida del cuerpo individual es ahora la única variable con una esperanza de vida cada vez mayor, y la promesa de una composición genética infalible está asociada con una garantía de por vida. Aún no se ha verificado qué tan confiable es esta garantía, y eso solo la hace aún más tentadora.

Lo que consideramos felicidad es siempre solo una imagen de un estado en el que el dolor de hoy no existe. No sabemos y sentimos el dolor del mañana. No podemos imaginar la agonía que atraviesan las personas modificadas genéticamente cuando alcanzan la edad que teníamos en el momento en que fueron diseñadas. Pero podemos ahuyentar esos pensamientos sombríos en cualquier momento si creemos en los científicos naturales: para ellos, el arte de la vida es simplemente un logro de los genes. Y si en la Edad Media existía un diablo especial y un rito de expulsión especial para cada dolencia humana, ahora hay un gen para cada dolencia o debilidad que solo necesita ser descubierto y reemplazado adecuadamente.
Aun así, los aspectos atractivos de la ingeniería genética no se han agotado en absoluto. La llamada a la perfección se escenifica como un privilegio (como la oferta de escuelas exclusivas en el pasado o la oferta actual de urbanizaciones exclusivas). No solo promete la buena vida, sino la distinción social. Solo unos pocos tendrán acceso al club de los genéticamente perfectos. Uno puede estar seguro de que el enorme costo de la membresía no es un problema inicial con la nueva tecnología, pero seguirá siendo su característica permanente. Siempre habrá nuevas e inesperadas dolencias que curar, una y otra vez nuevos genes que han sido retirados del favor y deben ser reemplazados.

El nuevo privilegio parece, desde los días de la unción divina, más gratificante que cualquier otro. La distinción ya no tendrá que recurrir a términos cuestionables y controvertidos como menor inteligencia, menos astucia o trabajo duro entre los mortales de menor rango. No, todo esto ahora tendrá causas científicamente probadas, ¿y quiénes somos para atrevernos a cuestionar los juicios científicos? Se pueden hacer protestas contra la superioridad de estatus de los superiores si su rango social era un problema de clase, una feliz coincidencia o simplemente una falta de escrúpulos. Pero, ¿quién quiere protestar contra los genes?


Artículo del filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman
sobre los avances en el mundo de la genética

Fuente: Bloghemia

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sábado, 4 de julio de 2020

Falsa y Banal Emergencia Climática

Hace algún tiempo, como preparación a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP19) que ttuvo lugar en Madrid del 2 al 13 de diciembre de 2019, le dieron gran bombo y platillo a la noticia de que 11.000 científicos de 153 países declaraban la emergencia climática y anunciaban un sufrimiento indescriptible si no se seguían sus seis recetas.
La forma elegida para este acto de campaña fue un artículo científico publicado en la revista del Instituto Americano de Ciencias Biológicas BioScience. Un artículo que de forma poco habitual para una revista científica no presentaba ningún dato nuevo sino que era más bien un manifiesto de alarma firmado por cinco autores encabezados por William Ripple y Cristopher Wolf, del departamento de ecosistemas forestales y sociedad de la Universidad del Estado de Oregon. El artículo venía acompañado de las firmas de 11.258 científicos de 153 países que lo apoyaban. Que quede claro que al firmar el artículo publicado hacen lícito hablar de ellos y nombrarles. La lista está en el archivo suplementario 1 al que se llega desde el artículo y que no se puede enlazar porque proporciona una clave que expira.

Las Firmas
Por lo tanto tenemos un artículo sobre la emergencia climática apoyado por 11.258 científicos que ha pasado la revisión por pares que proporciona la revista propiedad de un Instituto de Ciencia Americano. Excepto que como veremos, poco de ello es cierto. Lo primero que saltó por los aires fue que la lista de científicos incluía al prof. Mickey Mouse, del Instituto Mickey Mouse para los Ciegos de Namibia.


El cachondeo ante la falta de seriedad del control ejercido por los revisores del artículo y por los autores responsables de recopilar las firmas fue generalizado, como manifiesta el dibujante cómico Josh, y llegó a grandes cadenas de televisión como Sky News, y de prensa como Global News.


Y Micky Mouse no se encontraba solo. Iba acompañado del prof. Albus Dumbledore, director de Hogwarts, y de la prof. de Zoología Araminta Aadvark, un curioso apellido para una zoóloga puesto que es el nombre en inglés de uno de los mamíferos más raros, el cerdo hormiguero, que encabeza la lista alfabética en inglés de mamíferos. Ademas la prof. Aadvark está asociada a la imaginaria universidad de Neasden (UK) inventada por la revista satírica Private Eye.


Tras el cachondeo generalizado la revista BioScience bloqueó el acceso a la lista y la limpió de 34 nombres impresentables, reduciendo el número de firmantes a 11.224, aunque como veremos la lista sigue conteniendo multitud de nombres inválidos.
Al examinar la lista lo primero que se detecta es el esfuerzo por incrementar el número de países con científicos firmantes. El 95% de las firmas proviene de sólo 36 países, y el 5% restante incluye los otros 117 países. Hay 63 países que todos juntos proporcionan solo el 1% de las firmas, y 33 países tienen un único firmante. Por ejemplo Georgia aporta la firma de un médico de familia de Tbilisi, Guyana la de un coordinador de la Autoridad Central de vivienda y planificación, Moldavia la de un geógrafo, y Chad la de un estudiante. No es lo que uno definiría como científicos.
Por países España obtiene un gran éxito, ya que es el sexto país que más firmas aporta, por detrás tan solo de los EEUU, Francia, Alemania, el Reino Unido y Brasil, y con dos veces y media más firmas que Italia. En parte se explica porque España es el tercer país con más creyentes climáticos de una lista de 28.


Aunque España hace trampa y la doctora Cristina Botías del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla La Mancha firma dos veces, una con tilde y otra sin. La limpieza de la lista no ha sido suficientemente efectiva para eliminar este duplicado. Algo así provoca la anulación de una mesa electoral.

También llama la atención que China proporciona 19 firmas y Rusia aporta 4, muy por debajo de Ecuador con 47. Uno podría sentirse tentado de pensar que los científicos de China y Rusia no están nada preocupados por el cambio climático sin embargo lo que podemos afirmar es que la recogida de firmas ha estado muy sesgada y con un intento claro de reclutar países de cualquier manera para dar la impresión de que todo el mundo está a bordo de la iniciativa.

Los "Expertos" Españoles
Como científico yo siento la necesidad de analizar los datos para tener la evidencia que soporte las conclusiones. Y la primera pregunta es quiénes son estos científicos expertos que nos avisan de una crisis climática que va a causar un gran sufrimiento. Me perdonaréis que no dedique a este asunto el tiempo que requeriría comprobar los 11.224 nombres, pero sí puedo dedicar unas horas a analizar quiénes son los 691 españoles que firman. Y lo primero es decir que todos son quienes dicen ser, lo cual es muy bueno. Además resulta que conozco personalmente a tres de los firmantes, los doctores Esteban Domingo, Acaimo González Reyes y Jaime Renart. Esteban, Acaimo, Jaime, son excelentes científicos con carreras largas y distinguidas, de lo mejor que España puede ofrecer a la ciencia mundial, y además son grandes personas de los que solo podría decir cosas buenas. Pero son biólogos moleculares, una disciplina que no tiene absolutamente nada que ver con el cambio climático, por lo que no pueden hablar de él como científicos. Su conocimiento es tan de segunda mano como el de cualquiera y no hay forma de certificar que saben de lo que hablan o lo que apoyan cuando firman.

Una cantidad considerable de los que firman no dicen a qué se dedican en la casilla de disciplina, lo que lleva a pensar que es porque consideran que su trabajo no está relacionado con el objetivo de la causa y detrae del apoyo que quieren prestarle. Así que he tenido que buscarles uno por uno. De la lista hay que descontar a 75 estudiantes, 2 técnicos, 1 administrador, y 1 blogger, que no son científicos. El compañero blogger es Emilio de las Heras que como yo tiene un blog de cambio climático y economía, aunque de caracter opuesto al mío. Es decir el 11,4% no son científicos y no deberían haber firmado por mucho que apoyen la causa.

De los 612 científicos españoles que firman el manifiesto tenemos a 23 (3,8 %) que trabajan en lo que yo englobo como ciencias sociales, desde psicología y derecho hasta divulgación. No pueden ser considerados expertos en cambio climáticos ni bajo la más generosa de las acepciones. Por ejemplo tenemos al Dr. Daniele Conversi de la Universidad del País Vasco, donde hace investigación en Teoría Político/Social, Democratización Comparativa y Teoría del Nacionalismo. ¿Será una broma, no?


No nos olvidemos del prof. Enrique Cámara de Landa, catedrático de etnomusicología en la Universidad de Valladolid que se dedica a investigar la música de tradición oral y mixta en España, Hispanoamérica, Italia y la India. Aún me estoy rascando la cabeza tratando de encontrar la más ténue conexión entro eso y el clima. ¿Hay ya música étnica sobre el cambio climático? Todo se andará.
Y entre los científicos de disciplinas científicas la cosa tampoco está clara. Hay 15 (2,5 %) de las ciencias de la salud (medicina y farmacia), que seguro que tienen una opinión sobre el clima pero no puede ser considerada una opinión experta. El prof. Francisco Páez de la Cadena, de la Universidad de la Rioja, ingeniero agrónomo, es uno de los mayores expertos mundiales en la historia de los jardines, teniendo incluso su propia página en la Wikipedia en inglés. Estoy seguro que don Francisco podría contarnos cosas fascinantes de cómo los jardines se han ido adaptando al cambio climático a lo largo de los siglos pero ¿tiene experiencia profesional en las causas y posibles soluciones del cambio climático?

Los que estudian el clima mayoritariamente provienen de las ciencias físicas o matemáticas, puesto que son procesos físicos los que determinan el clima, aunque también hay procesos químicos en la atmósfera y los océanos que son muy relevantes. Así que vamos a desvelar el misterio. ¿Cuántos de los científicos firmantes trabajan en comprender como funciona el clima y qué causa sus cambios? Yo solo soy capaz de identificar a 4 climatólogos (0,7 %) en la lista. Y entonces, ¿quiénes son los demás firmantes? Pues al igual que mis colegas biólogos moleculares, 499 firmantes (81,6 %) pertenecen a las ciencias de la vida (biología y medio ambiente).


¿Por qué esta desproporción? Dentro de las ciencias de la vida están representadas numerosas disciplinas que no tienen ninguna relación con el clima. Microbiología, genética, biología molecular, veterinaria, etc. Es un engaño que estos científicos presten con su firma una credibilidad que no poseen a un artículo del clima. Dentro de las disciplinas biológicas están sobre-representados los firmantes de ecología, y dentro de estos son muy abundantes los firmantes de ecología forestal para lo pequeña que es esta subdisciplina en la ciencia en general. Y ello se debe a que los organizadores de este manifiesto son del departamento de ecosistemas forestales y sociedad de la Universidad del Estado de Oregon. Han fundado una organización denominada Alianza de Científicos del Mundo con el objetivo de hacer activismo climático. Y lógicamente lo que han hecho ha sido repartir el manifiesto entre sus colegas nacionales e internacionales con instrucciones de circularlo y luego han buscado gente de más de un centenar de países que les faltaban dispuesta a firmar. Un examen superficial de la lista completa de 11.224 firmantes muestra que la situación de España es extrapolable y la lista de 11.000 científicos está inundada de biólogos, seguidos de los estudiantes, y tiene una presencia testimonial de climatólogos.

En España se aprecia que el manuscrito fue circulado intensamente en algunos centros de investigación. Destacan la Estación Biológica de Doñana y el Museo Nacional de Ciencias Naturales, así como los centros y departamentos que hacen investigación agro-forestal.
Los científicos ecólogos están en una situación inmejorable para observar los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas. El cambio climático es real, y los seres vivos se adaptan a él. Son los expertos que necesitamos para que nos digan cómo proteger el medio ambiente de las agresiones que sufre no tanto a manos del cambio climático sino del desarrollo de la civilización humana. Está el ejemplo reciente y sangrante del Mar Menor (ahora Mar Muerto II), con un comité de expertos que no consiguió ponerse de acuerdo antes de la catástrofe en las medidas a tomar, y un informe que a posteriori culpa a las grandes cantidades de materia orgánica y nutrientes procedentes de vertidos que con la DANA sufrieron un importante repunte.
Por lo tanto los ecólogos nos pueden hablar de los efectos del cambio climático, pero nada tienen que decir de sus causas y posibles soluciones. Eso corresponde a unos expertos de distinto tipo.

El Manifiesto
¿Y qué es lo que han firmado nuestros biólogos más insignes? El manifiesto tiene dos partes ilustradas por dos figuras donde están todos los datos y comienza con la siguiente frase:
Los científicos tienen una clara obligación moral de advertir a la humanidad de cualquier amenaza catastrófica y "contarlo tal y como es".
Una frase con la que estoy absolutamente de acuerdo pero que constituye una hipocresía en boca de los autores, porque no lo cuentan "tal y como es".

La primera figura muestra el cambio durante los últimos 40 años en algunas actividades humanas, población, fertilidad, ganado, carne (reiterativo), PIB, cubierta forestal, cubierta forestal en Brasil, energía, transporte aéreo, desinversión institucional en combustibles fósiles, emisiones, porcentaje de emisiones cubiertas por tasas al carbono, precio de dichas tasas y subsidios a los combustibles fósiles. Nada que objetar, pero no hay que olvidar que la cara de la moneda es que vivimos en una época dorada de la humanidad, el mejor momento para estar vivo para el mayor número de personas. Cualquier persona de clase media del mundo vive muchísimo mejor que cualquier emperador de la antigüedad.


A pesar del increíble aumento de la población del planeta en los últimos 200 años, la mayor parte de su población ha abandonado la pobreza extrema, incrementado el número de calorías que consume diariamente, recibe educación básica, sabe leer, vive en democracia y se evitan el 90 % de las muertes infantiles que tenían lugar. Además el número relativo de muertos en conflictos bélicos ha descendido a los niveles más bajos en cien años. El gran progreso de la humanidad en los últimos 200 años ha sido conseguido en buena parte gracias a los combustibles fósiles que han aportado la energía necesaria para abandonar el horrible estado en que se encontraba la humanidad antes de ellos. Cuando no los tengamos los echaremos de menos, y la decisión de abandonarlos, por muy necesaria que sea, no puede dejarse en manos de gente que no tiene ni idea de lo que habla porque pueden provocar la catástrofe inenarrable que dicen querer evitar.

La cruz de la moneda es que tenemos al resto de los seres vivos del planeta acorralados y bajo asedio y es absolutamente imprescindible que nos empeñemos en solucionar ese problema. Pero el cambio climático no tiene mucho que ver con eso. El cambio climático y el aumento de CO2 ayudan a las plantas y de rebote a los animales que viven de ellas. Entre otras cosas los inviernos son más suaves y la estación de crecimiento se alarga, lo que algunos ven como algo muy negativo, pero los seres vivos no.

La Manipulación
En su segunda figura el artículo contiene datos climáticos destinados a convencernos de que estamos en una crisis climática: gases de efecto invernadero, temperatura, hielo, cambios de energía, acidez y nivel de los océanos, área quemada en los EEUU y fenómenos extremos. No voy a ponerme a discutir el significado de los datos que presentan para no aburrir, pero sí voy a detenerme en el único dato en el que son expertos los autores del artículo, dado que se refiere a su especialidad, la ecología forestal. Se trata del área quemada en los EEUU, su país.


En la figura de la izquierda (A) están los datos oficiales del área quemada (acres) desde 1926 del National Interagency Fire Center. En 1930 se quemaron 52 millones de acres, en 2018 se quemaron 9 millones. La figura de la derecha (B) es del manifiesto de Ripple et al., 2019 en el que tratan de convencernos de que hay una crisis climática, muestra los mismos datos (hectáreas). Y no solo es engañoso porque arde una quinta parte de lo que ardía en los años 30 y la tendencia de los últimos 90 años es la opuesta (lo que es difícil explicar desde un punto de vista climático). La intención de engañar queda clara cuando se observa que no se han incluido los datos de 1980-82 para poder empezar la tendencia creciente desde antes. No hubo tendencia creciente hasta el 2000. En ciencia este comportamiento se llama selección de datos para apoyar una hipótesis y es inadmisible y suficiente para que un revisor dedicado hubiera tumbado el artículo por intento de engaño. Pero el alarmismo climático tiene pase libre.

Es un escándalo. Una vergüenza. Nos engañan totalmente a sabiendas porque esa es el área en el que son expertos. Me pregunto cuántos de los 11.000 firmantes saben eso y a cuantos no les importaría en absoluto engañar a la gente "por una buena causa". No hay ninguna crisis climática de incendios, no hay ninguna crisis climática de fenómenos atmosféricos extremos. Los científicos son tan fiables como los curas o los políticos porque salen de la misma sociedad. Y los científicos activistas son tan fiables como los curas pedófilos o los políticos corrompibles. Hay montones de científicos engañándonos como estos y muchísimos más que les prestan una legitimidad que no poseen porque no se han molestado en estudiar los datos de un campo científico que no es el suyo.

Hay más incendios porque en EEUU primero los ecologistas convencieron a los políticos de limitar o prohibir la explotación forestal en tierras públicas y luego se ha ido recortando el presupuesto para limpiar los montes, con lo que la cantidad de material combustible se acumula aumentando año a año hasta que se produce un incendio que no hay quien pare. Los que poseen tierras cercanas a parques naturales en EEUU y Australia están aterrados. Se les prohíbe hacer quemas preventivas por el riesgo de incendios y se les deja a merced de cualquier incendio que inevitablemente se va a producir tarde o temprano.

En España el tema de los incendios se lleva muy bien y la superficie quemada ha estado descendiendo desde los años 80, y no es un caso único, porque la superficie quemada en el mundo ha descendido un 24% entre 1998 y 2015.


Mentirosos y manipuladores, nos muestran solo la gráfica de EEUU en la que ha aumentado en las últimas décadas por causas que nada tienen que ver con el clima, cuando casi todas las demás gráficas del manifiesto son globales, porque saben que a nivel mundial el área quemada disminuye.

Tras demostrar que la crisis climática no existe en la especialidad en la que son expertos los autores de Ripple et al., 2019, a pesar de lo cual nos intentan engañar, dejo para otro momento el demostrar que no hay ninguna crisis climática en ninguno de los otros aspectos en los que los autores no son expertos. Ya habéis visto como las gastan los científicos activistas.

La Solución
Es hora de pasar a la solución que nos venden para una crisis que no existe. Son seis "sencillos" cambios:
1. Energía
El mundo debe de pasarse masiva y rápidamente a las energías renovables abandonando los combustibles fósiles y los países ricos deben pagar la transición de todos.
2. Polucionantes de corta vida
Hay que reducir rápidamente las emisiones de metano, hollín e hidrofluorocarbonos, lo que de alguna forma piensan que va a incrementar el rendimiento de las cosechas (nunca ha dejado de aumentar).
3. Naturaleza
Debemos proteger y recuperar los ecosistemas reduciendo la pérdida de hábitats y biodiversidad.
4. Comida
Debemos hacernos vegetarianos (o casi), al tiempo que reducimos el desperdicio de comida.
5. Economía
Debemos reducir la extracción de materiales, cambiar a una economía libre de CO2 y en vez de incrementar el PIB, reducir la desigualdad.
6. Población
Debemos reducir la velocidad de aumento de la población mediante las medidas de planificación familiar, la igualdad de género y la educación femenina.

Partimos de la base de que no saben de lo que hablan excepto en el tercer punto. Para el resto es simple opinión tan válida como la de cualquier otro.
El implementar la primera rápidamente es imposible. Nos hemos dejado una fortuna en renovables y nuestra dependencia de los combustibles fósiles en términos absolutos ha aumentado. Se consume más petróleo, carbón y gas que nunca. Y si no fuimos capaces de hacerlo cuando éramos más ricos, antes del 2008, menos ahora que somos más pobres. Prueba a ponerle a la gente más impuestos a la gasolina como hizo Macron y además diles que va a ser para pagarle la transición energética a Marruecos.
La segunda es muy razonable. El problema es que los países desarrollados son los que más cuidan la polución de sus industrias y más normativas medioambientales tienen, mientras que los países en desarrollo pasan del tema porque así son más competitivos y se nos comen económicamente. De China, la India y Rusia han salido 91 de las 11.224 firmas, un 0,8%. ¿Cuánto contaminan los tres juntos? Que los autores dejen la ciencia a la que maltratan y lleven su activismo a esos países. br /> La tercera la apoya cualquier persona sensata. Si el manifiesto fuera de proteger el medio ambiente yo lo firmaría encantado, pero de nuevo, eso no tiene nada que ver con el clima ni lucha contra ninguna supuesta emergencia climática.
La cuarta se mete en la vida personal y va contra nuestra esencia omnívora como especie. El que quiera hacerse vegetariano que se haga, yo fui vegano durante un tiempo, pero no hay por qué obligar a los demás con engaños.
La quinta es muy probable que resultara en una sociedad en la que la gran mayoría seríamos más iguales pero por abajo, al estilo soviético. Nuestra economía se pone muy malita cuando no crece, y las recetas para el decrecimiento suenan como una quimio que podría matar al paciente. Estos biólogos están totalmente fuera de la realidad con su propuesta.
Y la sexta, buena suerte. Los países con planificación familiar disponible para todos, que intentan la igualdad de género y educan a sus niñas son los que no crecen. Y los que crecen rechazan todo eso. Parece que estemos siguiendo una estrategia anti-darwinista, un término que seguro que entienden los autores.

Así de banal y falsa queda la emergencia climática declarada por más de 11.000 científicos de 153 países. Y el problema es que con el alarmismo climático pasa lo mismo en todo. En cuanto te pones a rascar y analizas los datos no queda nada. Es todo engaño y fantasía. Pero el engaño de la crisis climática ya no hay quien lo pare. Hace ya tiempo que pasó el punto en que se convirtió en "too big to fail".

Fuente: Blog Game Over

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martes, 30 de junio de 2020

La Emergencia Climática es un Timo

Michael Shellenberger confiesa que la emergencia climática es un timo... y es censurado

Shellenberger ha escrito una larga carta en Forbes pidiendo perdón por su contribución al alarmismo climático, y pocas horas después Forbes la ha censurado.
Michael Shellenberger es una de las últimas personas que uno esperaría que hablara en contra del alarmismo climático, porque le ha ayudado en su ascenso a la fama. Time Magazine lo nombró "héroe del medio ambiente", y fue ganador del premio Libro Verde en 2008. Escribe a menudo para The New York Times, Washington Post, Wall Street Journal, Scientific American, y sus charlas TED tienen más de 5 millones de visionados. Sus credenciales entre los verdes eran hasta ahora inmaculadas sin haber contradicho nunca el dogma climático.
Para mí está claro que la crisis del COVID19 supone un punto de inflexión en el alarmismo climático porque ahora la gente ya sabe el aspecto que tiene una crisis de verdad y no va a resultar tan fácil engañarla con una crisis falsa. Es natural que la gente que ha apoyado la crisis climática, o ha callado, a sabiendas de que en realidad no existe, vea llegado el momento de hablar y bajarse de ese tren a ninguna parte. Por supuesto Shellenberger tiene un libro que vender y trata de crear polémica con motivo del lanzamiento, pero lo importante es que se nota que el viento está empezando a cambiar. Por ejemplo la portavoz de Extinction Rebellion Zion Lights ha abandonado el movimiento tras decir que se siente engañada con respecto a la energía nuclear y que la va a apoyar.
Pero los conversos famosos suponen un golpe muy duro para los extremistas climáticos y ambientales que tratan de monopolizar el discurso y estos reaccionan con censuras. El último documental de Michael Moore titulado "Planeta de los Humanos", extremadamente crítico con las renovables y los que se están haciendo ricos con ellas.



A las pocas horas de que Shellenberger publicara su carta, Forbes la ha censurado, y en su página web pone: "Nota del editor. Esta página ya no está activa". Ello a pesar de que Shellenberger es un autor habitual en Forbes.

Por supuesto la carta ya está en muchos otros sitios, como environmentalprogress.org, la ONG de Shellenberger, o incluso en la página de Forbes capturada por WayBackMachine.
El cambio climático es real, moderado y sus consecuencias son en su mayoría positivas. Sus causas no están correctamente identificadas. Y ya vamos viendo quienes son los verdaderos negacionistas y censores.

He aquí la carta:
En nombre de los ambientalistas, me disculpo por la alarma climática
En nombre de los ambientalistas de todas partes, me gustaría disculparme formalmente por la alarma climática que hemos creado en los últimos 30 años. El cambio climático está sucediendo. Simplemente no es el fin del mundo. Ni siquiera es nuestro problema ambiental más grave.
Puede parecer raro que yo precisamente diga todo esto. He sido activista climático durante 20 años y ambientalista durante 30.
Pero como un experto en energía al que el Congreso solicitó un testimonio experto objetivo, e invitado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) para servir como Revisor Experto de su próximo Informe de Evaluación, siento la obligación de disculparme por lo mal que los ambientalistas hemos engañado al público.


Aquí hay algunos datos que pocas personas conocen:
• Los humanos no están causando una "sexta extinción masiva".
• La Amazonia no es "el pulmón del mundo".
• El cambio climático no está empeorando los desastres naturales.
• Los incendios han disminuido un 25% en todo el mundo desde 2003.
• La cantidad de tierra que utilizamos para la carne, el mayor uso de tierra por la humanidad, ha disminuido en un área casi tan grande como Alaska. • La acumulación de leña y más casas cerca de los bosques, no el cambio climático, explica por qué hay más incendios, y más peligrosos, en Australia y California.
• Las emisiones de carbono están disminuyendo en la mayoría de las naciones ricas y han disminuido en Gran Bretaña, Alemania y Francia desde mediados de la década de 1970.
• La adaptación a la vida por debajo del nivel del mar hizo que los Países Bajos fueran ricos, no pobres.
• Producimos un 25% más de alimentos de los que necesitamos y los excedentes de alimentos continuarán aumentando a medida que el mundo se calienta.
• La pérdida de hábitats y la matanza directa de animales salvajes son amenazas más grandes para las especies que el cambio climático.
• El combustible de madera es mucho peor para las personas y la vida silvestre que los combustibles fósiles.
• Prevenir futuras pandemias requiere más, no menos agricultura "industrial".

Sé que los hechos anteriores sonarán como "negacionismo climático" para muchas personas. Pero eso solo muestra el poder del alarmismo climático.
En realidad, los hechos anteriores provienen de los mejores estudios científicos disponibles, incluidos los realizados o aceptados por el IPCC, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Otros organismos científicos líderes.

Algunas personas, cuando lean esto, imaginarán que soy un anti-ambientalista de derechas. No lo soy. A los 17 años viví en Nicaragua para mostrar solidaridad con la revolución socialista sandinista. A los 23 años reuní dinero para las cooperativas de mujeres guatemaltecas. A principios de mis 20 años viví en la Amazonia investigando con pequeños agricultores que luchaban contra las invasiones de tierras. A los 26 años ayudé a exponer las malas condiciones en las fábricas de Nike en Asia.
Me convertí en ecologista a los 16 años cuando organicé una recaudación de fondos para Rainforest Action Network. A los 27 años ayudé a salvar las últimas secuoyas antiguas sin protección en California. A los 30 años defendí las energías renovables y con éxito ayudé a persuadir a la administración de Obama de que invirtiera $ 90 mil millones en ellas. En los últimos años, ayudé a salvar suficientes plantas nucleares de ser reemplazadas por combustibles fósiles para evitar un fuerte aumento de las emisiones.
Pero hasta el año pasado, evité hablar contra el alarmismo climático. En parte es porque estaba avergonzado. Después de todo, soy tan culpable de alarmismo como cualquier otro ambientalista. Durante años, me referí al cambio climático como una amenaza "existencial" para la civilización humana, y lo llamé una "crisis".
Pero principalmente estaba asustado. Me quedé callado sobre la campaña de desinformación climática porque tenía miedo de perder amigos y fondos. Las pocas veces que reuní el coraje para defender la ciencia del clima de aquellos que la tergiversaron, sufrí graves consecuencias. Y, por lo tanto, me mantuve al margen y no hice casi nada mientras mis compañeros ambientalistas aterrorizaban al público.
Incluso me mantuve al margen mientras la gente en la Casa Blanca y muchos en los medios de comunicación intentaban destruir la reputación y la carrera de un destacado científico, buen hombre y amigo mío, Roger Pielke, Jr., un demócrata progresista y ambientalista de toda la vida que testificó a favor de las regulaciones de carbono. ¿Por qué hicieron eso? Porque su investigación demuestra que los desastres naturales no están empeorando.
Pero, el año pasado, las cosas se salieron de control.
Alexandria Ocasio-Cortez dijo: "El mundo se acabará en doce años si no abordamos el cambio climático". El grupo ambientalista más destacado de Gran Bretaña proclamó que "el cambio climático mata a los niños".
El periodista verde más influyente del mundo, Bill McKibben, calificó el cambio climático como "el mayor desafío al que los humanos se han enfrentado" y dijo que "acabaría con las civilizaciones".
Los principales periodistas informaron, en repetidas ocasiones, que la Amazonia era "el pulmón del mundo" y que la deforestación era como una bomba nuclear estallando.

Como resultado, la mitad de las personas encuestadas en todo el mundo el año pasado dijeron que pensaban que el cambio climático extinguiría a la humanidad. Y en enero, uno de cada cinco niños británicos dijo a los encuestadores que tenían pesadillas sobre el cambio climático.
Tanto si tiene hijos como si no, debe ver lo mal que está esto. Admito que puedo ser sensible porque tengo una hija adolescente. Después de hablar sobre la ciencia, ella se tranquilizó. Pero sus amigos están profundamente mal informados y, por lo tanto, comprensiblemente, asustados.

Entonces decidí que tenía que hablar. Sabía que escribir algunos artículos no sería suficiente. Necesitaba un libro para presentar correctamente todas las pruebas.
Y así, mi disculpa formal por nuestro alarmismo viene en forma de mi nuevo libro, Apocalipsis Nunca: por qué el alarmismo ambiental nos perjudica a todos.
Se basa en dos décadas de investigación y tres décadas de activismo ambiental. Con 400 páginas, y 100 de ellas de anotaciones, Apocalipsis nunca cubre el cambio climático, la deforestación, los desechos plásticos, la extinción de especies, la industrialización, la carne, la energía nuclear y las renovables.


Algunos aspectos destacados del libro:
• Las fábricas y la agricultura moderna son las claves para la liberación humana y el progreso ambiental.
• Lo más importante para salvar el medio ambiente es producir más alimentos, especialmente carne, en menos tierra.
• Lo más importante para reducir la contaminación del aire y las emisiones de carbono es pasar de la madera al carbón, al petróleo, al gas natural y al uranio.
• El 100% de energías renovables requeriría aumentar la tierra utilizada para energía del 0.5% de hoy al 50%.
• Deberíamos querer que las ciudades, granjas y plantas de energía tengan densidades de energía más altas, no más bajas.
• El vegetarianismo reduce las emisiones de una persona en menos del 4%
• Greenpeace no salvó a las ballenas, el cambio del aceite de ballena al petróleo y el aceite de palma sí.
• La carne de res “libre” requeriría 20 veces más tierra y produciría 300% más de emisiones.
• El dogmatismo de Greenpeace empeoró la fragmentación forestal de la Amazonía.
• El enfoque colonialista de la conservación del gorila en el Congo produjo una reacción violenta que pudo haber resultado en la muerte de 250 elefantes.

¿Por qué estábamos todos tan engañados?
En los últimos tres capítulos de Apocalipsis Nunca expongo las motivaciones financieras, políticas e ideológicas. Los grupos ambientalistas han aceptado cientos de millones de dólares de los intereses de los combustibles fósiles. Los grupos motivados por creencias antihumanistas obligaron al Banco Mundial a dejar de tratar de acabar con la pobreza y, en cambio, hacer que la pobreza sea "sostenible". Y la ansiedad de estatus, la depresión y la hostilidad hacia la civilización moderna están detrás de gran parte del alarmismo.
Una vez que nos demos cuenta de cuán mal informados hemos estado, a menudo por personas con motivaciones claramente desagradables o poco saludables, es difícil no sentirse engañado.

¿Hará alguna diferencia Apocalipsis Nunca? Ciertamente hay razones para dudarlo.
Los medios de comunicación han estado haciendo pronunciamientos apocalípticos sobre el cambio climático desde finales de la década de 1980, y no parecen dispuestos a detenerse.
La ideología detrás de la alarma ambiental, el maltusianismo, ha sido desacreditada repetidamente durante 200 años y, sin embargo, es más poderosa que nunca.
Pero también hay razones para creer que el alarmismo ambiental tendrá, si no llega a su fin, un poder cultural decreciente.

La pandemia de coronavirus es una crisis real que pone en perspectiva la "crisis" climática. Incluso si crees que hemos reaccionado de forma exagerada, Covid-19 ha matado a casi 500,000 personas y destrozado las economías de todo el mundo.
Las instituciones científicas, incluidas la OMS y el IPCC, han socavado su credibilidad a través de la reiterada politización de la ciencia. Su futura existencia y relevancia depende de un nuevo liderazgo y una reforma seria.

Los hechos aún importan, y las redes sociales están permitiendo una gama más amplia de voces nuevas e independientes para competir con los periodistas ambientalistas alarmistas de las publicaciones tradicionales.
Las naciones están volviendo abiertamente al interés propio y lejos del maltusianismo y el neoliberalismo, lo que es bueno para la energía nuclear y mala para las energías renovables.

La evidencia es abrumadora de que nuestra civilización de alta energía es mejor para las personas y la naturaleza que la civilización de baja energía a la que nos devolverían los alarmistas climáticos.

Las invitaciones del IPCC y el Congreso son signos de una creciente apertura a nuevas ideas sobre el cambio climático y el medio ambiente. Otro ha sido la respuesta a mi libro de científicos climáticos, conservacionistas y estudiosos del medio ambiente. "Apocalipsis Nunca es un libro extremadamente importante", escribe Richard Rhodes, autor ganador del Pulitzer con The Making of the Atomic Bomb. "Este puede ser el libro más importante sobre el medio ambiente jamás escrito", dice uno de los padres de la moderna ciencia del clima, Tom Wigley.

"Los ambientalistas acusamos a aquellos con opiniones contrarias de ser ignorantes de la ciencia y susceptibles a sesgos de confirmación", escribió el ex jefe de The Nature Conservancy, Steve McCormick. “Pero con demasiada frecuencia somos culpables de lo mismo. Shellenberger ofrece "amor duro": un desafío a las ortodoxias arraigadas y a la mentalidad rígida y autodestructiva. Apocalipsis Nunca ofrece a veces puntos de vista punzantes, pero siempre bien diseñados y basados en evidencia que ayudarán a desarrollar el "músculo mental" que necesitamos para imaginar y diseñar no solo un futuro esperanzador, sino alcanzable".

Eso es todo lo que esperaba al escribirlo. Si has llegado hasta aquí, espero que estés de acuerdo en que quizás no sea tan extraño como parece que un activista ambientalista, progresista y climático de toda la vida sintió la necesidad de hablar en contra del alarmismo.

Espero que acepten mis disculpas.


Michael Shellenberger

Fuente: Blog Game Over?

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martes, 12 de mayo de 2020

Nuevos Métodos de Pago

Los pagos electrónicos están viviendo grandes avances en los últimos años. La entrada del blockchain ha impulsado que se creen nuevos métodos de pago con el fin de reducir pasos, intermediarios y precios a la hora de realizar transacciones.
Estos cambios se están llevando a cabo porque la forma de pagar por servicios y productos está sufriendo una fuerte evolución desde hace unos años. La tendencia es usar cada vez menos dinero físico y más las transacciones electrónicas. Nuevos métodos de pago que irán progresando, sobre todo, según las plataformas de pago mediante teléfonos móviles vayan ganando terreno a las tradicionales y el blockchain siga extendiéndose.


Grandes empresas como Amazon están desarrollando plataformas de pago a través del blockchain que les permiten, entre otras muchas cosas, que el cliente pueda financiar sus compras. Su finalidad está enfocada a erigirse como una alternativa real a la banca tradicional o a las criptomonedas en cuanto a pagos se refiere.

Qué es Blockchain
Blockchain es una palabra que proviene del inglés y se divide en dos: block (bloque) y chain (cadena). Es decir: es una cadena de bloques de registro único, consensuado y distribuido en varios nodos en una red. En cada uno de los bloques que componen la cadena se almacena una cantidad de registros o transacciones, información relativa a ese bloque y su vinculación al bloque anterior y al siguiente.
Esta particularidad hace que cada bloque tenga unas características y un lugar único, lo que hace que no se pueda romper fácilmente. Según se va creando más información, esta se debe verificar y validar previamente para luego ser añadida a un nuevo bloque de la cadena.

Estas características hacen que los nuevos métodos de pago con blockchain sean:
• Más seguros. Al ser una cadena de bloques, los usuarios crean sus propios registros y los comparten con otros, por lo que toda la red tiene acceso a los originales.
• Más rápidos y menos costosos. Los pagos transfronterizos se reducen en tiempo, complejidad y tasas porque se eliminan intermediarios.
• Más transparentes. Como apuntábamos antes, las transacciones están visibles. Lo que no está abierto es la identidad de los usuarios.
• Más innovadores. Una mayor competencia siempre trae una mayor innovación.

Nuevos Métodos de Pago de Grandes Empresas
Son ya muchas empresas las que están desarrollando nuevos métodos de pago en base a esta tecnología para ofrecer todas las ventajas anteriormente citadas a sus clientes.
Amazon, por ejemplo, ha creado Amazon Managed Blockchain. Se trata de un servicio que facilita la generación y uso de redes de bloques en cadenas mediante códigos abiertos. Con este sistema se reduce el tiempo que se necesita para crear la red, que se escala automáticamente para cumplir con las demandas de miles de aplicaciones que ejecutan millones de transacciones. Cuando una cadena entra en funcionamiento, Amazon Managed Blockchain facilita su administración. Es decir: permite fácilmente invitar a los nuevos miembros a la cadena, hace un seguimiento de las métricas operacionales o administra sus certificados.
En este mismo ámbito, Amazon también creó hace un tiempo Amazon Business, una plataforma blockchain específica para autónomos y empresas. A través de ésta les ofrece numerosas ventajas, como pueden ser soluciones de pago flexibles y beneficios como los precios sin IVA o las facturas con el IVA especificado.

Fuente: Pictet Asset Management

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sábado, 9 de mayo de 2020

No Luches, Adáptate

Carta abierta al Secretario General de las Naciones Unidas. 13 Dic. 2007
Su excelencia Ban Ki-Moon Secretario General de las Naciones Unidas, N.Y.
Querido Sr. Secretario General,
Referente a:
La conferencia del clima de la ONU: dirigiendo al mundo en dirección completamente equivocada

No es posible detener el cambio climático, un fenómeno natural que ha afectado a la humanidad a través de los siglos. Historias geológicas, arqueológicas, orales y escritas, todas dan fe de los dramáticos desafíos que supusieron para las sociedades del pasado los cambios imprevistos en la temperatura, las precipitaciones, los vientos y otras variables climáticas. Por tanto, necesitamos equipar a las naciones a ser resistentes a la gama completa de estos fenómenos naturales mediante la promoción del crecimiento económico y la generación de riqueza.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha emitido conclusiones cada vez más alarmantes sobre las influencias climáticas del dióxido de carbono (CO2) de origen humano, un gas no contaminante que es esencial para la fotosíntesis de las plantas. Si bien entendemos la evidencia que los ha llevado a ver las emisiones de CO2 como perjudiciales, las conclusiones del IPCC son bastante insuficientes como justificación para la aplicación de políticas que disminuyan sensiblemente la prosperidad futura. En particular, no se ha demostrado que sea posible alterar significativamente el clima global a través de recortes en las emisiones humanas de gases de efecto invernadero. Adicionalmente, puesto que los intentos de reducir las emisiones ralentizarán el desarrollo, el enfoque actual de las Naciones Unidas de reducir el CO2 es probable que incremente el sufrimiento humano producido por el cambio climático futuro en lugar de disminuirlo.
Los resúmenes del IPCC para los responsables políticos son los informes del IPCC más leídos entre los políticos y no científicos y son la base para la mayoría de la formulación de políticas de cambio climático. Sin embargo, estos resúmenes son preparados por un equipo relativamente pequeño con los borradores finales aprobados línea por línea por los representantes de gobierno. La gran mayoría de los contribuyentes del IPCC, los revisores, y las decenas de miles de otros científicos, que están cualificados para comentar sobre estos asuntos no están involucrados en la preparación de estos documentos. Los resúmenes por lo tanto, no pueden ser representados adecuadamente como una opinión de consenso entre los expertos.

Contrariamente a la impresión dejada por los informes resumen del IPCC:
- Observaciones recientes de fenómenos como la retirada de los glaciares, aumento del nivel del mar y la migración de especies sensibles a la temperatura no son evidencia del cambio climático anormal, ya que ninguno de estos cambios se ha demostrado que se encuentran fuera de los límites de la variabilidad natural conocida.
- La tasa media de calentamiento de 0,1 a 0. 2 grados Celsius por década registrada por satélites durante el siglo XX cae dentro de las tasas naturales conocidas de calentamiento y enfriamiento durante los últimos 10.000 años.
- Destacados científicos, incluyendo algunos altos representantes del IPCC, reconocen que los modelos informáticos de hoy en día no pueden predecir el clima.

En consonancia con esto, y a pesar de las proyecciones por ordenador de los aumentos de temperatura, no ha habido calentamiento global neto desde 1998. Que la meseta de temperatura actual sigue a un período de finales del siglo XX de calentamiento es consistente con la continuación hoy de los ciclos naturales multidecadales o milenarios.
En marcado contraste con la afirmación tantas veces repetida de que la ciencia del cambio climático está "establecida", una nueva investigación significativa revisada por pares ha puesto aún más en duda la hipótesis del calentamiento global peligroso causado por el hombre. Pero debido a que los grupos de trabajo del IPCC fueron generalmente instruidos (ver http://ipcc-wg1.ucar.edu/wg1/docs/ wg1_timetable_2006-08-14.pdf) para considerar trabajos publicados sólo hasta mayo de 2005, estos hallazgos importantes no están incluidos en sus informes; es decir, los informes de evaluación del IPCC ya están materialmente obsoletos.

La conferencia sobre el clima de la ONU en Bali se ha planeado para llevar al mundo a lo largo de un camino de severas restricciones de CO2, haciendo caso omiso de las lecciones aparentes desde el fracaso del Protocolo de Kyoto, la naturaleza caótica del mercado de comercio de CO2 de Europa, y la ineficacia de otras iniciativas costosas para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. Los análisis equilibrados de coste/beneficio no proporcionan apoyo a la introducción de medidas globales para limitar y reducir el consumo de energía con el fin de restringir las emisiones de CO2. Por otra parte, es irracional aplicar el "principio de precaución" porque muchos científicos reconocen que ambos enfriamientos y calentamientos climáticos son posibilidades realistas sobre el futuro a medio plazo.
El enfoque actual de la ONU sobre "la lucha contra el cambio climático", como se ilustra en el Informe del 27 de noviembre del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano, está distrayendo a los gobiernos de adaptarse a la amenaza de los inevitables cambios climáticos naturales, sea cual sea las formas que puedan tomar. Es necesaria una planificación nacional e internacional para tales cambios, con un enfoque en ayudar a nuestros ciudadanos más vulnerables a adaptarse a las condiciones que se avecinan. Los intentos para prevenir que se produzca el cambio climático global son en última instancia inútiles, y constituyen una trágica mala asignación de los recursos que se gastarían mejor en los problemas reales y urgentes de la humanidad.

Atentamente, [Lista de firmantes abajo]

Copia a: Jefes de Estado de los países de las personas firmantes.
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Don Aitkin, PhD, Professor, social scientist, retired vice-chancellor and president, University of Canberra, Australia

William J.R. Alexander, PhD, Professor Emeritus, Dept. of Civil and Biosystems Engineering, University of Pretoria, South Africa; Member, UN Scientific and Technical Committee on Natural Disasters, 1994-2000

Bjarne Andresen, PhD, physicist, Professor, The Niels Bohr Institute, University of Copenhagen, Denmark

Geoff L. Austin, PhD, FNZIP, FRSNZ, Professor, Dept. of Physics, University of Auckland, New Zealand

Timothy F. Ball, PhD, environmental consultant, former climatology professor, University of Winnipeg

Ernst-Georg Beck, Dipl. Biol., Biologist, Merian-Schule Freiburg, Germany

Sonja A. Boehmer-Christiansen, PhD, Reader, Dept. of Geography, Hull University, U.K.; Editor, Energy & Environment journal

Chris C. Borel, PhD, remote sensing scientist, U.S.

Reid A. Bryson, PhD, DSc, DEngr, UNE P. Global 500 Laureate; Senior Scientist, Center for Climatic Research; Emeritus Professor of Meteorology, of Geography, and of Environmental Studies, University of Wisconsin

Dan Carruthers, M.Sc., wildlife biology consultant specializing in animal ecology in Arctic and Subarctic regions, Alberta

R.M. Carter, PhD, Professor, Marine Geophysical Laboratory, James Cook University, Townsville, Australia

Ian D. Clark, PhD, Professor, isotope hydrogeology and paleoclimatology, Dept. of Earth Sciences, University of Ottawa

Richard S. Courtney, PhD, climate and atmospheric science consultant, IPCC expert reviewer, U.K.

Willem de Lange, PhD, Dept. of Earth and Ocean Sciences, School of Science and Engineering, Waikato University, New Zealand

David Deming, PhD (Geophysics), Associate Professor, College of Arts and Sciences, University of Oklahoma

Freeman J. Dyson, PhD, Emeritus Professor of Physics, Institute for Advanced Studies, Princeton, N.J.

Don J. Easterbrook, PhD, Emeritus Professor of Geology, Western Washington University

Lance Endersbee, Emeritus Professor, former dean of Engineering and Pro-Vice Chancellor of Monasy University, Australia

Hans Erren, Doctorandus, geophysicist and climate specialist, Sittard, The Netherlands

Robert H. Essenhigh, PhD, E.G. Bailey Professor of Energy Conversion, Dept. of Mechanical Engineering, The Ohio State University

Christopher Essex, PhD, Professor of Applied Mathematics and Associate Director of the Program in Theoretical Physics, University of Western Ontario

David Evans, PhD, mathematician, carbon accountant, computer and electrical engineer and head of 'Science Speak,' Australia

William Evans, PhD, editor, American Midland Naturalist; Dept. of Biological Sciences, University of Notre Dame

Stewart Franks, PhD, Professor, Hydroclimatologist, University of Newcastle, Australia

R. W. Gauldie, PhD, Research Professor, Hawai'i Institute of Geophysics and Planetology, School of Ocean Earth Sciences and Technology, University of Hawai'i at Manoa

Lee C. Gerhard, PhD, Senior Scientist Emeritus, University of Kansas; former director and state geologist, Kansas Geological Survey

Gerhard Gerlich, Professor for Mathematical and Theoretical Physics, Institut fur Mathematische Physik der TU Braunschweig, Germany

Albrecht Glatzle, PhD, sc.agr., Agro-Biologist and Gerente ejecutivo, INTTAS, Paraguay

Fred Goldberg, PhD, Adjunct Professor, Royal Institute of Technology, Mechanical Engineering, Stockholm, Sweden

Vincent Gray, PhD, expert reviewer for the IPCC and author of The Greenhouse Delusion: A Critique of 'Climate Change 2001,Wellington, New Zealand

William M. Gray, Professor Emeritus, Dept. of Atmospheric Science, Colorado State University and Head of the Tropical Meteorology Project

Howard Hayden, PhD, Emeritus Professor of Physics, University of Connecticut

Louis Hissink MSc, M.A.I.G., editor, AIG News, and consulting geologist, Perth, Western Australia

Craig D. Idso, PhD, Chairman, Center for the Study of Carbon Dioxide and Global Change, Arizona

Sherwood B. Idso, PhD, President, Center for the Study of Carbon Dioxide and Global Change, AZ, USA

Andrei Illarionov, PhD, Senior Fellow, Center for Global Liberty and Prosperity; founder and director of the Institute of Economic Analysis

Zbigniew Jaworowski, PhD, physicist, Chairman -Scientific Council of Central Laboratory for Radiological Protection, Warsaw, Poland

Jon Jenkins, PhD, MD, computer modelling -virology, NSW, Australia

Wibjorn Karlen, PhD, Emeritus Professor, Dept. of Physical Geography and Quaternary Geology, Stockholm University, Sweden

Olavi Karner, Ph.D., Research Associate, Dept. of Atmospheric Physics, Institute of Astrophysics and Atmospheric Physics, Toravere, Estonia

Joel M. Kauffman, PhD, Emeritus Professor of Chemistry, University of the Sciences in Philadelphia

David Kear, PhD, FRSNZ, CMG, geologist, former Director-General of NZ Dept. of Scientific & Industrial Research, New Zealand

Madhav Khandekar, PhD, former research scientist, Environment Canada; editor, Climate Research (2003-05); editorial board member, Natural Hazards; IPCC expert reviewer 2007

William Kininmonth M.Sc., M.Admin., former head of Australia's National Climate Centre and a consultant to the World Meteorological organization's Commission for Climatology

Jan J.H. Kop, MSc Ceng FICE (Civil Engineer Fellow of the Institution of Civil Engineers), Emeritus Prof. of Public Health Engineering, Technical University Delft, The Netherlands

Prof. R.W.J. Kouffeld, Emeritus Professor, Energy Conversion, Delft University of Technology, The Netherlands

Salomon Kroonenberg, PhD, Professor, Dept. of Geotechnology, Delft University of Technology, The Netherlands

Hans H.J. Labohm, PhD, economist, former advisor to the executive board, Clingendael Institute (The Netherlands Institute of International Relations), The Netherlands

The Rt. Hon. Lord Lawson of Blaby, economist; Chairman of the Central Europe Trust; former Chancellor of the Exchequer, U.K.

Douglas Leahey, PhD, meteorologist and air-quality consultant, Calgary

David R. Legates, PhD, Director, Center for Climatic Research, University of Delaware

Marcel Leroux, PhD, Professor Emeritus of Climatology, University of Lyon, France; former director of Laboratory of Climatology, Risks and Environment, CNRS

Bryan Leyland, International Climate Science Coalition, consultant and power engineer, Auckland, New Zealand William Lindqvist, PhD, independent consulting geologist, Calif.

Richard S. Lindzen, PhD, Alfred P. Sloan Professor of Meteorology, Dept. of Earth, Atmospheric and Planetary Sciences, Massachusetts Institute of Technology

A.J. Tom van Loon, PhD, Professor of Geology (Quaternary Geology),

Adam Mickiewicz University, Poznan, Poland; former President of the European Association of Science Editors

Anthony R. Lupo, PhD, Associate Professor of Atmospheric Science, Dept. of Soil, Environmental, and Atmospheric Science, University of Missouri-Columbia

Richard Mackey, PhD, Statistician, Australia

Horst Malberg, PhD, Professor for Meteorology and Climatology, Institut fur Meteorologie, Berlin, Germany

John Maunder, PhD, Climatologist, former President of the Commission for Climatology of the World Meteorological Organization (89-97), New Zealand

Alister McFarquhar, PhD, international economy, Downing College, Cambridge, U.K.

Ross McKitrick, PhD, Associate Professor, Dept. of Economics, University of Guelph

John McLean, PhD, climate data analyst, computer scientist, Australia

Owen McShane, PhD, economist, head of the International Climate Science Coalition; Director, Centre for Resource Management Studies, New Zealand

Fred Michel, PhD, Director, Institute of Environmental Sciences and Associate Professor of Earth Sciences, Carleton University

Frank Milne, PhD, Professor, Dept. of Economics, Queen's University

Asmunn Moene, PhD, former head of the Forecasting Centre, Meteorological Institute, Norway

Alan Moran, PhD, Energy Economist, Director of the IPA's Deregulation Unit, Australia

Nils-Axel Morner, PhD, Emeritus Professor of Paleogeophysics & Geodynamics, Stockholm University, Sweden

Lubos Motl, PhD, Physicist, former Harvard string theorist, Charles University, Prague, Czech Republic

John Nicol, PhD, Professor Emeritus of Physics, James Cook University, Australia

David Nowell, M.Sc., Fellow of the Royal Meteorological Society, former chairman of the NATO Meteorological Group, Ottawa

James J. O'Brien, PhD, Professor Emeritus, Meteorology and Oceanography, Florida State University

Cliff Ollier, PhD, Professor Emeritus (Geology), Research Fellow, University of Western Australia

Garth W. Paltridge, PhD, atmospheric physicist, Emeritus Professor and former Director of the Institute of Antarctic and Southern Ocean Studies, University of Tasmania, Australia

R. Timothy Patterson, PhD, Professor, Dept. of Earth Sciences (paleoclimatology), Carleton University

Al Pekarek, PhD, Associate Professor of Geology, Earth and Atmospheric Sciences Dept., St. Cloud State University, Minnesota

Ian Plimer, PhD, Professor of Geology, School of Earth and Environmental Sciences, University of Adelaide and Emeritus Professor of Earth Sciences, University of Melbourne, Australia

Brian Pratt, PhD, Professor of Geology, Sedimentology, University of Saskatchewan

Harry N.A. Priem, PhD, Emeritus Professor of Planetary Geology and Isotope Geophysics, Utrecht University; former director of the Netherlands Institute for Isotope Geosciences

Alex Robson, PhD, Economics, Australian National University

Colonel F.P.M. Rombouts, Branch Chief -Safety, Quality and Environment, Royal Netherland Air Force

R.G. Roper, PhD, Professor Emeritus of Atmospheric Sciences, School of Earth and Atmospheric Sciences, Georgia Institute of Technology

Arthur Rorsch, PhD, Emeritus Professor, Molecular Genetics, Leiden University, The Netherlands

Rob Scagel, M.Sc., forest microclimate specialist, principal consultant, Pacific Phytometric Consultants, B.C.

Tom V. Segalstad, PhD, (Geology/Geochemistry), Head of the Geological Museum and Associate Professor of Resource and Environmental Geology, University of Oslo, Norway

Gary D. Sharp, PhD, Center for Climate/Ocean Resources Study, Salinas, CA

S. Fred Singer, PhD, Professor Emeritus of Environmental Sciences, University of Virginia and former director Weather Satellite Service

L. Graham Smith, PhD, Associate Professor, Dept. of Geography, University of Western Ontario

Roy W. Spencer, PhD, climatologist, Principal Research Scientist, Earth System Science Center, The University of Alabama, Huntsville

Peter Stilbs, TeknD, Professor of Physical Chemistry, Research Leader, School of Chemical Science and Engineering, KTH(Royal Institute of Technology), Stockholm, Sweden

Hendrik Tennekes, PhD, former director of research, Royal Netherlands Meteorological Institute

Dick Thoenes, PhD, Emeritus Professor of Chemical Engineering, Eindhoven University of Technology, The Netherlands

Brian G Valentine, PhD, PE (Chem.), Technology Manager -Industrial Energy Efficiency, Adjunct Associate Professor of Engineering Science, University of Maryland at College Park; Dept of Energy, Washington, DC

Gerrit J. van der Lingen, PhD, geologist and paleoclimatologist, climate change consultant, Geoscience Research and Investigations, New Zealand

Len Walker, PhD, Power Engineering, Australia

Edward J. Wegman, PhD, Department of Computational and Data Sciences, George Mason University, Virginia

Stephan Wilksch, PhD, Professor for Innovation and Technology Management, Production Management and Logistics, University of Technolgy and Economics Berlin, Germany

Boris Winterhalter, PhD, senior marine researcher (retired), Geological Survey of Finland, former professor in marine geology, University of Helsinki, Finland

David E. Wojick, PhD, P.Eng., energy consultant, Virginia Raphael Wust, PhD, Lecturer, Marine Geology/Sedimentology, James Cook University, Australia

A. Zichichi, PhD, President of the World Federation of Scientists, Geneva, Switzerland; Emeritus Professor of Advanced Physics, University of Bologna, Italy
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No busquéis ningún científico español en la lista. No lo hay. El gobierno de España en diciembre de 2007 no recibió esta carta.

Fuentes:
Edge. Heretical thoughts about Science and Society, by Freeman Dyson
Yale environment 360. Freeman Dyson Takes on the Climate Establishment
National Post. Don't fight, adapt. Open letter to the Secretary-General of the United Nations
The New York Times. The Civil Heretic - Freeman Dyson

Fuente: Blog Game Over?

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Proyecto del Club de los 80Mil

Si queremos una sociedad sustentable necesitamos lograr nuevamente el equilibrio entre sociedad, medio ambiente y economía, empezando por el concepto y el diseño de nuestros propios espacios para lograr una mayor convivencia con el medio natural y social, y al mismo tiempo fomentar la autosustentabilidad energética y de alimentos, así como mejorar nuestra calidad de vida con una estética en la vivienda, el buen manejo del agua potable y residual, al igual que el manejo sustentable de los desechos y residuos sólidos que generamos en nuestras casas y hábitats.

Este proyecto nos introduce a un estilo de vida modelo para un mejor futuro y presentar soluciones concretas para enfrentar problemas como la contaminación del agua, el calentamiento global, la erosión del suelo y la pérdida de la biodiversidad y recuperar valores como la armonía entre la estética y la arquitectura, la convivencia y la paz.

El proyecto es la búsqueda total de una mejor calidad de vida para los individuos, las sociedades y el planeta.