Guerreros Viajeros
de la Madre Tierra
Si crees que puedes, tú puedes.
Si crees que no puedes... Tienes razón.
domingo, 15 de diciembre de 2024
Manipulaciones del Clima - Conferencia del Dr. Philipp Zeller, físico de la Universidad Politécnica Europea (ETH)
Geoingeniería, estelas químicas, HAARP; ¿hasta qué punto debemos tomarnos en serio este tema? Philipp Zeller, Dr. sc. nat., Dipl. Physiker ETH, también se hizo esta pregunta. Este piloto aficionado lleva casi tres décadas estudiando lo que ocurre en el cielo. Trabajó varios años en el sector de las patentes, donde descubrió información explosiva que ahora saca a la luz.
¿Qué saben ustedes sobre la manipulación meteorológica? ¿Este tema también es controvertido en su entorno y a menudo se tacha de teoría conspirativa? La siguiente presentación de un doctor en ciencias naturales en el WEFF de verano de 2022 en Davos es muy ilustrativa al respecto.
Philipp Zeller estudió Física en la ETH (Escuela Politécnica Federal) de Zúrich y es doctor en Ciencias Naturales. Como piloto recreativo, Zeller lleva más de tres décadas estrechamente vinculado a la meteorología.
A medida que pasaba el tiempo, notaba cada vez más anomalías en el cielo. Comenzó a realizar sus propias investigaciones. En particular, sobre los temas SRM (Gestión de la Radiación Solar), SAI (Inyección de Aerosoles Estratosféricos) y HAARP (Proyecto de Investigación Auroral Activa de Alta Frecuencia).
viernes, 6 de diciembre de 2024
El Miedo Vuelve Estúpida a la Gente
El contagio no es un patógeno biológico, sino una mezcla de frenesí mediático, manipulación política y decadencia social. Las comunidades se están convirtiendo en campos de batalla porque eso es exactamente lo que quieren quienes están en el poder: un mundo dividido en el que estemos demasiado ocupados peleándonos entre nosotros como para darnos cuenta de los verdaderos culpables.
Ahora bien, ¿esas personas, que suelen tener modales apacibles, se están convirtiendo en fanáticos beligerantes, mientras que los amantes de la paz están acumulando armas, preparándose no para amenazas externas, sino para conflictos internos? Es una descentralización por diseño. Los que están en el poder han aprendido que el miedo es rentable. No se trata sólo de mantenernos alerta, sino de asegurar que estemos tan consumidos por el miedo que no podamos ver los hilos que mueven los que están arriba.
Tanto la izquierda como la derecha no sólo difunden desconfianza, sino que son los cerebros de la división. Se aprovechan de nuestra desconfianza mutua, y se aseguran de que estemos demasiado distraídos por nuestras diferencias como para unirnos contra los verdaderos enemigos: la corrupción sistémica y la desigualdad económica.
Esta estrategia de control a través del miedo y la división es insidiosamente perfecta. Nos mantiene estúpidos, sí, pero lo que es más importante, nos mantiene obedientes. Mientras estamos ocupados temiendo a nuestros vecinos, los verdaderos arquitectos de nuestra caída se ríen mientras van al banco, asegurándose de que su control del poder siga siendo indiscutible.
Confundirlos, distraerlos con el ruido interminable de los ciclos de noticias 24 horas al día, 7 días a la semana y los programas de telerrealidad, convertir cada pequeño desacuerdo en una guerra en toda regla y enredarlos en debates sobre temas que, en última instancia, no importan.
La estrategia clave es la división. Dividir a la población en facciones opuestas, convencer a cada una de ellas de que la amenaza real es la otra y dejar que griten hasta quedarse roncas hasta que se vuelvan sordas a todo lo demás. En este caos, el consenso se vuelve imposible y permanecen ajenos a los tentáculos sigilosos de un estado policial hasta que es demasiado tarde.
Este es el modelo de cómo las sociedades libres se encadenan voluntariamente, permitiendo que los tiranos asciendan. No es accidental; está orquestado con precisión, pero pocos en Estados Unidos reconocen esta manipulación. Se engaña a las personas para que se vean entre sí como adversarios, canalizando su energía y recursos en elecciones, armando a la policía, tecnología de vigilancia y guerras, todo bajo la ilusión de comprar seguridad, que, irónicamente, nunca se materializa.
Mientras tanto, los verdaderos agentes del poder, aquellos que están en los bolsillos de los lobistas y las corporaciones, promueven sus agendas a un costo superior para el público. “Nosotros, los tontos” terminamos pagando las cuentas, soportando las medidas de seguridad invasivas y viviendo bajo la vigilancia constante de un estado de vigilancia.
Todos los días, los medios de comunicación alternativos nos bombardean con historias de corrupción gubernamental, mala conducta corporativa, militarización policial y extralimitación de los equipos antidisturbios. Sin embargo, estos no son solo informes incidentales; son signos de una erosión sistemática de la libertad.
Pero aún más insidioso que estas flagrantes violaciones de nuestros derechos es el lenguaje del miedo en el que se las envuelve. Es un dialecto que dominan los políticos de todo el espectro, amplificado por personalidades de los medios en sus tribunas de alta definición, explotado por corporaciones con fines de lucro e incrustado en la estructura misma de nuestro sistema legal bajo el disfraz de la seguridad.
Este lenguaje omnipresente del miedo ha dado origen a una política de intimidación cuyo único propósito es dispersar nuestra atención y dividirnos. Desalienta el pensamiento crítico, nos convierte en espectadores pasivos de nuestro propio gobierno, nos convence de que nuestro papel es simplemente culpar a los demás o dar nuestro voto a la próxima figura mesías que promete cambios pero ofrece más de lo mismo.
El miedo, sin embargo, es la herramienta probada y verdadera en el arsenal del político para expandir el control gubernamental.
La obsesión por el control, esta paranoia gubernamental, pinta a cada ciudadano como un enemigo potencial. ¿Por qué, si no, necesitarían espiar nuestras conversaciones, seguir cada uno de nuestros movimientos, criminalizar nuestra conducta, tratarnos como sospechosos y desarmarnos mientras arman a sus fuerzas hasta los dientes?
Estas estrategias basadas en el miedo están funcionando, están transformando nuestra identidad colectiva y nos hacen vernos no como ciudadanos con derechos, sino como sujetos a ser monitoreados y controlados.
El miedo y la paranoia están ahora arraigados en la psique del ciudadano, alterando nuestra percepción del mundo, de nuestros vecinos y, fundamentalmente, la forma en que nuestro gobierno nos percibe.
La historia nos enseña que los verdaderos amos del asesinato en masa y la opresión son los gobiernos, no los lobos solitarios. Los verdaderos terroristas industriales son los que visten traje o uniforme, pero sin la obediencia pasiva de la población aterrorizada, serían impotentes.
Dejen de consumir las exageradas tácticas de miedo del Estado y sus voceros de los medios masivos y “alternativos”. No permitan que los arreen con histeria por amenazas insignificantes hacia los brazos acechantes de la tiranía, que es el verdadero peligro.
Como lo ilustra vívidamente la historia, el miedo y la paranoia gubernamental son los precursores de los estados fascistas y totalitarios.
Así es como funciona: las crisis, los ataques terroristas y los tiroteos aleatorios nos mantienen en un estado de alarma permanente. Este miedo desactiva nuestra capacidad de pensar. Emocionalmente, el pánico causado por el miedo literalmente apaga la parte de nuestro cerebro responsable de la lógica y la razón. Básicamente, cuando el miedo se apodera de nosotros, nuestro pensamiento crítico se paraliza.
Un público que ha dejado de pensar independientemente es un público que se deja conducir, moldear y controlar con facilidad.
Es una falacia etiquetar al fascismo como exclusivamente de derecha o de izquierda; trasciende esas etiquetas, encarna elementos de ambas sin pertenecer a ninguna. El fascismo no pretende desmantelar las estructuras fundacionales del comercio, la familia, la religión o la tradición; en cambio, pretende dominarlas. Mantiene en su lugar lo que la población aprecia, pero bajo el pretexto de mejorar nuestro tejido económico, social y cultural, la atrapa en una red de control estatal.
Fuente: A Lily Bit
martes, 26 de noviembre de 2024
Guerra Eterna: la Permanencia del Conflicto en la Era Moderna
El filósofo Giorgio Agamben sostiene que ahora vivimos en un «estado de excepción», en el que los gobiernos utilizan la amenaza del terrorismo y la inestabilidad para justificar estados de emergencia indefinidos y acciones militares. En su opinión, esto erosiona las libertades civiles y normaliza la guerra como parte del paisaje político. ¿Hace falta decir más?
La guerra eterna es, por supuesto, una necesidad monetaria, ya que muchos países dependen de la maquinaria bélica para mantener en marcha sus economías.
Los conceptos de transhumanismo, la muerte de Dios y la guerra eterna están interconectados de forma sutil. El deseo transhumanista de trascender las limitaciones humanas puede representar, en cierto sentido, un intento moderno de llenar el vacío dejado por la muerte de Dios, ofreciendo la tecnología como la nueva fuente de sentido y trascendencia.
Mientras tanto, la persistencia de la guerra en la era moderna pone de relieve la lucha de la humanidad contra la violencia y el poder, a pesar de los avances tecnológicos y del pensamiento filosófico, así como el mantenimiento del poder del miedo en manos de quienes dirigen todo el tinglado. La ironía de todo esto es evidente en el hecho de que, sean cuales sean las fuerzas que están detrás de estos tres grandes conceptos, no son benévolas. El transhumanismo no acabará en salud sublime y vida eterna, sino en todo lo contrario: el fin de la raza humana y probablemente el fin de toda la vida en la Tierra. Esto no será un subproducto imprevisto del esfuerzo, al contrario, está en el fondo de su intención.
Sobra decir que la muerte de Dios es necesaria para introducir el transhumanismo, al igual que la guerra eterna. La guerra no es más que un vehículo para el miedo, y el miedo es un vehículo para el control total. El control total es un vehículo para la muerte de Dios y la muerte del alma que se producirá a medida que avancemos más y más hacia el transhumanismo.
No podemos permitir que esto suceda. Que Dios tenga piedad de nosotros.
miércoles, 16 de octubre de 2024
Dominar a las Masas
sus ecos de planes elitistas del pasado
La última versión del Pacto por el Futuro, presentada el 27 de agosto, guarda un parecido asombroso con las “acciones de gobernanza ambiental recomendadas” que promueve la Global Challenges Foundation. Esto no es una coincidencia, dada la tendencia de la Fundación a promover una marca de sostenibilidad que sirva a los intereses de los poderosos a expensas de los marginados.
El Pacto, cuya adopción está prevista para la Cumbre del Futuro del 22 de septiembre, es una clase magistral de retórica alarmista, que advierte sobre una “profunda transformación global” y “riesgos catastróficos y existenciales” que amenazan con sumergir a la humanidad en un “futuro de crisis y colapso persistentes”.
Pero no nos dejemos engañar por el lenguaje apocalíptico: esto no es más que un intento de afianzar aún más el status quo. Los autores del Pacto quieren hacernos creer que las “elecciones que hacemos” son las principales causas de estos riesgos existenciales, pasando convenientemente por alto el papel de las injusticias sistémicas y la búsqueda voraz de ganancias que sustentan nuestro orden económico actual.
El “terrible sufrimiento” que padecen “nuestros semejantes” no es un fenómeno natural, sino más bien una consecuencia directa de las políticas neoliberales que nos han impuesto las mismas élites que ahora afirman ser nuestros salvadores.
La “corrección del rumbo” propuesta en el Pacto es poco más que una hoja de parra, diseñada para ocultar el hecho de que el único “futuro de crisis persistente y colapso” que debemos temer es el que inevitablemente resultará del dominio continuo de las mismas estructuras de poder que nos han llevado a este precipicio.
El llamado de las Naciones Unidas a un sistema de gobernanza global actualizado, aparentemente para salvaguardar los intereses de las generaciones presentes y futuras, intenta una vez más consolidar el poder e imponer un régimen draconiano de control.
La propuesta de “gestión de shocks globales complejos” es un eufemismo para designar una mayor erosión de la soberanía nacional y la imposición de una solución única para los problemas del mundo, dictada por los mismos burócratas no electos que nos han llevado al borde del desastre.
No es coincidencia que la adopción de este nuevo marco de gobernanza tenga lugar exactamente 33 años después de que la infame “Iniciativa para la Carta de la Tierra Eco-92” circulara en una conferencia en Des Moines.
Este documento, escrito por la Secretaría del Orden Mundial del Club Cobden, dejó al descubierto las verdaderas intenciones de la élite global: imponer un régimen de control de la población, aplicado por el Consejo de Seguridad mediante una combinación de coerción económica y fuerza militar.
El lenguaje es directo e inequívoco: “el Consejo de Seguridad informará a todas las naciones que su tolerancia sobre la población ha terminado”, y que “todas las naciones tienen cuotas de REDUCCIÓN sobre una base anual” – cuotas que se aplicarán mediante “embargo selectivo o total de crédito, artículos comerciales incluyendo alimentos y medicinas, o por la fuerza militar, cuando sea necesario”.
Esta no es una receta para el desarrollo sostenible ni para la protección del medio ambiente, sino un plan para un orden mundial totalitario, en el que los derechos y las libertades de los individuos están subordinados a los caprichos de una élite autodesignada.
El hecho de que este documento haya circulado en preparación para la conferencia de las Naciones Unidas sobre medio ambiente en Río de Janeiro en 1992 es un recordatorio de que la agenda de control de la población y la gobernanza global se ha estado gestando durante mucho tiempo y que la última encarnación de esta agenda, el Pacto para el Futuro, es simplemente la última iteración de una campaña de décadas para imponer un futuro distópico a la humanidad.
En este escalofriante documento se ponen al descubierto las verdaderas intenciones de la élite mundial. El Consejo de Seguridad, dominado por las grandes potencias anglosajonas, asumiría una autoridad absoluta sobre todas las naciones, dictando cuotas de población y aplicándolas mediante el estrangulamiento económico, la fuerza militar o cualquier otro medio que se considere necesario. La noción de soberanía nacional quedaría reducida a una pintoresca reliquia de una era pasada, mientras el Consejo de Seguridad afirma su “total jurisdicción jurídica, militar y económica” sobre todas las regiones del mundo.
Pero eso no es todo: el Consejo de Seguridad también se haría con el control de todos los recursos naturales, incluidas las cuencas hidrográficas y los grandes bosques, para que sean explotados y preservados en beneficio de las grandes naciones. Esto no es más que un modelo para una cleptocracia global, en la que se saquean los recursos de la mayoría para enriquecer a unos pocos. Los documentos revelan una visión del mundo en la que los fuertes hacen lo que quieren y los débiles sufren lo que deben.
El velo del secreto se ha levantado, apenas un poco, sobre los Cobden Clubs, un grupo de expertos que difundía la ideología del “sistema racial anglosajón” británico. Un documento filtrado, cortesía del ingenioso compañero del consultor empresarial George W. Hunt, ha arrojado luz sobre la verdadera naturaleza de esta reunión de élite. El contenido de este documento es un importante recordatorio de que la búsqueda de poder y control no conoce límites, ni siquiera los de la decencia o la moralidad.
Las inquietantes similitudes entre las reflexiones de los Clubes Cobden y las recientes propuestas de la Fundación Desafíos Globales, el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y la Universidad de las Naciones Unidas son una dura advertencia de que, cuanto más cambian las cosas, más siguen siendo iguales.
La población mundial ha crecido de 5.400 millones a 8.200 millones desde 1991, y sin embargo, las soluciones que ofrecen estos autoproclamados guardianes del planeta son nada menos que draconianas. Se han quitado los guantes y las verdaderas intenciones de estas organizaciones han quedado al descubierto.
La propuesta conjunta de estas organizaciones es una clase magistral de doble discurso, un ejercicio cínico de rebautizar la misma vieja búsqueda de poder como un esfuerzo benévolo para “proteger” a la humanidad.
El concepto de “bienes comunes globales”, que en su día fue una idea noble, ha sido secuestrado para justificar la gestión colectiva del aire que respiramos, el agua que bebemos y la tierra que habitamos. La atmósfera, la hidrosfera, la biosfera, la litosfera y la criosfera están todas bajo la gestión, el control y el dictado de una camarilla de élites autoproclamadas. La pregunta es: ¿quién decide qué constituye un “punto de inflexión peligroso” y quiénes serán los beneficiarios de este gran experimento de gobernanza global?
El canto de sirena de la gobernanza global nos llama, prometiendo una sinfonía armoniosa de regulación y control, todo en nombre de la protección de los “bienes comunes del planeta”. Pero si rascamos un poco más la superficie, se hacen evidentes las verdaderas intenciones de este gran plan.
La estructura de gobernanza “anidada” propuesta, con sus múltiples capas de regulación y supervisión por parte de un organismo de gobernanza global, es simplemente un modelo para un régimen totalitario. La fragmentación de la soberanía nacional y los enfoques compartimentados de la protección ambiental deben ser reemplazados por una solución monolítica, de talla única, dictada por una élite autodesignada.
¿Y quiénes son los arquitectos de este gran plan? La Fundación Desafíos Globales, fundada por el multimillonario financiero László Szombatfalvy, con su objetivo declarado de desarrollar “modelos mejorados de toma de decisiones globales”. Mejorados, es decir, para el beneficio de la élite global, no de las masas.
La solución propuesta a este “problema” inventado de la “ superpoblación ” es un ejemplo escalofriante del impulso totalitario en acción. Un nuevo tratado global, que obligue a los países a fijar objetivos de población cada cinco años y un plan para alcanzarlos, no es nada menos que una receta para la ingeniería demográfica a escala global.
Los ecos de la eugenesia y el control social son ensordecedores, y cabe preguntarse quién decide quién vive, quién muere y quién se reproduce. La respuesta, por supuesto, son los autoproclamados guardianes del planeta, que no se detendrán ante nada para imponer su visión retorcida a la humanidad.
La Fundación Desafíos Globales parece ser un caballo de Troya para una agenda mucho más insidiosa. Los escarceos de Szombatfalvy con el presidente del Club de Roma, Anders Wijkman, y su generosidad con el Proyecto de Superpoblación delatan una profunda afinidad con la cosmovisión maltusiana, una filosofía que considera a la humanidad como una plaga sobre la Tierra y busca imponer controles draconianos al crecimiento demográfico.
La extraña resonancia entre las opiniones de Szombatfalvy y las de los “patriotas raciales británicos” y los “patrocinadores vivos de la voluntad del gran Cecil Rhodes” es más que una coincidencia. La “Iniciativa para la Carta de la Tierra Eco-92” de este último es un claro llamado a un Nuevo Orden Mundial, en el que las “Principales Naciones del Consejo de Seguridad” dictarían los términos de la gobernanza global. Esta es la receta para una oligarquía global, en la que los intereses de los pocos poderosos serían primordiales.
La participación del Real Instituto de Asuntos Internacionales (Chatham House) y su homólogo estadounidense, el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), añade otra capa de complejidad a esta narrativa.
Estas organizaciones, creadas por el Movimiento de la Mesa Redonda, fueron diseñadas para promover las ambiciones imperialistas de Cecil Rhodes y la élite británica. Su objetivo final, una federación mundial de naciones, es un eufemismo para designar un imperio global, con el eje angloamericano al mando.
La idea de que estas organizaciones son simplemente centros de investigación benignos, dedicados a promover la cooperación global, es una ficción risible. En realidad, son los instrumentos enguantados de una élite poderosa, decidida a moldear el mundo a su imagen.
Como escribió el historiador del CFR y profesor de la Universidad de Georgetown Carroll Quigley en Tragedy and Hope:
“Los objetivos principales de esta elaborada organización semisecreta eran en gran medida encomiables: coordinar las actividades y perspectivas internacionales de todo el mundo de habla inglesa en una sola (que, en gran medida, es cierto, sería la del grupo de Londres); trabajar para mantener la paz; ayudar a las áreas atrasadas, coloniales y subdesarrolladas a avanzar hacia la estabilidad, la ley y el orden y la prosperidad siguiendo líneas algo similares a las que se enseñaban en Oxford y la Universidad de Londres”.
El mundo enrarecido de la élite del poder es un reino de paradojas, donde “caballeros amables y cultos” con una inclinación por las cosas buenas de la vida esconden una vena maquiavélica. La caracterización que hace Quigley de estos individuos como “muy preocupados por la libertad de expresión de las minorías y el imperio de la ley para todos” es una subestimación magistral, pues es precisamente esta fachada de benevolencia la que oculta sus verdaderas intenciones. Sin embargo, su deseo de anonimato es un indicador revelador de la naturaleza engañosa de sus esfuerzos.
El Centro Stimson, actor clave en los preparativos de la Cumbre del Futuro, es un auténtico nexo de poder, cuyos fundadores, Barry Blechman y Michael Krepon, son miembros del CFR.
El patrocinador homónimo del centro, Henry Stimson, fue un fiel defensor del CFR, y su mandato como Secretario de Guerra de los EE. UU. durante la Segunda Guerra Mundial sólo sirve para subrayar la profunda influencia de la organización en los pasillos del poder.
Un buen ejemplo es la relación incestuosa del CFR con el grupo de expertos Comisión Trilateral, fundado por David Rockefeller. Todos los presidentes del CFR desde Rockefeller han sido miembros de TriCom, una auténtica puerta giratoria de corredores de poder.
El actual presidente del CFR, David Rubenstein, es un claro ejemplo de este fenómeno, con su doble función de presidente del Carlyle Group y miembro del consejo de administración del Foro Económico Mundial. Esta última organización, principal fachada oficial de las actividades de estos grupos, es un auténtico centro de intercambio de información sobre la agenda global de la élite del poder. Los hilos de influencia que unen a estas entidades forman una compleja red de poder, diseñada para atrapar y manipular a la política global.
El Cuarto Congreso Mundial de Naturaleza, una reunión de la élite del poder en 1987, fue una experiencia reveladora para George W. Hunt, un voluntario que se topó con una camarilla de individuos influyentes empeñados en remodelar el mundo a su imagen.
La conferencia fue un auténtico "quién es quién" de la Comisión Trilateral, con la asistencia de personalidades como David Rockefeller, Edmond de Rothschild y Maurice Strong. La presencia del presidente del FMI, Michel Camdessus, y del presidente del Banco Mundial, Barber B. Conable, Jr., no hizo más que subrayar la gravedad de los debates.
Mientras Hunt escuchaba los debates, le sorprendió el cinismo y la insensibilidad de los asistentes. Los comentarios del banquero de inversiones canadiense David Lank, en particular, fueron una cruda ilustración del desprecio con el que estas personas veían al ciudadano común.
La sugerencia de Lank de que la agenda de la conferencia fuera “vendida” al público a través de un proceso que pasara por alto la democracia, para que no “devorara demasiados fondos para educar a la carne de cañón que, por desgracia, puebla la Tierra”, fue una escalofriante admisión del desdén de la élite por las masas.
El uso del término “carne de cañón” para describir a la población en general fue un ejemplo particularmente flagrante del lenguaje deshumanizador empleado por estos individuos, que veían el mundo como un mero tablero de ajedrez que podían manipular para sus propios fines.
El Cuarto Congreso Mundial de Tierras Silvestres fue, en efecto, una reunión de los sumos sacerdotes del Nuevo Orden Mundial, que se consideraban los únicos árbitros del destino del planeta. Su visión era la de un mundo en el que las masas se veían reducidas a meros peones, a ser arreadas y controladas por una élite autoproclamada.
La conferencia fue un recordatorio de que la obsesión de la élite del poder con la protección del medio ambiente no era más que un caballo de Troya para una agenda mucho más siniestra, que amenazaba la esencia misma de la democracia y la libertad individual.
David Rockefeller escribió en el libro de la conferencia Para la conservación de la Tierra:
“Sin embargo, es totalmente erróneo atribuir toda la culpa de la conducta ambiental inaceptable a la industrialización o a las grandes corporaciones. Gran parte de la devastación del medio ambiente mundial, especialmente en el mundo actual, se debe a individuos que carecen de energía y que están atrapados en una pobreza absoluta. La deforestación, por ejemplo, es a menudo más el producto de las acciones desesperadas de los pobres que de la explotación irresponsable de los gigantes industriales. Alrededor del 70 por ciento de la población mundial, en rápido crecimiento, depende actualmente de la leña para cocinar y calentarse. Las consecuencias de este hecho son poco menos que desastrosas”.
La superclase ultra rica, con su desapego olímpico de las luchas del hombre común, parece albergar un profundo desdén por los pobres, a quienes ven como nada más que una molestia a la que hay que manejar y controlar.
Los pobres, a sus ojos, son la encarnación de todo lo que está mal en el mundo: contaminan, emiten carbono y destruyen el orden natural. Son el “otro”, el enemigo de la Tierra, y deben ser gobernados por los “reyes filósofos ilustrados” que saben lo que es mejor para ellos.
El informe de la Comisión Trilateral, Más allá de la interdependencia , es un manifiesto para este nuevo orden mundial, en el que las “prácticas comerciales sostenibles” de los ultra ricos salvarán al mundo de los estragos de los pobres.
Se trata de un documento cínico y egoísta, diseñado para justificar el dominio continuo de la élite sobre las masas. Los autores del informe, sin duda, se consideran los guardianes del planeta, encargados de la noble misión de salvar al mundo de las tendencias destructivas de los pobres.
El primer Congreso Mundial sobre Naturaleza, celebrado en Sudáfrica en 1977, fue un acontecimiento decisivo en el desarrollo de este nuevo orden mundial. La presencia del banquero franco-suizo Edmond de Rothschild y del conservacionista sudafricano Ian Player no fue casualidad, dada la larga historia de colaboración entre la familia Rothschild y la empresa sudafricana de diamantes De Beers. La elección del lugar también fue probablemente deliberada, dado el papel de Cecil Rhodes en la creación de un monopolio sobre el comercio mundial de diamantes.
Rhodes, el archi-imperialista, tenía la visión de un mundo en el que el dominio británico era supremo y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para lograrlo. Su “Sociedad Secreta”, creada con el objetivo de promover los intereses británicos y sentar las bases para un nuevo orden mundial, fue un precursor de la obsesión de la élite moderna con la gobernanza global.
El hecho de que Rhodes haya podido expropiar tierras a los africanos negros e instigar la colonización de Rhodesia (hoy Zimbabwe) con impunidad es un duro recordatorio de la naturaleza brutal y explotadora del imperialismo. Y, sin embargo, ese es el legado que la élite moderna intenta seguir construyendo con su discurso sobre “desarrollo sustentable” y “ciudadanía global”.
sábado, 12 de octubre de 2024
Estallar la Burbuja de la Inteligencia Artificial
La industria de la “IA”, en su trayectoria actual, no sólo está al borde del abismo, sino que está inflando activamente su propia versión de la burbuja puntocom: un espectáculo de exceso especulativo donde la única certeza es el estallido inminente. Estamos presenciando una era en la que las empresas, envueltas en el atractivo de la innovación futurista, se precipitan hacia la quiebra, dejando tras de sí un rastro de inversores desilusionados y promesas incumplidas.
La industria de la “IA”, en su trayectoria actual, no sólo está al borde del abismo, sino que está inflando activamente su propia versión de la burbuja puntocom: un espectáculo de exceso especulativo donde la única certeza es el estallido inminente. Estamos presenciando una era en la que las empresas, envueltas en el atractivo de la innovación futurista, se precipitan hacia la quiebra, dejando tras de sí un rastro de inversores desilusionados y promesas incumplidas.
La IA, anunciada como el presagio de un nuevo amanecer para la humanidad, hasta ahora ha ofrecido poco más que un espejismo de progreso, palabras de moda y precios bursátiles inflados.
La idea de que la IA pueda alcanzar un mínimo de humanidad no es sólo optimista, sino fundamentalmente absurda. La IA carece de la esencia de lo que nos hace humanos: alma, espíritu, el inexplicable quantum de conciencia.
Decir que su “IA” es “inteligente” es denigrar el término en sí. Aquí estamos, vendidos en la estafa más sofisticada del siglo, donde el aceite de serpiente no es sólo astuto; es digital, es omnipresente y se vende con la promesa de resolver problemas que probablemente amplificará.
En esencia, se trata de una forma sofisticada de procesamiento de datos: el aprendizaje automático, rebautizado con el nombre de "IA". No hay conciencia, ni comprensión, ni creatividad genuina; solo algoritmos que procesan grandes conjuntos de datos, a menudo recopilados sin consentimiento, para generar resultados que imitan la creación o la toma de decisiones humanas.
En esencia, los sistemas de IA, incluidos los que generan texto, arte o música, no son creadores sino imitadores sofisticados. Funcionan reconociendo patrones en los datos, que a menudo incluyen propiedad intelectual obtenida sin permiso. Esto no es inteligencia, es replicación de patrones a gran escala.
El término "inteligencia artificial" sugiere una apariencia de procesos cognitivos similares al pensamiento humano, pero lo que tenemos son algoritmos que predicen y generan basándose en patrones preexistentes, no en pensamientos originales.
Decir que estos sistemas son “inteligentes” exagera lo que realmente logran. La inteligencia implica comprensión, empatía, razonamiento y conciencia del contexto, cualidades que la IA no posee. Lo que hace la IA es predicción estadística, no comprensión. Cuando una IA gana al ajedrez o al Go, no es porque entienda el espíritu o la historia del juego, sino porque ha procesado millones de partidas para determinar la jugada óptima en cualquier escenario dado.
El incesante redoble de tambores que anuncia la era de la Inteligencia Artificial ha ido creciendo hasta convertirse en una cacofonía de exageraciones, en la que la mera mención de la IA evoca imágenes de una utopía o distopía inevitable, según quién cuente la historia. Se nos dice que nos inclinemos ante el altar de esta nueva deidad tecnológica, pero, si lo examinamos más de cerca, el ídolo no solo parece hueco, sino también algo cómico en sus afirmaciones.
La IA, tal como la presentan los heraldos de Davos y otros cónclaves similares de la autoproclamada élite, se presenta como el heraldo de la “cuarta revolución industrial”. Este término, que rezuma promesas de transformación, sugiere un salto hacia un futuro en el que la IA transformará a la humanidad. Pero, ¿dónde están, dígame, estos cambios monumentales?
La llamada revolución es simplemente una campaña de marketing bien financiada, no un cambio sustancial en la estructura de la vida cotidiana o el avance económico. En lugar de ver a la IA liderando profundos avances sociales o científicos, vemos un patrón de expectativas redefinidas. Los objetivos no solo se han movido; están en un estado de cambio perpetuo, lo que garantiza que todo lo que la IA logre lograr en la actualidad pueda etiquetarse como revolucionario. Esto no es innovación; es una ilusión, diseñada para mantener el flujo de fondos y el asombro del público.
Pensemos en las pontificaciones de figuras como Yuval Harari, que habla de la IA con la reverencia de un sumo sacerdote, pero que, cuando se le presiona, su narrativa da giros. La IA no necesita ser sensible, afirma, como si la esencia de una deidad no residiera en su conciencia sino en su destreza computacional.
Aquí radica la ironía: por un lado, la IA es el dios omnipotente de nuestro nuevo orden mundial; por otro, está despojada de las cualidades mismas que podrían justificar tal estatus divino.
La IA de Harari es un dios de la conveniencia, poderoso pero carente de las cualidades que definen la vida o la inteligencia. No se trata del amanecer de una nueva especie, sino de la reorganización de algoritmos que conocemos desde hace décadas, que se venden bajo el disfraz de la evolución divina.
¿Dónde están las manifestaciones prácticas de esta supuesta singularidad? ¿En los vehículos autónomos que todavía no pueden soportar un día lluvioso sin la intervención humana? ¿En los robots de atención al cliente que hacen que uno pase por ciclos interminables con menos eficiencia que un humano con un teléfono? Los avances, si nos atrevemos a llamarlos así, son, en el mejor de los casos, graduales y, desde luego, no son los avances que cambiarán paradigmas como nos han prometido.
Lo que se nos ofrece no es el surgimiento de una nueva inteligencia, sino la imposición de una dependencia diseñada. La IA, tal como se la promociona hoy, no es la precursora del pensamiento o la innovación, sino una mera cámara de resonancia de la contribución humana, carente de la chispa de la verdadera creatividad o comprensión.
Sin embargo, este es precisamente el panorama en el que los globalistas pueden plantar su bandera de control. Al convencer a las masas de la infalibilidad de la IA, crean una realidad en la que sus algoritmos no sólo ayudan, sino que dictan, conduciendo a la sociedad no hacia la iluminación, sino hacia una penumbra de dependencia. La seducción de la IA para el profano no reside en sus capacidades, sino en sus promesas de una vida sin el peso de la toma de decisiones o el trabajo de aprender.
Este es el truco de magia globalista: ofrecen un futuro en el que la libertad frente a la responsabilidad se vende como el máximo lujo, pero esta libertad se produce a costa de la autonomía. Es un pacto fáustico: intercambias tu capacidad de acción por conveniencia y, al hacerlo, te vuelves cómplice de tu propia subyugación a un sistema que afirma saber más.
Pensemos en las aplicaciones prácticas de la IA, o en la falta de ellas. Se nos dice que la IA está revolucionando campos como la atención sanitaria, pero ¿dónde están los frutos de esta revolución? En un país donde las herramientas de IA son supuestamente las más avanzadas, la esperanza de vida disminuye, no aumenta. Esto no es un testimonio de la destreza de la IA, sino de su impotencia. Si la IA fuera la panacea que se dice que es, ¿no veríamos una población prosperando, no simplemente sobreviviendo?
El renacimiento prometido por el WEF y sus similares no es un renacimiento a través de la tecnología, sino una regresión a un mundo donde la creatividad humana se externaliza a máquinas que pueden imitar, pero nunca innovar verdaderamente.
El giro en la narrativa de la IA como sucesora consciente de la humanidad a un mero engranaje en la digitalización de todos los aspectos de la vida delata una constatación entre la élite: su deidad digital no despertará. Por lo tanto, la estrategia cambia: si la IA no puede llevarnos a un nuevo amanecer, entonces dejémosle atarnos a un eterno ahora, donde cada aspecto de la vida está mediado por algoritmos. No se trata de mejorar la capacidad humana, sino de envolver la existencia humana dentro de una matriz digital, donde la dependencia se convierte en la nueva normalidad.
Lo que está ocurriendo no es el empoderamiento de la sociedad a través de la tecnología, sino la creación de una sociedad que dependa de la tecnología para pensar, decidir y existir. Esta dependencia artificial no es solo un subproducto de la integración de la IA en nuestras vidas; es el propósito mismo de la misma.
En este escenario, la IA no necesita ser inteligente, sólo tiene que ser indispensable. Y ahí reside el verdadero peligro: no en que las máquinas se vuelvan como nosotros, sino en que nosotros nos volvamos como máquinas, predecibles, programables y perpetuamente al servicio de quienes escriben el código.
La universidad se ha convertido en una mera cadena de mediocridad. Los graduados de hoy, con sus diplomas en la mano, a menudo entran en el mercado laboral con una ineptitud asombrosa que debería alarmarnos a todos. ¿Por qué? Porque la educación superior se ha convertido en un cóctel diluido de cámaras de resonancia ideológicas y programas de estudio degradados, a cargo de profesores que a menudo están más interesados en promover agendas que en fomentar el intelecto genuino.
Pensemos en esto: ahora tenemos una generación que puede navegar por cualquier aplicación, pero no puede hervir un huevo ni cultivar un tomate, gracias a la seductora facilidad de las comodidades modernas. Estos jóvenes adultos, o deberíamos decir, "adultos", han subcontratado sus habilidades de supervivencia a la tecnología. Desde la agricultura hasta la amistad, todo está mediado por pantallas y algoritmos. ¿Es esto evolución o estamos presenciando la atrofia de la capacidad humana bajo la apariencia de progreso?
Ahora bien, descartemos la idea de que la IA es el presagio de un futuro utópico. La IA, anunciada como la cumbre de la sabiduría colectiva, no es más que una cámara de resonancia seleccionada que refleja únicamente lo que sus creadores consideran valioso. Ahí radica el insidioso peligro: en un mundo en el que la IA se convierte en la principal fuente de "conocimiento", la diversidad de pensamiento no sólo se ve sofocada, sino erradicada sistemáticamente.
Imaginemos un mundo en el que cada consulta devuelva la misma respuesta políticamente correcta y depurada, moldeada por quienes controlan el código. No se trata sólo de una pérdida de autonomía personal, sino de la programación del pensamiento social.
La debacle de la COVID-19 fue un anticipo de esta distopía. En este caso, las grandes empresas tecnológicas no solo nos dieron un empujón, sino que nos empujaron hacia una única narrativa, enterrando verdades bajo montones de contenido patrocinado. ¿Fue esto por nuestra seguridad o fue una prueba para controlar el asunto? Cuando la IA dicta la narrativa, no solo estamos perdiendo el debate; ni siquiera se nos permite saber que se está desarrollando un debate.
Esta marcha incesante hacia la comodidad, hacia dejar que las máquinas piensen por nosotros, no sólo nos está despojando de nuestras habilidades, sino de nuestra propia humanidad. Estamos en un camino en el que la comodidad pisotea la competencia, en el que lo "más fácil" erosiona nuestra esencia. Pero seamos claros: lo más fácil nunca fue sinónimo de lo mejor. Es una mentira seductora, que nos está llevando a la ruina intelectual y tal vez existencial.
Imaginemos las consecuencias para la persona promedio cuando la IA, ese supuesto árbitro imparcial de los hechos, comience a dar forma al discurso científico. Si la IA declara que el debate sobre el cambio climático ha terminado, presentándolo como un caso cerrado en el que no hay lugar para el escepticismo ni para datos alternativos, entramos en un terreno en el que la investigación científica no solo se desalienta, sino que se vuelve invisible.
La IA no muestra los disidentes, las anomalías ni los científicos que cuestionan la narrativa dominante. ¿Por qué? Porque está programada para priorizar el consenso sobre la controversia, pintando así una imagen monocromática en lo que debería ser un debate vibrante. ¿El resultado? Una población que cree que está informada cuando, en realidad, solo está adoctrinada.
El fiasco con la inteligencia artificial Gemini de Google no fue sólo un error o un descuido; fue una prueba accidental de cómo la IA puede utilizarse como arma para reescribir la realidad, distorsionando la historia a través de la lente de la corrección política actual.
Cuando la IA empieza a fabricar imágenes históricas que se ajusten a una narrativa de diversidad, no solo estamos viendo una tergiversación, sino que estamos presenciando la manipulación deliberada de la memoria cultural. ¿Qué será lo próximo? ¿Tendremos "pruebas" generadas por IA que respalden cualquier narrativa que los que están en el poder quieran propagar?
No se trata de un mero revisionismo histórico, sino de la creación de una nueva realidad digital en la que los hechos son tan maleables como la arcilla. Y no nos dejemos llevar por el mito de la autonomía de la IA. Que los desarrolladores se muestren impotentes ante las acciones de sus creaciones no es otra cosa que una abdicación conveniente de la responsabilidad.
La IA hace lo que se le dice o, más precisamente, lo que se le ha programado para que haga. La afirmación de que es impredecible es una cortina de humo para ocultar los hilos que todavía están en manos de sus programadores. Siempre hay un plan y es ingenuo pensar lo contrario.
En esencia, el impulso a la adopción generalizada de la IA por parte de entidades globalistas no tiene como objetivo mejorar la capacidad humana, sino reducirla. Se trata de crear una dependencia tan profunda que el acto de pensar se convierta en una reliquia del pasado.
Cuando la IA se convierte en el guardián del conocimiento, la educación y la historia, no solo estamos ante un futuro de conveniencia; estamos ante el cañón de la sumisión intelectual.
El espectro de la IA, como sugiere Harari, no necesita manifestarse en robots tipo Terminator para dominar; su poder reside en su ubicuidad y en la ilusión de benevolencia. Es el truco definitivo: hacernos creer que estamos abrazando el progreso cuando en realidad estamos renunciando al control de nuestras propias mentes.
El camino que elijamos podría muy bien determinar si las generaciones futuras reconocerán el valor del pensamiento independiente o si simplemente le pedirán a la IA que piense por ellas, felizmente inconscientes de la libertad que han perdido.
Fuente: A Lily Bit
domingo, 31 de marzo de 2024
Salvar el Planeta a costa de los Seres Humanos
¿Sabías que existe una agenda oficial para reemplazar a la raza humana con robots, cyborgs e inteligencia artificial? Esta agenda es fuertemente promovida por el Foro Económico Mundial. Su objetivo es poner fin a la era de la humanidad y marcar el comienzo de una nueva era de neohumanidad, donde las personas son una mezcla de hombre y máquina. También afirman que nuestros pensamientos y emociones serán monitoreados por IA para combatir el cambio climático. ¿Es ese el mundo que quieres para ti y tus hijos?
Parece ser el fin de la humanidad, según lo planeado por los líderes mundiales. Lo absurdo de querer acabar con la humanidad para "salvar el planeta"
Muchos de nosotros hemos visto películas populares de ciencia ficción sobre robots que se apoderan del mundo y erradican a la humanidad. Pero poco sabemos que esto es exactamente lo que están preparando los líderes mundiales. Incluso afirman que ésta es la única manera de salvar a la Tierra del colapso total. Sin salir de la era de la humanidad y entrar en la era de la neohumanidad, el mundo está condenado, dicen. Uno de sus argumentos es que los humanos son la causa del cambio climático y, por lo tanto, deben ser reemplazados por alternativas artificiales para "salvar el planeta".
Esta reforma mundial la llaman "La Cuarta Revolución Industrial" y tiene como objetivo digitalizar completamente todos los aspectos de la vida en la Tierra.
Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico Mundial, afirmó durante la reciente Cumbre Mundial de Gobierno en Dubai:
"El futuro ya está aquí. ¡Viene como un tsunami! Esta Cuarta Revolución Industrial no sólo cambiará todo lo que hacemos, sino que también tendrá un impacto en quiénes somos."
Se están realizando importantes avances para trasplantar la personalidad humana a vehículos robóticos, para darle al hombre una inmortalidad artificial. El último sueño de las élites: volverse inmortales.
Los robots ya están reemplazando a enfermeras, trabajadores sociales, asistentes psicológicos, médicos, cajeros, cocineros, agentes del orden, etc., en varias zonas del mundo. Los primeros chips de computadora ya se están implantando en humanos. La combinación del hombre con la máquina es una realidad, mientras que la IA está arrasando en el mundo, eliminando millones de puestos de trabajo humanos en estos momentos.
Esta hermosa joven es Erica, un robot humanoide, construido para reemplazar a los humanos. Su tarea es proporcionar apoyo emocional a personas solas y mayores.
Lo horrible es que específicamente aquellos trabajos sensibles donde las personas necesitan un toque humano, verdadera comprensión y apoyo emocional están siendo reemplazados por robots. ¿Te imaginas ser atendido por un robot en un hospital o residencia de ancianos? Eso es exactamente lo que está pasando. Eliminar la experiencia humana, que es tan preciosa, hermosa y profunda, y reemplazarla con alternativas robóticas insensibles.
Insertar pensamientos y emociones en todos.
Al mismo tiempo, en todas las naciones del mundo se están instalando tecnologías que registrarán continuamente todos los pensamientos, emociones y sueños de todos. Estas tecnologías incluso tienen la capacidad de insertar pensamientos y emociones en la población. Así lo afirman públicamente el expresidente de Chile, Sebastián Piñera, y la Joven Líder Global del Foro Económico Mundial, Ida Auken, exministra de Medio Ambiente de Dinamarca.
En Europa, la televisión pública "School TV" les dice a los niños lo "cool" que es tener un chip en el cerebro.
Google organiza simposios en los que se explica cómo los seres humanos serán uno con los ordenadores, mientras que el director general de Nokia afirma que dentro de unos años todo el mundo tendrá su teléfono inteligente dentro del cuerpo. Esto significa que cada detalle de nuestras vidas puede ser monitoreado constantemente. Mientras tanto, el Foro Económico Mundial organiza conferencias sobre "transparencia cerebral", donde se discute cómo todos nuestros datos personales más íntimos se almacenarán en la nube y serán controlados por las grandes tecnologías.
Todo esto está en línea con el anuncio del WEF de que para 2030 nadie tendrá privacidad. Klaus Schwab dice que tendremos que acostumbrarnos a una sociedad de "total transparencia", donde todo lo que pensamos, sentimos y soñamos está controlado.
Fuente: Stop World Control
lunes, 15 de enero de 2024
Riesgo para la Salud de las Turbinas Eólicas
Los estudios lo demuestran: Los aerogeneradores son perjudiciales para la salud. Pero, ¿por qué las autoridades callan y siguen ampliando parques eólicos enteros sin control? El hecho de que el Gobierno alemán haya suprimido la distancia mínima de 1.000 metros a las zonas residenciales y no se ocupe de los peligros de esta tecnología debería hacer reflexionar.
En agosto de 2023, el parlamento del estado federado de Renania del Norte-Westfalia decidió suprimir la distancia mínima entre los aerogeneradores y las zonas residenciales. Con esta medida se pretende fomentar la expansión de la energía verde.
Sin embargo, los residentes que viven cerca de los aerogeneradores llevan años denunciando dolencias como insomnio, problemas cardíacos, ansiedad y depresión. Incluso se han presentado demandas contra los operadores de las turbinas.
Hasta 2014, tanto la industria de la energía eólica como las autoridades alemanas consideraban que el infrasonido de los aerogeneradores era inofensivo. No obstante, en ese mismo año 2014 el ingeniero acústico y científico australiano Steven Cooper ya había reconocido los riesgos para la salud que plantean los aerogeneradores, exponiendo a sujetos de prueba a infrasonidos generados por turbinas eólicas.
Quejas como insomnio, sensación de presión en la cabeza, el oído o el pecho, tinnitus y palpitaciones aparecieron al mismo tiempo que se encendían los aerogeneradores.
La meteoróloga Dra. Eva Wanka también demostró en su estudio de 2005 que los infrasonidos provocan un aumento de las depresiones graves e incluso el suicidio. Utilizando el ejemplo de 1,8 millones de sujetos de prueba en Múnich y sus alrededores, demostró que los infrasonidos triplicaban las misiones de rescate provocadas por depresiones graves e intentos de suicidio.
Aunque existen más estudios y los científicos presionan para que se investiguen con más detalle los riesgos para la salud de los aerogeneradores, se ignoran todos los resultados y -como ocurre ahora en Renania del Norte-Westfalia- incluso se anulan las distancias mínimas a las zonas residenciales.
La situación ha llegado tan lejos que se está rechazando la financiación de propuestas de investigación sobre este tema. No es de extrañar que países que se encuentran entre los mayores operadores de parques eólicos del mundo muestren poca ambición por investigar los riesgos asociados para la salud. En 2019, China había contribuido con un único estudio y Alemania con dos, a pesar de tener la tercera mayor capacidad de generación de energía eólica del mundo.
El Prof. Dr. Ottmar Edenhofer, economista jefe del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, declaró en una entrevista al Neue Zürcher Zeitung:
"Estamos redistribuyendo de facto la riqueza mundial a través de la política climática". Pero si se analizan los hechos, ¿no se trata de mucho más que pura codicia?
La vehemencia con la que se impulsa la política climática recuerda mucho a la época del coronavirus. Incluso en el caso de la llamada "energía verde", la investigación es escasa, faltan datos importantes o incluso se ignoran. Sin embargo, se están prescribiendo medidas dudosas y todo ello sin ninguna consideración por las personas o el medio ambiente. Obviamente, en la política climática también se está aplicando una agenda que no tiene que ver exclusivamente con los intereses económicos, y mucho menos con el bienestar de las personas en el centro.
Autor: de Magdalena E.
fuente: Kla.tv
Video: Enlace directo a la emisión
viernes, 18 de diciembre de 2020
Tus Datos, Tus Conexiones, Nuestra Humanidad
"Por primera vez en la historia, la privacidad y la personalidad están intervenidas digitalmente... [Es] realmente difícil ser una persona sin ser digital, sin intercambiar datos, sin transmitir datos".
Eso dice la etnógrafa tecnológica Tricia Wang, cofundadora de Sudden Compass, que trabaja para llevar conocimientos humanos al análisis de big data.
El comentario nos recuerda lo que está en juego mientras debatimos el poder de monopolio de datos de las empresas más grandes de Internet: nada menos que el futuro de lo que significa ser humano.
Por primera vez desde que comenzó la era de “Internet 2.0” en el cambio de milenio, las plataformas dominantes de redes sociales, búsqueda y comercio electrónico se enfrentan a desafíos existenciales. La interrupción podría provenir de los esfuerzos legales a medida que evolucionan las demandas antimonopolio tanto en los EE.UU. como en Europa, aunque podría provenir de algunas alternativas incipientes al modelo centralizado de las plataformas, incluidas las nuevas empresas inspiradas en blockchain.
Estas respuestas no conducirán a una alternativa significativa hasta que obtengamos una mejor apreciación del papel que juegan los datos en nuestras interacciones de Internet. Los datos “no son solo información. Los datos son relaciones ".
Los algoritmos de Google, Facebook, Amazon y otros otorgan el mayor valor no a los puntos de información simple y estática como su nombre, dirección e ingresos, sino a los datos que revelan sus relaciones con otras personas. Su interés comercial en esos datos crea una tensión real porque la historia de nuestras conexiones sociales es la historia de quiénes somos como seres humanos.
Es por eso que la idea de “si no te gusta Facebook, vete” es tan ingenua. En todo el mundo, servicios como Facebook y WhatsApp son herramientas imprescindibles. Así es como la gente encuentra trabajo, crea negocios y se mantiene en contacto con sus familias. La gente simplemente no puede simplemente levantarse e irse.
Sin embargo, esas mismas personas están atrapadas en una dependencia y tienen una visibilidad casi nula sobre cómo se utilizan sus datos. Crea una relación económica desequilibrada que se compara con la idea de la “ciudad empresarial” del siglo XX, donde los empleados eran alojados y alimentados por su empleador, pero no tenían idea del valor real de su trabajo.
El movimiento de “poseer sus datos” liderado por personas como Brittany Kaiser, denunciante de Cambridge Analytica, tampoco es una solución milagrosa. Una vez que se desagregan de todas esas conexiones y redes humanas, sus datos por sí solos no valen mucho. Una calculadora del Financial Times pone los datos básicos de una persona a un precio de menos de un dólar.
No obstante, es vital educarnos sobre cómo nosotros, las personas, renunciamos a tanto en la relación actual.
El desequilibrio no es solo que los dólares publicitarios fluyan a Facebook y Google en lugar de a los usuarios que generan el contenido y construyen las audiencias que las plataformas y sus anunciantes monetizan. Es que, como se detalla en “La era del capitalismo de vigilancia” de Shoshana Zuboff , estamos atrapados en un ciclo de retroalimentación cada vez más estrecho en el que estas empresas utilizan nuestros datos para modificar nuestro comportamiento. Hay un aspecto aterrador parecido a Matrix en todo esto.
De ahí la importancia de la construcción de un mercado de datos más descentralizado, impulsado por blockchain, como un ejercicio para proteger los derechos humanos de las personas. Crear ese mercado y descubrir una expresión significativa del valor de los datos de las personas es cómo finalmente restauraremos la agencia sobre nuestras vidas digitales, dice.
“Necesitamos crear una unidad de cuenta que podamos medir, no solo sobre la base del tamaño [como bytes] sino sobre la base de la sensibilidad, la identificabilidad. Estos problemas son fundamentales para la forma en que esta información se puede utilizar para ayudarnos o dañarnos.
También es importante la estructura de gobierno de la base de datos que almacena la información, lo que habla del papel potencial de la tecnología blockchain. Cuanto más “sin permiso” y descentralizada sea la arquitectura detrás del mercado de datos, más seguras pueden estar las personas de que conservan los derechos finales sobre sus datos.
Todo esto parece pertinente en una semana en la que la sociedad volvió a ser vulnerable a fallas de datos en los sistemas centralizados.
Los servidores de Google cayeron , creando problemas para los dispositivos domésticos conectados a su red. Un pirateo de una empresa de software SolarWinds comprometió los datos de numerosas agencias gubernamentales de EE.UU. Además, las acusaciones de irregularidades de las máquinas de votación con sede en Michigan en las elecciones presidenciales estadounidenses del mes pasado ayudaron a erosionar aún más la confianza en el sistema electoral en general, aunque los partidarios del presidente Donald Trump no pudieron fundamentar una conspiración real a favor de su oponente victorioso, Joe. Biden.
La razón por la que vale la pena considerar la descentralización como una posible solución en todas estas situaciones no es porque haga las cosas más eficientes. Muy a menudo, la descentralización hace que los procesos sean más ineficientes. (Hay que tener en cuenta también que los sistemas de Google funcionan notablemente bien la mayor parte del tiempo). Es que debemos restaurar el poder de las personas sobre sus vidas, ya sea sabiendo con seguridad que sus votos se están contando con precisión o que sus datos no están siendo vendidos ni manipulados por el mejor postor.
Las soluciones descentralizadas como las cadenas de bloques son caras y complicadas. Definitivamente no son una panacea para los males del mundo. Pero merecen consideración. La humanidad está en juego.
lunes, 10 de agosto de 2020
Redes de Valor
Una comunidad activa crea valor y la hace crecer en un círculo virtuoso. El sistema de patrocinio de Bitcoin señala que una de las ventajas más fuertes de la red es la inversión en y por sus partes interesadas. Una red sólida beneficia a todos los participantes. Esto es difícil de replicar en redes más pequeñas, donde las monedas emitidas tienden a guardarse en bolsillos concentrados y las empresas que podrían beneficiarse son pocas. Es incluso más difícil de replicar en tecnologías tradicionales de código abierto, donde los efectos de red son cosechados por empresas privadas y las ganancias fluyen hacia el tamaño.
En criptografía, toda la comunidad disfruta de los efectos de red, no solo las empresas con fines de lucro.
La diferencia entre las criptomonedas y otras tecnologías es que Bitcoin, Ethereum y otras son más que redes tecnológicas, también son redes de valor. ¿Y qué le da valor a estas redes?
Eso es lo que nos enseña el 51% de los ataques a redes más pequeñas. Que no es la tecnología, y ni siquiera es el supuesto potencial revolucionario de algunas de las funcionalidades. Es la comunidad la que da valor. Eso comprende el cuerpo de trabajo hasta ahora, la energía y el tiempo invertidos todos los días, la creatividad y el intelecto, la convicción y la sensación de que todo el mundo está trabajando es más grande que cualquier empresa o individuo.
Se producirán ataques y las redes y la gente irá y vendrá. Pero un inmenso número de personas que trabajan juntas para construir redes que no están controladas por nadie y que distribuyen valor de formas inusuales y, a veces, intangibles, ha llegado para quedarse. Porque las personas a lo largo de la historia han demostrado que la resiliencia proviene del esfuerzo colectivo que apoya ideas poderosas.
viernes, 10 de julio de 2020
La Bóveda de Oro más Grande del Mundo
Si hubiera que adivinar dónde estaba ese lugar, la primera opción podría ser el famoso Fort Knox, en Fort Knox, Kentucky. Ese depósito de oro es enorme, pero hay uno que es aún más grande. Se encuentra en un lugar que no crees que sea un sitio habitual para almacenar oro, pero este lugar es una fortaleza. En el extremo sur de Manhattan, en la ciudad de Nueva York, la bóveda del Banco de la Reserva Federal de Nueva York se encuentra enterrada cinco pisos debajo de las calles de la ciudad. Su bóveda tiene aproximadamente $350 mil millones en oro, pero esto ha fluctuado en los últimos seis años. Su cantidad exacta no se conoce. En comparación, Fort Knox posee aproximadamente $ 130 mil millones en oro.
El oro dentro del Banco de la Reserva Federal de Nueva York posee el 25% de las reservas mundiales de oro, y gran parte del oro que reside allí ni siquiera pertenece al gobierno de los EE. UU. Hay alrededor de 530,000 lingotes de oro a partir de 2012, y aunque aproximadamente el 5% del oro es propiedad de los EE. UU., El resto pertenece a una gran cantidad de bancos centrales de otras naciones. Cuarenta y ocho bancos extranjeros y 12 organizaciones internacionales utilizan la bóveda para almacenar sus reservas de oro. Estas entidades pueden almacenar su oro de forma gratuita, pero una vez que desean retirar una barra, les cuesta $1.75. Suena bastante bien, ya que el lugar donde se almacenan las barras es el lugar más seguro del mundo.
El edificio de la Reserva Federal se parece a cualquier otro edificio en el distrito, pero las ventanas del primer al tercer piso están cerradas con rejas de hierro. La seguridad es comprensiblemente estricta, y los guardias armados patrullan constantemente el exterior de la instalación. La bóveda está a 80 pies bajo tierra y 50 pies bajo el nivel del mar. Se colocó en la roca madre, y está rodeado de roca en cada uno de sus lados. Las paredes de la bóveda están hechas de hormigón grueso reforzado con acero.
La única forma de ingresar a la bóveda es atravesando un pasaje que es un cilindro de acero de 90 toneladas, que también está encerrado en 140 toneladas de concreto y acero. Cuando el área está cerrada, es hermética y cuatro barras de acero se bloquean en los agujeros del cilindro. Una vez que eso sucede, no se puede abrir hasta el siguiente día hábil.
Si eso no fuera suficiente, la cámara se controla por dentro y por fuera, las 24 horas del día, mediante cámaras de seguridad y sensores de movimiento. Deben estar presentes tres personas cada vez que se mueva oro o se abra un compartimento en la bóveda. Dos miembros del personal de la bóveda de oro de la Fed de Nueva York y un empleado del personal de auditoría interna de la Fed de Nueva York son responsables de cualquier movimiento de oro y de todo lo que ocurra en la bóveda. Nada se puede hacer sin que los tres estén presentes.
Cuando el oro ingresa a la bóveda, se eleva desde la calle al sótano mediante un elevador, se pesan los barrotes y se inspeccionan todas las marcas para asegurarse de que todo lo que entra sale exactamente en la misma condición. Las barras se mueven a un compartimento en la bóveda. En general, hay 122 compartimentos, y cada compartimento pertenece a un único titular de cuenta. Después de que el oro ha sido depositado, los compartimentos se cierran con candado, se agregan dos cerraduras de combinación y, finalmente, el compartimento se fija con un sello de auditor.
Los inicios del almacenamiento de oro en la Reserva Federal de Nueva York comenzaron después de la Segunda Guerra Mundial cuando los países buscaban un refugio seguro para sus reservas de oro. Su pico fue en 1973 cuando la bóveda contenía más de 12.000 toneladas de oro, casi el doble del tamaño que tiene ahora. Las barras de oro eran la forma rectangular conocida antes de 1986, pero ahora las barras están fundidas en el estándar internacional de la forma de un trapecio. Es interesante observar que las barras no son 100% doradas porque serían demasiado "suaves" o maleables, y no mantendrían su forma cuando se apilan o almacenan. Contienen pequeñas cantidades de al menos otro metal para ayudarlos a mantener su forma.
El Banco de la Reserva de Nueva York no almacena oro para particulares o empresas. Pero se puede hacer un recorrido por la bóveda si se registra con meses de anticipación.
Autor: Daniel Ganninger
Fuentes: Banco de la Reserva Federal, ABC News
Fuente: Medium
jueves, 4 de junio de 2020
Funcionamiento de una Transacción de Bitcoin
1. Introducción
Cada vez que creamos y hacemos uso de una transacción de Bitcoin, hacemos uso de una tecnología revolucionaria y muy segura. Y seguramente, nuestra curiosidad nos hace preguntarnos: ¿Cómo funciona una transacción en Bitcoin? ¿Qué es lo que hace que toda la tecnología de Bitcoin procese nuestra transacción y llegue a quién tiene que llegar de forma segura?
Pues bien, la verdad es que detrás de esto se esconde una avanzada programación que lo hace posible. Una programación que es posible por el trabajo de miles de personas en todo el mundo. Un trabajo que nos ofrece la oportunidad de disfrutar de un sistema de pago, seguro, confiable, privado y totalmente descentralizado.
En realidad, el funcionamiento de una transacción de Bitcoin es algo más bien sencillo. Es por ello, que para conocer más sobre estas, ahondaremos más sobre el proceso de funcionamiento de transacción en Bitcoin. Todo con el fin de conocer y despejar dudas sobre este interesante proceso.
2. Bitcoin como Dinero
Cuando Satoshi Nakamoto creó el Bitcoin lo hizo con una visión única de crear un sistema de pago seguro, descentralizado y privado. Un sistema que fuera capaz de desplazar a los actuales sistemas de pago del mundo. Un pensamiento sin duda gigantesco y que en ese entonces pocos creían viable.
Sin embargo, el tiempo ha demostrado claramente que Bitcoin es dinero. Un dinero P2P (Peer-to-Peer) que puedes usar y gastar como desees, allá donde sea aceptado. No hay imposición, no hay control por parte de terceros, en Bitcoin lo único que gobierna es la descentralización y el consenso de una comunidad. Una situación que en definitiva ha llamado la atención de millones de personas en el mundo hasta la actualidad, en el que Bitcoin ha cumplido con muchas de sus expectativas iniciales: una nueva forma de dinero y un medio de pago real lejos del control de los bancos.
En definitiva, Bitcoin es dinero y cada vez que lo usamos estamos realizando una transacción. Una transacción como esas que acostumbras a hacer desde la web de tu banco. ¿Lo diferente? Aquí no hay bancos, no hay entes que controlen la moneda, tu dinero realmente es tuyo. Pero lo más importante, todo lo que hagas es procesado por una gigantesca red que lo graba todo en la blockchain de forma eterna e inmutable. De esta forma, cada vez que haces una transacción se realiza una acción que esta red procesa y luego plasma en la blockchain. Desde allí, tú y cualquier persona pueden ver que la operación se ha realizado, pero no puedes modificarla ni echarla atrás.
Sin duda, estas son características muy interesantes, pero detrás de cada transacción hay mucho más. Por ello, con el fin de poder entenderlas empezaremos a explicar cada una de estas partes y su finalidad en todo este sistema que forma al Bitcoin.
3. ¿Qué es una Transacción en Bitcoin?
En primer lugar, debes saber que una transacción en Bitcoin es la realización de cualquier acción en la que las monedas de la blockchain están en movimiento. Cada vez que envías o recibes bitcoins o satoshis (fracciones de bitcoin), estás siendo testigo de una transacción.
Es tal cual como cuando se hace una transacción en una plataforma de pago digital como Paypal. Cada vez que que se realiza una transacción en Bitcoin, no se mueve dinero basado en una moneda fiat, sino que se mueve una moneda digital. De hecho, cada bitcoin que hay en la red no existe en la realidad. No existe un banco central de bitcoins, ni una moneda real de bitcoins, todo es digital. Además, el valor de esta moneda es dictado por las leyes del mercado, de la oferta y la demanda, por la confianza de quienes participan.
Pero para ser una forma de dinero confiable necesitas de un sistema de contabilidad, y eso es lo que hace la blockchain. La blockchain o cadena de bloque es una inmensa base de datos donde cada transacción queda grabada de forma permanente e inmutable. Sin importar que tan pequeña sea la transacción, todo queda grabado. Desde allí, es posible realizar toda la contabilidad necesaria para que Bitcoin sea una forma de dinero segura para todos. No hay mejor libro contable en el mundo.
De hecho, los registros dentro de la blockchain pueden verse de forma pública. Eso sí, no hay nombres, no hay datos que directamente puedan asociarse con tu persona o por qué estas usando una determinada cantidad de dinero. Es la privacidad de las transacciones en Bitcoin, algo de lo que hablaremos más adelante.
El hecho de que en Bitcoin los registros contables sean públicamente accesibles, nos habla de un nivel de transparencia que otros sistemas son incapaces de ofrecernos. Por ejemplo ¿No existe un registro público de las transacciones del banco que usas? tu respuesta seguramente: por supuesto que no. Eso dice mucho del potencial de Bitcoin y más sabiendo que incluso con esta característica tu privacidad está protegida. Ahora bien, sabemos que es una transacción y varias de sus propiedades, pero que tal si explicamos más a fondo las partes que forman una transacción.
4. Partes de una Transacción de Bitcoin
Cada transacción en Bitcoin, está formada a grandes rasgos por la siguiente serie de partes o elementos básicos:
a) Inputs o Entradas. Esta viene a ser el "origen" de los fondos de la transacción que estamos realizando. En Bitcoin, una entrada es una referencia a la salida de una transacción pasada. Es decir, una entrada viene a ser una referencia al cambio que nos ha quedado o al dinero que hemos recibido de otra transacción. Gracias a ello podemos confirmar con total certeza el origen de los fondos que estamos usando. Un punto interesante es que este campo puede estar formado por una o varias entradas. Esto se debe a que en Bitcoin cada dirección está asociada a las entradas y salidas de forma autónoma, y al saldo de las mismas sumas. Así que, si emitimos una transacción por la totalidad de dicha suma, usaremos el saldo en cada una de esas direcciones como entrada para nuestra nueva transacción.
b) Outputs o Salidas. Este campo indica la dirección a la cual se realiza la transferencia junto a la cantidad de bitcoins que se envían a la misma. Adicionalmente, este campo contiene las direcciones de cambio a la cual es enviada nuestro cambio de las transacciones. Gracias a esta característica, el campo output puede contener más de una salida.
c) Fee o Comisión de Minería. Este cabo nos indica la comisión o fee de minería que hemos pagado para que nuestra transacción sea tomada y procesada por la red. Este campo se usa para dejar una pequeña cantidad de bitcoin como pago por sus servicios. La cantidad a pagar generalmente varía y depende mucho del estado de la red. Si hay mucha congestión, el precio tiende a subir, debido a que las personas pagan un poco más para hacer que sus transacciones sean rápidamente atendidas. Por el contrario, el precio baja cuando la red tiene poca congestión.
d) TX ID o Identificador de Transacción. En Bitcoin toda transacción está identificada con un identificador único e irrepetible. Esto es así para evitar que dos transacciones pasen por ser idénticas. Para lograrlo, cada vez que un usuario realiza una transacción ésta es marcada con un hash SHA-256 único que diferencia su transacción del resto.
Ahora bien, estos elementos no se forman de la nada. Detrás de ellos se esconde el verdadero mecanismo de cómo funciona una transacción de bitcoin. Y eso es lo que desentrañaremos a continuación.
5. ¿Cómo Funciona una Transacción de Bitcoin?
El envío de cada bitcoin empieza de una forma muy sencilla: con la apertura de nuestra wallet. Desde ese preciso momento, comienza todo el proceso para hacer una realidad cada transacción en Bitcoin. Pero exploremos un poco más detenidamente cómo es esto posible.
Explicación Simplificada
En primer lugar, cuando creamos una wallet de Bitcoin en realidad estamos creando una serie de claves asimétricas. Estas claves se dividen en dos: una clave privada y una clave pública. La primera de ellas, es semejante a la caja fuerte y la combinación de la misma para nuestros bitcoins. Cada bitcoin en nuestra posesión, permanecerá siendo nuestro porque dicha clave privada nos permite administrarlos de forma total.
Por otro lado, la clave pública es semejante a un sobre de seguridad blindado. Uno en el que podemos poner información, cerrarlo y enviar dicha información con la seguridad de que nunca será abierto. De hecho, la única persona capaz de abrirlo es quien generó dicho sobre en primer lugar. Este creador es nuestra clave privada, pues de ella podemos derivar infinitas claves públicas a medida que las necesitemos.
Adicional a esto, Bitcoin hace uso intensivo de funciones hashes y de firma digital dentro de las transacciones. Las funciones hashes se usan para crear el identificador de la transacción. Pero además se usa para agregar capas de seguridad en distintos elementos que forman la transacción a muy bajo nivel.
Ejemplo de una Transacción
Este mecanismo es el que, de base, nos permite enviar bitcoins entre distintas personas. Veamos un ejemplo de esto:
Ana va a enviarle 0,01 BTC a Daniel. Por esa razón, Ana y Daniel abren sus respectivas wallets. Cada uno de estos wallets, tiene una clave privada asociada (una caja fuerte) que solo ellos de forma individual pueden controlar. Para preparar el envío, Ana le pide a Daniel una dirección.
Así Daniel, genera una dirección de Bitcoin (un sobre blindado) que, en realidad, es un clave pública derivada de su clave privada. Daniel le entrega esta dirección a Ana y ella prepara el envío. Especifica la cantidad de 0,1 BTC, la comisión de minería, y le da enviar (pone el dinero y le envía el sobre a Daniel). En ese momento, el monedero de Ana genera la transacción la firma digitalmente y crea un identificador único de la misma usando la función hash SHA-256.
Seguidamente, el monedero genera nuestra transacción le da un identificador único y la manda a la red. En pocos minutos, la red Bitcoin procesa este sobre blindado y lo incluye en su historial contable. Así Daniel tiene sus 0,1 BTC bajo su control. Para ello hace uso de su clave privada (para abrir el sobre blindado) para tomar posesión total de sus nuevos BTC y con ello la transacción se ha realizado con éxito.
Este sencillo ejemplo, nos deja ver a grandes rasgos cómo se genera y es posible una transacción. Además explica de forma sencilla, como la criptografía asimétrica y las funciones hashs nos permite enviar dinero de forma segura. Pero debajo de esto hay mucho más y examinaremos estos elementos.
Explicación Ampliada
Sin embargo, a bajo nivel el elemento que hace posible la realización de las transacciones en Bitcoin es el Bitcoin Script. Este es un lenguaje de programación del tipo scripting que permite añadir propiedades de programación a Bitcoin.
El ejemplo anterior de Ana y Daniel, se reduciría entonces a simples acciones programadas en Bitcoin Script. Esto es lo que más precisamente pasa dentro de Bitcoin. De hecho, cada vez que hacemos una transacción pasaría una serie de pasos como los que se describen a continuación:
a) En primer lugar, Ana y Daniel preparan sus monederos para tener así acceso a sus claves privadas.
b) Daniel, genera una dirección de Bitcoin. Para ello, usa su clave privada para generar una clave pública asociada. Esta clave pública de Daniel, es convertida en una dirección de Bitcoin.
c) Ana toma la dirección de Daniel. Comienza a introducir los datos de la transacción de pago en su monedero. Indica la cantidad, el fee de minería y la dirección a donde enviará esos bitcoins.
d) Acto seguido el monedero de Ana comienza a generar la transacción. Para ello, el monedero toma cada una de las salidas no gastadas (UTXO) de Ana. Es decir, cada envío de dinero que haya recibido Ana se tomará y sumará para generar el pago a Daniel. En este punto, el monedero de Ana genera un scriptSig para cada una de esas entradas. Este script sirve para demostrar que realmente Ana es dueña de ese dinero. Por ello, en dicho script hallaremos una firma digital ECDSA de Ana y una clave pública asociada para cada salida que Ana usará para enviar el dinero a Daniel.
e) Seguidamente, el monedero de Ana genera los scripts de bloqueo o scriptPubKey. En dichos scripts, hallaremos las instrucciones que deben ser realizadas para que finalmente Ana pase la propiedad de sus bitcoins a Daniel. Este scriptPubKey tienen la dirección de destino de los fondos. Pero además, si Ana debe recibir un cambio se generará un scriptPubKey que le devolverá el cambio a una dirección bajo su control.
f) Acto seguido se genera la estructura de la transacción. Para ello, usará los scripts anteriores y datos como la fecha o timestamp de la transacción para generar un hash SHA-256 único e irrepetible que identificará a la transacción.
g) Seguidamente el monedero emite la transacción a la red. Una vez allí llega al mempool de la red, una especie de sala de espera.
h) Cuando los mineros empiezan el proceso de generación de un bloque, toman las transacciones, las agrupan y por medio de la minería generan un bloque. Una vez generado el bloque lo envían a los nodos quienes verificarán que los mismos son válidos.
i) Cuando los nodos reciben un bloque válido, toman cada una de las transacciones y ejecutan las instrucciones de la misma. En este momento, sucede el cambio, el dinero de Ana pasa a manos de Daniel. El bloque quedará finalmente ejecutado y sus acciones grabadas en la blockchain.
j) Daniel puede ver la transacción de Ana confirmada en su monedero, allí Daniel puede tomar posesión de su dinero haciendo uso de su clave privada.
k) Por otro lado, Ana puede ver que ahora no tiene 0,1 BTC. En su lugar, ve la transacción hecha a Daniel y ve una transacción de cambio que regresa a su poder el resto del dinero que tenía en su monedero.
Este ejemplo es mucho más complejo, pero demuestra la forma en cómo las transacciones trabajan a un nivel mucho más bajo. Ciertamente una genialidad que une lo mejor de la criptografía y un sistema programable para crear una forma de dinero única.
6. Comisiones y los Tiempos de Confirmación
Un punto que causa también curiosidad sobre el funcionamiento de las transacciones de Bitcoin, son las comisiones y los tiempos de confirmación. En primer lugar, las comisiones son un pequeño pago que como usuario realizamos a los mineros para atender nuestra transacción. Los mineros al manejar nuestra transacción, tienen la capacidad de reclamar este dinero y desde allí enviarlo a una dirección propia.
En los principios de Bitcoin, las confirmaciones se realizaban de forma regular cada 10 minutos. De hecho, en principo Bitcoin permitía enviar transacciones gratis, y estas eran atendidas sin ningún problema. Pero con el aumento en el uso y la necesidad de apoyar a los mineros, estas comenzaron a tener un costo. Una medida que sobre todo se tomó para evitar el spam y el uso inadecuado de la red.
Pero a medida que la red fue aumentando en tamaño, la escalabilidad de Bitcoin comenzó a ser un problema. Sencillamente Bitcoin no es capaz de manejar altos volúmenes de transacciones. El aumento en el número de transacciones disparó los tiempos de confirmación, de hecho se pueden pasar días enteros esperando una confirmación. El culpable de esta situación no es otra que una baja comisión de minería. Por ello, los mineros dan prioridad a aquellas transacciones que más paguen, y solo atienden al resto en momentos en el que la demanda se reduce. Por esa razón, los usuarios de Bitcoin buscando priorizar sus transacciones aumentaron las comisiones que pagaban. De allí los aumentos y reducciones en el costo de las comisiones de Bitcoin, y la lucha por la prioridad y las rápidas confirmaciones.
Sin embargo, esta es una situación que Lightning Network busca subsanar. Este protocolo de segunda capa para Bitcoin es capaz de realizar transacciones de forma instantánea entre dos individuos y con unos costos mínimos. De momento, el desarrollo de esta opción continúa y se muestra prometedor por sus posibilidades y rápido crecimiento.
Fuente: Cointelegraph
Proyecto del Club de los 80Mil
Si queremos una sociedad sustentable necesitamos lograr nuevamente el equilibrio entre sociedad, medio ambiente y economía, empezando por el concepto y el diseño de nuestros propios espacios para lograr una mayor convivencia con el medio natural y social, y al mismo tiempo fomentar la autosustentabilidad energética y de alimentos, así como mejorar nuestra calidad de vida con una estética en la vivienda, el buen manejo del agua potable y residual, al igual que el manejo sustentable de los desechos y residuos sólidos que generamos en nuestras casas y hábitats.
Este proyecto nos introduce a un estilo de vida modelo para un mejor futuro y presentar soluciones concretas para enfrentar problemas como la contaminación del agua, el calentamiento global, la erosión del suelo y la pérdida de la biodiversidad y recuperar valores como la armonía entre la estética y la arquitectura, la convivencia y la paz.
El proyecto es la búsqueda total de una mejor calidad de vida para los individuos, las sociedades y el planeta.