Guerreros Viajeros
de la Madre Tierra
Si crees que puedes, tú puedes.
Si crees que no puedes... Tienes razón.
domingo, 15 de diciembre de 2024
Manipulaciones del Clima - Conferencia del Dr. Philipp Zeller, físico de la Universidad Politécnica Europea (ETH)
Geoingeniería, estelas químicas, HAARP; ¿hasta qué punto debemos tomarnos en serio este tema? Philipp Zeller, Dr. sc. nat., Dipl. Physiker ETH, también se hizo esta pregunta. Este piloto aficionado lleva casi tres décadas estudiando lo que ocurre en el cielo. Trabajó varios años en el sector de las patentes, donde descubrió información explosiva que ahora saca a la luz.
¿Qué saben ustedes sobre la manipulación meteorológica? ¿Este tema también es controvertido en su entorno y a menudo se tacha de teoría conspirativa? La siguiente presentación de un doctor en ciencias naturales en el WEFF de verano de 2022 en Davos es muy ilustrativa al respecto.
Philipp Zeller estudió Física en la ETH (Escuela Politécnica Federal) de Zúrich y es doctor en Ciencias Naturales. Como piloto recreativo, Zeller lleva más de tres décadas estrechamente vinculado a la meteorología.
A medida que pasaba el tiempo, notaba cada vez más anomalías en el cielo. Comenzó a realizar sus propias investigaciones. En particular, sobre los temas SRM (Gestión de la Radiación Solar), SAI (Inyección de Aerosoles Estratosféricos) y HAARP (Proyecto de Investigación Auroral Activa de Alta Frecuencia).
miércoles, 16 de octubre de 2024
Dominar a las Masas
sus ecos de planes elitistas del pasado
La última versión del Pacto por el Futuro, presentada el 27 de agosto, guarda un parecido asombroso con las “acciones de gobernanza ambiental recomendadas” que promueve la Global Challenges Foundation. Esto no es una coincidencia, dada la tendencia de la Fundación a promover una marca de sostenibilidad que sirva a los intereses de los poderosos a expensas de los marginados.
El Pacto, cuya adopción está prevista para la Cumbre del Futuro del 22 de septiembre, es una clase magistral de retórica alarmista, que advierte sobre una “profunda transformación global” y “riesgos catastróficos y existenciales” que amenazan con sumergir a la humanidad en un “futuro de crisis y colapso persistentes”.
Pero no nos dejemos engañar por el lenguaje apocalíptico: esto no es más que un intento de afianzar aún más el status quo. Los autores del Pacto quieren hacernos creer que las “elecciones que hacemos” son las principales causas de estos riesgos existenciales, pasando convenientemente por alto el papel de las injusticias sistémicas y la búsqueda voraz de ganancias que sustentan nuestro orden económico actual.
El “terrible sufrimiento” que padecen “nuestros semejantes” no es un fenómeno natural, sino más bien una consecuencia directa de las políticas neoliberales que nos han impuesto las mismas élites que ahora afirman ser nuestros salvadores.
La “corrección del rumbo” propuesta en el Pacto es poco más que una hoja de parra, diseñada para ocultar el hecho de que el único “futuro de crisis persistente y colapso” que debemos temer es el que inevitablemente resultará del dominio continuo de las mismas estructuras de poder que nos han llevado a este precipicio.
El llamado de las Naciones Unidas a un sistema de gobernanza global actualizado, aparentemente para salvaguardar los intereses de las generaciones presentes y futuras, intenta una vez más consolidar el poder e imponer un régimen draconiano de control.
La propuesta de “gestión de shocks globales complejos” es un eufemismo para designar una mayor erosión de la soberanía nacional y la imposición de una solución única para los problemas del mundo, dictada por los mismos burócratas no electos que nos han llevado al borde del desastre.
No es coincidencia que la adopción de este nuevo marco de gobernanza tenga lugar exactamente 33 años después de que la infame “Iniciativa para la Carta de la Tierra Eco-92” circulara en una conferencia en Des Moines.
Este documento, escrito por la Secretaría del Orden Mundial del Club Cobden, dejó al descubierto las verdaderas intenciones de la élite global: imponer un régimen de control de la población, aplicado por el Consejo de Seguridad mediante una combinación de coerción económica y fuerza militar.
El lenguaje es directo e inequívoco: “el Consejo de Seguridad informará a todas las naciones que su tolerancia sobre la población ha terminado”, y que “todas las naciones tienen cuotas de REDUCCIÓN sobre una base anual” – cuotas que se aplicarán mediante “embargo selectivo o total de crédito, artículos comerciales incluyendo alimentos y medicinas, o por la fuerza militar, cuando sea necesario”.
Esta no es una receta para el desarrollo sostenible ni para la protección del medio ambiente, sino un plan para un orden mundial totalitario, en el que los derechos y las libertades de los individuos están subordinados a los caprichos de una élite autodesignada.
El hecho de que este documento haya circulado en preparación para la conferencia de las Naciones Unidas sobre medio ambiente en Río de Janeiro en 1992 es un recordatorio de que la agenda de control de la población y la gobernanza global se ha estado gestando durante mucho tiempo y que la última encarnación de esta agenda, el Pacto para el Futuro, es simplemente la última iteración de una campaña de décadas para imponer un futuro distópico a la humanidad.
En este escalofriante documento se ponen al descubierto las verdaderas intenciones de la élite mundial. El Consejo de Seguridad, dominado por las grandes potencias anglosajonas, asumiría una autoridad absoluta sobre todas las naciones, dictando cuotas de población y aplicándolas mediante el estrangulamiento económico, la fuerza militar o cualquier otro medio que se considere necesario. La noción de soberanía nacional quedaría reducida a una pintoresca reliquia de una era pasada, mientras el Consejo de Seguridad afirma su “total jurisdicción jurídica, militar y económica” sobre todas las regiones del mundo.
Pero eso no es todo: el Consejo de Seguridad también se haría con el control de todos los recursos naturales, incluidas las cuencas hidrográficas y los grandes bosques, para que sean explotados y preservados en beneficio de las grandes naciones. Esto no es más que un modelo para una cleptocracia global, en la que se saquean los recursos de la mayoría para enriquecer a unos pocos. Los documentos revelan una visión del mundo en la que los fuertes hacen lo que quieren y los débiles sufren lo que deben.
El velo del secreto se ha levantado, apenas un poco, sobre los Cobden Clubs, un grupo de expertos que difundía la ideología del “sistema racial anglosajón” británico. Un documento filtrado, cortesía del ingenioso compañero del consultor empresarial George W. Hunt, ha arrojado luz sobre la verdadera naturaleza de esta reunión de élite. El contenido de este documento es un importante recordatorio de que la búsqueda de poder y control no conoce límites, ni siquiera los de la decencia o la moralidad.
Las inquietantes similitudes entre las reflexiones de los Clubes Cobden y las recientes propuestas de la Fundación Desafíos Globales, el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y la Universidad de las Naciones Unidas son una dura advertencia de que, cuanto más cambian las cosas, más siguen siendo iguales.
La población mundial ha crecido de 5.400 millones a 8.200 millones desde 1991, y sin embargo, las soluciones que ofrecen estos autoproclamados guardianes del planeta son nada menos que draconianas. Se han quitado los guantes y las verdaderas intenciones de estas organizaciones han quedado al descubierto.
La propuesta conjunta de estas organizaciones es una clase magistral de doble discurso, un ejercicio cínico de rebautizar la misma vieja búsqueda de poder como un esfuerzo benévolo para “proteger” a la humanidad.
El concepto de “bienes comunes globales”, que en su día fue una idea noble, ha sido secuestrado para justificar la gestión colectiva del aire que respiramos, el agua que bebemos y la tierra que habitamos. La atmósfera, la hidrosfera, la biosfera, la litosfera y la criosfera están todas bajo la gestión, el control y el dictado de una camarilla de élites autoproclamadas. La pregunta es: ¿quién decide qué constituye un “punto de inflexión peligroso” y quiénes serán los beneficiarios de este gran experimento de gobernanza global?
El canto de sirena de la gobernanza global nos llama, prometiendo una sinfonía armoniosa de regulación y control, todo en nombre de la protección de los “bienes comunes del planeta”. Pero si rascamos un poco más la superficie, se hacen evidentes las verdaderas intenciones de este gran plan.
La estructura de gobernanza “anidada” propuesta, con sus múltiples capas de regulación y supervisión por parte de un organismo de gobernanza global, es simplemente un modelo para un régimen totalitario. La fragmentación de la soberanía nacional y los enfoques compartimentados de la protección ambiental deben ser reemplazados por una solución monolítica, de talla única, dictada por una élite autodesignada.
¿Y quiénes son los arquitectos de este gran plan? La Fundación Desafíos Globales, fundada por el multimillonario financiero László Szombatfalvy, con su objetivo declarado de desarrollar “modelos mejorados de toma de decisiones globales”. Mejorados, es decir, para el beneficio de la élite global, no de las masas.
La solución propuesta a este “problema” inventado de la “ superpoblación ” es un ejemplo escalofriante del impulso totalitario en acción. Un nuevo tratado global, que obligue a los países a fijar objetivos de población cada cinco años y un plan para alcanzarlos, no es nada menos que una receta para la ingeniería demográfica a escala global.
Los ecos de la eugenesia y el control social son ensordecedores, y cabe preguntarse quién decide quién vive, quién muere y quién se reproduce. La respuesta, por supuesto, son los autoproclamados guardianes del planeta, que no se detendrán ante nada para imponer su visión retorcida a la humanidad.
La Fundación Desafíos Globales parece ser un caballo de Troya para una agenda mucho más insidiosa. Los escarceos de Szombatfalvy con el presidente del Club de Roma, Anders Wijkman, y su generosidad con el Proyecto de Superpoblación delatan una profunda afinidad con la cosmovisión maltusiana, una filosofía que considera a la humanidad como una plaga sobre la Tierra y busca imponer controles draconianos al crecimiento demográfico.
La extraña resonancia entre las opiniones de Szombatfalvy y las de los “patriotas raciales británicos” y los “patrocinadores vivos de la voluntad del gran Cecil Rhodes” es más que una coincidencia. La “Iniciativa para la Carta de la Tierra Eco-92” de este último es un claro llamado a un Nuevo Orden Mundial, en el que las “Principales Naciones del Consejo de Seguridad” dictarían los términos de la gobernanza global. Esta es la receta para una oligarquía global, en la que los intereses de los pocos poderosos serían primordiales.
La participación del Real Instituto de Asuntos Internacionales (Chatham House) y su homólogo estadounidense, el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), añade otra capa de complejidad a esta narrativa.
Estas organizaciones, creadas por el Movimiento de la Mesa Redonda, fueron diseñadas para promover las ambiciones imperialistas de Cecil Rhodes y la élite británica. Su objetivo final, una federación mundial de naciones, es un eufemismo para designar un imperio global, con el eje angloamericano al mando.
La idea de que estas organizaciones son simplemente centros de investigación benignos, dedicados a promover la cooperación global, es una ficción risible. En realidad, son los instrumentos enguantados de una élite poderosa, decidida a moldear el mundo a su imagen.
Como escribió el historiador del CFR y profesor de la Universidad de Georgetown Carroll Quigley en Tragedy and Hope:
“Los objetivos principales de esta elaborada organización semisecreta eran en gran medida encomiables: coordinar las actividades y perspectivas internacionales de todo el mundo de habla inglesa en una sola (que, en gran medida, es cierto, sería la del grupo de Londres); trabajar para mantener la paz; ayudar a las áreas atrasadas, coloniales y subdesarrolladas a avanzar hacia la estabilidad, la ley y el orden y la prosperidad siguiendo líneas algo similares a las que se enseñaban en Oxford y la Universidad de Londres”.
El mundo enrarecido de la élite del poder es un reino de paradojas, donde “caballeros amables y cultos” con una inclinación por las cosas buenas de la vida esconden una vena maquiavélica. La caracterización que hace Quigley de estos individuos como “muy preocupados por la libertad de expresión de las minorías y el imperio de la ley para todos” es una subestimación magistral, pues es precisamente esta fachada de benevolencia la que oculta sus verdaderas intenciones. Sin embargo, su deseo de anonimato es un indicador revelador de la naturaleza engañosa de sus esfuerzos.
El Centro Stimson, actor clave en los preparativos de la Cumbre del Futuro, es un auténtico nexo de poder, cuyos fundadores, Barry Blechman y Michael Krepon, son miembros del CFR.
El patrocinador homónimo del centro, Henry Stimson, fue un fiel defensor del CFR, y su mandato como Secretario de Guerra de los EE. UU. durante la Segunda Guerra Mundial sólo sirve para subrayar la profunda influencia de la organización en los pasillos del poder.
Un buen ejemplo es la relación incestuosa del CFR con el grupo de expertos Comisión Trilateral, fundado por David Rockefeller. Todos los presidentes del CFR desde Rockefeller han sido miembros de TriCom, una auténtica puerta giratoria de corredores de poder.
El actual presidente del CFR, David Rubenstein, es un claro ejemplo de este fenómeno, con su doble función de presidente del Carlyle Group y miembro del consejo de administración del Foro Económico Mundial. Esta última organización, principal fachada oficial de las actividades de estos grupos, es un auténtico centro de intercambio de información sobre la agenda global de la élite del poder. Los hilos de influencia que unen a estas entidades forman una compleja red de poder, diseñada para atrapar y manipular a la política global.
El Cuarto Congreso Mundial de Naturaleza, una reunión de la élite del poder en 1987, fue una experiencia reveladora para George W. Hunt, un voluntario que se topó con una camarilla de individuos influyentes empeñados en remodelar el mundo a su imagen.
La conferencia fue un auténtico "quién es quién" de la Comisión Trilateral, con la asistencia de personalidades como David Rockefeller, Edmond de Rothschild y Maurice Strong. La presencia del presidente del FMI, Michel Camdessus, y del presidente del Banco Mundial, Barber B. Conable, Jr., no hizo más que subrayar la gravedad de los debates.
Mientras Hunt escuchaba los debates, le sorprendió el cinismo y la insensibilidad de los asistentes. Los comentarios del banquero de inversiones canadiense David Lank, en particular, fueron una cruda ilustración del desprecio con el que estas personas veían al ciudadano común.
La sugerencia de Lank de que la agenda de la conferencia fuera “vendida” al público a través de un proceso que pasara por alto la democracia, para que no “devorara demasiados fondos para educar a la carne de cañón que, por desgracia, puebla la Tierra”, fue una escalofriante admisión del desdén de la élite por las masas.
El uso del término “carne de cañón” para describir a la población en general fue un ejemplo particularmente flagrante del lenguaje deshumanizador empleado por estos individuos, que veían el mundo como un mero tablero de ajedrez que podían manipular para sus propios fines.
El Cuarto Congreso Mundial de Tierras Silvestres fue, en efecto, una reunión de los sumos sacerdotes del Nuevo Orden Mundial, que se consideraban los únicos árbitros del destino del planeta. Su visión era la de un mundo en el que las masas se veían reducidas a meros peones, a ser arreadas y controladas por una élite autoproclamada.
La conferencia fue un recordatorio de que la obsesión de la élite del poder con la protección del medio ambiente no era más que un caballo de Troya para una agenda mucho más siniestra, que amenazaba la esencia misma de la democracia y la libertad individual.
David Rockefeller escribió en el libro de la conferencia Para la conservación de la Tierra:
“Sin embargo, es totalmente erróneo atribuir toda la culpa de la conducta ambiental inaceptable a la industrialización o a las grandes corporaciones. Gran parte de la devastación del medio ambiente mundial, especialmente en el mundo actual, se debe a individuos que carecen de energía y que están atrapados en una pobreza absoluta. La deforestación, por ejemplo, es a menudo más el producto de las acciones desesperadas de los pobres que de la explotación irresponsable de los gigantes industriales. Alrededor del 70 por ciento de la población mundial, en rápido crecimiento, depende actualmente de la leña para cocinar y calentarse. Las consecuencias de este hecho son poco menos que desastrosas”.
La superclase ultra rica, con su desapego olímpico de las luchas del hombre común, parece albergar un profundo desdén por los pobres, a quienes ven como nada más que una molestia a la que hay que manejar y controlar.
Los pobres, a sus ojos, son la encarnación de todo lo que está mal en el mundo: contaminan, emiten carbono y destruyen el orden natural. Son el “otro”, el enemigo de la Tierra, y deben ser gobernados por los “reyes filósofos ilustrados” que saben lo que es mejor para ellos.
El informe de la Comisión Trilateral, Más allá de la interdependencia , es un manifiesto para este nuevo orden mundial, en el que las “prácticas comerciales sostenibles” de los ultra ricos salvarán al mundo de los estragos de los pobres.
Se trata de un documento cínico y egoísta, diseñado para justificar el dominio continuo de la élite sobre las masas. Los autores del informe, sin duda, se consideran los guardianes del planeta, encargados de la noble misión de salvar al mundo de las tendencias destructivas de los pobres.
El primer Congreso Mundial sobre Naturaleza, celebrado en Sudáfrica en 1977, fue un acontecimiento decisivo en el desarrollo de este nuevo orden mundial. La presencia del banquero franco-suizo Edmond de Rothschild y del conservacionista sudafricano Ian Player no fue casualidad, dada la larga historia de colaboración entre la familia Rothschild y la empresa sudafricana de diamantes De Beers. La elección del lugar también fue probablemente deliberada, dado el papel de Cecil Rhodes en la creación de un monopolio sobre el comercio mundial de diamantes.
Rhodes, el archi-imperialista, tenía la visión de un mundo en el que el dominio británico era supremo y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para lograrlo. Su “Sociedad Secreta”, creada con el objetivo de promover los intereses británicos y sentar las bases para un nuevo orden mundial, fue un precursor de la obsesión de la élite moderna con la gobernanza global.
El hecho de que Rhodes haya podido expropiar tierras a los africanos negros e instigar la colonización de Rhodesia (hoy Zimbabwe) con impunidad es un duro recordatorio de la naturaleza brutal y explotadora del imperialismo. Y, sin embargo, ese es el legado que la élite moderna intenta seguir construyendo con su discurso sobre “desarrollo sustentable” y “ciudadanía global”.
sábado, 12 de octubre de 2024
Estallar la Burbuja de la Inteligencia Artificial
La industria de la “IA”, en su trayectoria actual, no sólo está al borde del abismo, sino que está inflando activamente su propia versión de la burbuja puntocom: un espectáculo de exceso especulativo donde la única certeza es el estallido inminente. Estamos presenciando una era en la que las empresas, envueltas en el atractivo de la innovación futurista, se precipitan hacia la quiebra, dejando tras de sí un rastro de inversores desilusionados y promesas incumplidas.
La industria de la “IA”, en su trayectoria actual, no sólo está al borde del abismo, sino que está inflando activamente su propia versión de la burbuja puntocom: un espectáculo de exceso especulativo donde la única certeza es el estallido inminente. Estamos presenciando una era en la que las empresas, envueltas en el atractivo de la innovación futurista, se precipitan hacia la quiebra, dejando tras de sí un rastro de inversores desilusionados y promesas incumplidas.
La IA, anunciada como el presagio de un nuevo amanecer para la humanidad, hasta ahora ha ofrecido poco más que un espejismo de progreso, palabras de moda y precios bursátiles inflados.
La idea de que la IA pueda alcanzar un mínimo de humanidad no es sólo optimista, sino fundamentalmente absurda. La IA carece de la esencia de lo que nos hace humanos: alma, espíritu, el inexplicable quantum de conciencia.
Decir que su “IA” es “inteligente” es denigrar el término en sí. Aquí estamos, vendidos en la estafa más sofisticada del siglo, donde el aceite de serpiente no es sólo astuto; es digital, es omnipresente y se vende con la promesa de resolver problemas que probablemente amplificará.
En esencia, se trata de una forma sofisticada de procesamiento de datos: el aprendizaje automático, rebautizado con el nombre de "IA". No hay conciencia, ni comprensión, ni creatividad genuina; solo algoritmos que procesan grandes conjuntos de datos, a menudo recopilados sin consentimiento, para generar resultados que imitan la creación o la toma de decisiones humanas.
En esencia, los sistemas de IA, incluidos los que generan texto, arte o música, no son creadores sino imitadores sofisticados. Funcionan reconociendo patrones en los datos, que a menudo incluyen propiedad intelectual obtenida sin permiso. Esto no es inteligencia, es replicación de patrones a gran escala.
El término "inteligencia artificial" sugiere una apariencia de procesos cognitivos similares al pensamiento humano, pero lo que tenemos son algoritmos que predicen y generan basándose en patrones preexistentes, no en pensamientos originales.
Decir que estos sistemas son “inteligentes” exagera lo que realmente logran. La inteligencia implica comprensión, empatía, razonamiento y conciencia del contexto, cualidades que la IA no posee. Lo que hace la IA es predicción estadística, no comprensión. Cuando una IA gana al ajedrez o al Go, no es porque entienda el espíritu o la historia del juego, sino porque ha procesado millones de partidas para determinar la jugada óptima en cualquier escenario dado.
El incesante redoble de tambores que anuncia la era de la Inteligencia Artificial ha ido creciendo hasta convertirse en una cacofonía de exageraciones, en la que la mera mención de la IA evoca imágenes de una utopía o distopía inevitable, según quién cuente la historia. Se nos dice que nos inclinemos ante el altar de esta nueva deidad tecnológica, pero, si lo examinamos más de cerca, el ídolo no solo parece hueco, sino también algo cómico en sus afirmaciones.
La IA, tal como la presentan los heraldos de Davos y otros cónclaves similares de la autoproclamada élite, se presenta como el heraldo de la “cuarta revolución industrial”. Este término, que rezuma promesas de transformación, sugiere un salto hacia un futuro en el que la IA transformará a la humanidad. Pero, ¿dónde están, dígame, estos cambios monumentales?
La llamada revolución es simplemente una campaña de marketing bien financiada, no un cambio sustancial en la estructura de la vida cotidiana o el avance económico. En lugar de ver a la IA liderando profundos avances sociales o científicos, vemos un patrón de expectativas redefinidas. Los objetivos no solo se han movido; están en un estado de cambio perpetuo, lo que garantiza que todo lo que la IA logre lograr en la actualidad pueda etiquetarse como revolucionario. Esto no es innovación; es una ilusión, diseñada para mantener el flujo de fondos y el asombro del público.
Pensemos en las pontificaciones de figuras como Yuval Harari, que habla de la IA con la reverencia de un sumo sacerdote, pero que, cuando se le presiona, su narrativa da giros. La IA no necesita ser sensible, afirma, como si la esencia de una deidad no residiera en su conciencia sino en su destreza computacional.
Aquí radica la ironía: por un lado, la IA es el dios omnipotente de nuestro nuevo orden mundial; por otro, está despojada de las cualidades mismas que podrían justificar tal estatus divino.
La IA de Harari es un dios de la conveniencia, poderoso pero carente de las cualidades que definen la vida o la inteligencia. No se trata del amanecer de una nueva especie, sino de la reorganización de algoritmos que conocemos desde hace décadas, que se venden bajo el disfraz de la evolución divina.
¿Dónde están las manifestaciones prácticas de esta supuesta singularidad? ¿En los vehículos autónomos que todavía no pueden soportar un día lluvioso sin la intervención humana? ¿En los robots de atención al cliente que hacen que uno pase por ciclos interminables con menos eficiencia que un humano con un teléfono? Los avances, si nos atrevemos a llamarlos así, son, en el mejor de los casos, graduales y, desde luego, no son los avances que cambiarán paradigmas como nos han prometido.
Lo que se nos ofrece no es el surgimiento de una nueva inteligencia, sino la imposición de una dependencia diseñada. La IA, tal como se la promociona hoy, no es la precursora del pensamiento o la innovación, sino una mera cámara de resonancia de la contribución humana, carente de la chispa de la verdadera creatividad o comprensión.
Sin embargo, este es precisamente el panorama en el que los globalistas pueden plantar su bandera de control. Al convencer a las masas de la infalibilidad de la IA, crean una realidad en la que sus algoritmos no sólo ayudan, sino que dictan, conduciendo a la sociedad no hacia la iluminación, sino hacia una penumbra de dependencia. La seducción de la IA para el profano no reside en sus capacidades, sino en sus promesas de una vida sin el peso de la toma de decisiones o el trabajo de aprender.
Este es el truco de magia globalista: ofrecen un futuro en el que la libertad frente a la responsabilidad se vende como el máximo lujo, pero esta libertad se produce a costa de la autonomía. Es un pacto fáustico: intercambias tu capacidad de acción por conveniencia y, al hacerlo, te vuelves cómplice de tu propia subyugación a un sistema que afirma saber más.
Pensemos en las aplicaciones prácticas de la IA, o en la falta de ellas. Se nos dice que la IA está revolucionando campos como la atención sanitaria, pero ¿dónde están los frutos de esta revolución? En un país donde las herramientas de IA son supuestamente las más avanzadas, la esperanza de vida disminuye, no aumenta. Esto no es un testimonio de la destreza de la IA, sino de su impotencia. Si la IA fuera la panacea que se dice que es, ¿no veríamos una población prosperando, no simplemente sobreviviendo?
El renacimiento prometido por el WEF y sus similares no es un renacimiento a través de la tecnología, sino una regresión a un mundo donde la creatividad humana se externaliza a máquinas que pueden imitar, pero nunca innovar verdaderamente.
El giro en la narrativa de la IA como sucesora consciente de la humanidad a un mero engranaje en la digitalización de todos los aspectos de la vida delata una constatación entre la élite: su deidad digital no despertará. Por lo tanto, la estrategia cambia: si la IA no puede llevarnos a un nuevo amanecer, entonces dejémosle atarnos a un eterno ahora, donde cada aspecto de la vida está mediado por algoritmos. No se trata de mejorar la capacidad humana, sino de envolver la existencia humana dentro de una matriz digital, donde la dependencia se convierte en la nueva normalidad.
Lo que está ocurriendo no es el empoderamiento de la sociedad a través de la tecnología, sino la creación de una sociedad que dependa de la tecnología para pensar, decidir y existir. Esta dependencia artificial no es solo un subproducto de la integración de la IA en nuestras vidas; es el propósito mismo de la misma.
En este escenario, la IA no necesita ser inteligente, sólo tiene que ser indispensable. Y ahí reside el verdadero peligro: no en que las máquinas se vuelvan como nosotros, sino en que nosotros nos volvamos como máquinas, predecibles, programables y perpetuamente al servicio de quienes escriben el código.
La universidad se ha convertido en una mera cadena de mediocridad. Los graduados de hoy, con sus diplomas en la mano, a menudo entran en el mercado laboral con una ineptitud asombrosa que debería alarmarnos a todos. ¿Por qué? Porque la educación superior se ha convertido en un cóctel diluido de cámaras de resonancia ideológicas y programas de estudio degradados, a cargo de profesores que a menudo están más interesados en promover agendas que en fomentar el intelecto genuino.
Pensemos en esto: ahora tenemos una generación que puede navegar por cualquier aplicación, pero no puede hervir un huevo ni cultivar un tomate, gracias a la seductora facilidad de las comodidades modernas. Estos jóvenes adultos, o deberíamos decir, "adultos", han subcontratado sus habilidades de supervivencia a la tecnología. Desde la agricultura hasta la amistad, todo está mediado por pantallas y algoritmos. ¿Es esto evolución o estamos presenciando la atrofia de la capacidad humana bajo la apariencia de progreso?
Ahora bien, descartemos la idea de que la IA es el presagio de un futuro utópico. La IA, anunciada como la cumbre de la sabiduría colectiva, no es más que una cámara de resonancia seleccionada que refleja únicamente lo que sus creadores consideran valioso. Ahí radica el insidioso peligro: en un mundo en el que la IA se convierte en la principal fuente de "conocimiento", la diversidad de pensamiento no sólo se ve sofocada, sino erradicada sistemáticamente.
Imaginemos un mundo en el que cada consulta devuelva la misma respuesta políticamente correcta y depurada, moldeada por quienes controlan el código. No se trata sólo de una pérdida de autonomía personal, sino de la programación del pensamiento social.
La debacle de la COVID-19 fue un anticipo de esta distopía. En este caso, las grandes empresas tecnológicas no solo nos dieron un empujón, sino que nos empujaron hacia una única narrativa, enterrando verdades bajo montones de contenido patrocinado. ¿Fue esto por nuestra seguridad o fue una prueba para controlar el asunto? Cuando la IA dicta la narrativa, no solo estamos perdiendo el debate; ni siquiera se nos permite saber que se está desarrollando un debate.
Esta marcha incesante hacia la comodidad, hacia dejar que las máquinas piensen por nosotros, no sólo nos está despojando de nuestras habilidades, sino de nuestra propia humanidad. Estamos en un camino en el que la comodidad pisotea la competencia, en el que lo "más fácil" erosiona nuestra esencia. Pero seamos claros: lo más fácil nunca fue sinónimo de lo mejor. Es una mentira seductora, que nos está llevando a la ruina intelectual y tal vez existencial.
Imaginemos las consecuencias para la persona promedio cuando la IA, ese supuesto árbitro imparcial de los hechos, comience a dar forma al discurso científico. Si la IA declara que el debate sobre el cambio climático ha terminado, presentándolo como un caso cerrado en el que no hay lugar para el escepticismo ni para datos alternativos, entramos en un terreno en el que la investigación científica no solo se desalienta, sino que se vuelve invisible.
La IA no muestra los disidentes, las anomalías ni los científicos que cuestionan la narrativa dominante. ¿Por qué? Porque está programada para priorizar el consenso sobre la controversia, pintando así una imagen monocromática en lo que debería ser un debate vibrante. ¿El resultado? Una población que cree que está informada cuando, en realidad, solo está adoctrinada.
El fiasco con la inteligencia artificial Gemini de Google no fue sólo un error o un descuido; fue una prueba accidental de cómo la IA puede utilizarse como arma para reescribir la realidad, distorsionando la historia a través de la lente de la corrección política actual.
Cuando la IA empieza a fabricar imágenes históricas que se ajusten a una narrativa de diversidad, no solo estamos viendo una tergiversación, sino que estamos presenciando la manipulación deliberada de la memoria cultural. ¿Qué será lo próximo? ¿Tendremos "pruebas" generadas por IA que respalden cualquier narrativa que los que están en el poder quieran propagar?
No se trata de un mero revisionismo histórico, sino de la creación de una nueva realidad digital en la que los hechos son tan maleables como la arcilla. Y no nos dejemos llevar por el mito de la autonomía de la IA. Que los desarrolladores se muestren impotentes ante las acciones de sus creaciones no es otra cosa que una abdicación conveniente de la responsabilidad.
La IA hace lo que se le dice o, más precisamente, lo que se le ha programado para que haga. La afirmación de que es impredecible es una cortina de humo para ocultar los hilos que todavía están en manos de sus programadores. Siempre hay un plan y es ingenuo pensar lo contrario.
En esencia, el impulso a la adopción generalizada de la IA por parte de entidades globalistas no tiene como objetivo mejorar la capacidad humana, sino reducirla. Se trata de crear una dependencia tan profunda que el acto de pensar se convierta en una reliquia del pasado.
Cuando la IA se convierte en el guardián del conocimiento, la educación y la historia, no solo estamos ante un futuro de conveniencia; estamos ante el cañón de la sumisión intelectual.
El espectro de la IA, como sugiere Harari, no necesita manifestarse en robots tipo Terminator para dominar; su poder reside en su ubicuidad y en la ilusión de benevolencia. Es el truco definitivo: hacernos creer que estamos abrazando el progreso cuando en realidad estamos renunciando al control de nuestras propias mentes.
El camino que elijamos podría muy bien determinar si las generaciones futuras reconocerán el valor del pensamiento independiente o si simplemente le pedirán a la IA que piense por ellas, felizmente inconscientes de la libertad que han perdido.
Fuente: A Lily Bit
martes, 3 de septiembre de 2024
Asegurando el Velo
Participar en un discurso sobre la manipulación social, la mecanización de sociedades enteras y la orquestación de sistemas sociales automatizados (denominados "armas silenciosas") a escala nacional o global implica inevitablemente objetivos ambiciosos de control y extinción de la existencia humana, imponiendo efectivamente la servidumbre y el exterminio.
Este manual, por su propia naturaleza, es un manifiesto simbólico. La necesidad de su confidencialidad es indiscutible. De lo contrario, corre el riesgo de ser identificado como una proclamación oficial de guerra interna. Además, siempre que un individuo o un grupo de individuos que ejercen un poder sustancial emplean tales conocimientos y metodologías con el propósito de conquistar la economía, sin la plena comprensión o aprobación del público, debe reconocerse un estado de guerra interna entre dichos individuos o grupos y el público en general.
Resolver los intrincados dilemas del presente exige un enfoque caracterizado por una franqueza absoluta, sin caer en vacilaciones arraigadas en construcciones religiosas, morales o culturales.
Su inclusión en esta tarea es el resultado de su capacidad para analizar objetivamente la sociedad humana, diseccionándola con precisión objetiva y, sin embargo, compartir sus evaluaciones y conclusiones con colegas de calibre intelectual comparable sin renunciar a la discreción ni a la humildad. Tales virtudes están al servicio de sus propios intereses. No se desvíe de ellas.
domingo, 19 de mayo de 2024
¡Dame el Mundo, Más el 5%!
La historia de Fabián el orfebre: "¡Dadme el mundo más el 5%!"
La siguiente película muestra el desarrollo real de nuestro dinero, así como el error del sistema monetario.
Cualquier parecido con hechos y personas reales no es ni casual ni involuntario.
domingo, 31 de marzo de 2024
Salvar el Planeta a costa de los Seres Humanos
¿Sabías que existe una agenda oficial para reemplazar a la raza humana con robots, cyborgs e inteligencia artificial? Esta agenda es fuertemente promovida por el Foro Económico Mundial. Su objetivo es poner fin a la era de la humanidad y marcar el comienzo de una nueva era de neohumanidad, donde las personas son una mezcla de hombre y máquina. También afirman que nuestros pensamientos y emociones serán monitoreados por IA para combatir el cambio climático. ¿Es ese el mundo que quieres para ti y tus hijos?
Parece ser el fin de la humanidad, según lo planeado por los líderes mundiales. Lo absurdo de querer acabar con la humanidad para "salvar el planeta"
Muchos de nosotros hemos visto películas populares de ciencia ficción sobre robots que se apoderan del mundo y erradican a la humanidad. Pero poco sabemos que esto es exactamente lo que están preparando los líderes mundiales. Incluso afirman que ésta es la única manera de salvar a la Tierra del colapso total. Sin salir de la era de la humanidad y entrar en la era de la neohumanidad, el mundo está condenado, dicen. Uno de sus argumentos es que los humanos son la causa del cambio climático y, por lo tanto, deben ser reemplazados por alternativas artificiales para "salvar el planeta".
Esta reforma mundial la llaman "La Cuarta Revolución Industrial" y tiene como objetivo digitalizar completamente todos los aspectos de la vida en la Tierra.
Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico Mundial, afirmó durante la reciente Cumbre Mundial de Gobierno en Dubai:
"El futuro ya está aquí. ¡Viene como un tsunami! Esta Cuarta Revolución Industrial no sólo cambiará todo lo que hacemos, sino que también tendrá un impacto en quiénes somos."
Se están realizando importantes avances para trasplantar la personalidad humana a vehículos robóticos, para darle al hombre una inmortalidad artificial. El último sueño de las élites: volverse inmortales.
Los robots ya están reemplazando a enfermeras, trabajadores sociales, asistentes psicológicos, médicos, cajeros, cocineros, agentes del orden, etc., en varias zonas del mundo. Los primeros chips de computadora ya se están implantando en humanos. La combinación del hombre con la máquina es una realidad, mientras que la IA está arrasando en el mundo, eliminando millones de puestos de trabajo humanos en estos momentos.
Esta hermosa joven es Erica, un robot humanoide, construido para reemplazar a los humanos. Su tarea es proporcionar apoyo emocional a personas solas y mayores.
Lo horrible es que específicamente aquellos trabajos sensibles donde las personas necesitan un toque humano, verdadera comprensión y apoyo emocional están siendo reemplazados por robots. ¿Te imaginas ser atendido por un robot en un hospital o residencia de ancianos? Eso es exactamente lo que está pasando. Eliminar la experiencia humana, que es tan preciosa, hermosa y profunda, y reemplazarla con alternativas robóticas insensibles.
Insertar pensamientos y emociones en todos.
Al mismo tiempo, en todas las naciones del mundo se están instalando tecnologías que registrarán continuamente todos los pensamientos, emociones y sueños de todos. Estas tecnologías incluso tienen la capacidad de insertar pensamientos y emociones en la población. Así lo afirman públicamente el expresidente de Chile, Sebastián Piñera, y la Joven Líder Global del Foro Económico Mundial, Ida Auken, exministra de Medio Ambiente de Dinamarca.
En Europa, la televisión pública "School TV" les dice a los niños lo "cool" que es tener un chip en el cerebro.
Google organiza simposios en los que se explica cómo los seres humanos serán uno con los ordenadores, mientras que el director general de Nokia afirma que dentro de unos años todo el mundo tendrá su teléfono inteligente dentro del cuerpo. Esto significa que cada detalle de nuestras vidas puede ser monitoreado constantemente. Mientras tanto, el Foro Económico Mundial organiza conferencias sobre "transparencia cerebral", donde se discute cómo todos nuestros datos personales más íntimos se almacenarán en la nube y serán controlados por las grandes tecnologías.
Todo esto está en línea con el anuncio del WEF de que para 2030 nadie tendrá privacidad. Klaus Schwab dice que tendremos que acostumbrarnos a una sociedad de "total transparencia", donde todo lo que pensamos, sentimos y soñamos está controlado.
Fuente: Stop World Control
domingo, 18 de febrero de 2024
Acción Climática
El Cambio Climático lleva años en primera línea de la agenda globalista. Es el caballo de Troya del tecnócrata antihumano.
Ya en 2010, célebres "expertos" en Cambio Climático sugerían que "los humanos no están lo suficientemente evolucionados" para combatir el cambio climático y que "quizá sea necesario aparcar la democracia por un tiempo."
Más recientemente, en 2019, Bloomberg publicó artículos con titulares como "El cambio climático acabará con la soberanía nacional tal y como la conocemos", y los académicos nos lo están diciendo:
Los estados seguirán siendo incapaces de resolver crisis mundiales
como el cambio climático
mientras no renuncien a su soberanía
Durante años se ha vendido el cambio climático como la razón por la que podríamos vernos "obligados" a abandonar la democracia o la soberanía.
Junto a esto, hay una extensa narrativa propagandística dedicada a cambiar el "cambio climático" de una cuestión medioambiental a una cuestión relacionada con todo.
Llegados a este punto, todos los gobiernos nacionales están de acuerdo en que el "cambio climático" es un problema urgente cuya solución requiere la cooperación mundial. Organizan cumbres multitudinarias en las que firman acuerdos internacionales que obligan a los estados nacionales a determinadas políticas, por el bien del planeta.
Una vez establecido ese modelo, ahora están ampliando el ámbito del "cambio climático". Convirtiendo el "cambio climático" en la respuesta a todas las preguntas:
Obviamente, el "cambio climático" siempre iba a afectar a la energía y el transporte.
Después del Covid, el "cambio climático" ya se ha rebautizado como "crisis sanitaria".
Ahora nos dicen que el "cambio climático" está generando una crisis alimentaria.
Nos dicen que el comercio internacional debe tener en cuenta el clima.
El Banco Mundial nos dice que la reforma educativa ayudará a luchar contra el cambio climático.
El Fondo Monetario Internacional nos dice que todos los países del mundo deberían tasar el carbono y, en un reciente episodio cruzado, que las CBDC pueden ser buenas para el medio ambiente.
Así es como funciona.
Agricultura y alimentación, salud pública, energía y transporte, comercio, política fiscal y tributaria, incluso educación. Casi todas las áreas de gobierno están ahora potencialmente cubiertas por el paraguas del "cambio climático".
Ya no se necesita un gobierno mundial, sólo necesitan un panel único de "expertos internacionales imparciales en cambio climático" que trabajen para salvar el planeta.
A través de la lente del "cambio climático", estos "expertos" estarían facultados para dictar -perdón, recomendar- políticas gubernamentales en casi todos los ámbitos de la vida a todas las naciones del planeta.
Otra manera de decirlo.
Es el gobierno global del mundo moderno, no centralizado sino distribuido. La computación en la nube. Un cerebro supranacional corporativo-tecnócrata. Sin existencia oficial ni autoridad, y por tanto sin rendición de cuentas, y canalizando todas sus decisiones políticas a través de un filtro: el cambio climático.
No habrá una única moneda mundial, habrá docenas y docenas de monedas digitales "interoperables" que crearán un "ecosistema de pagos armonioso". No habrá un único servicio global de identidad digital, sino una serie de "redes de identidad interconectadas" que participarán en el "libre flujo de datos para promover la seguridad".
No habrá un gobierno mundial, sino paneles internacionales de "expertos imparciales" nombrados por la ONU que formularán "recomendaciones políticas".
La mayoría o la totalidad de los países del mundo seguirán la mayor parte o la totalidad de las recomendaciones, pero cualquiera que llame a estos paneles gobiernos globales recibirá verificaciones de hechos por parte de Snopes o Politifact destacando que "los paneles de expertos de la ONU NO constituyen un gobierno global porque no tienen poder legislativo".
Así es como el gobierno global tomará forma en 2024 y más adelante. Compartimentado, totalmente negable... pero muy, muy real.
Fuente: off Guardian
jueves, 15 de febrero de 2024
Ser un Inversor Rentable
Para tener éxito en la inversión en bolsa y finanzas es un arte que requiere habilidades, conocimientos y la capacidad de adaptarse a un mercado en constante cambio. En este artículo, se exploran los elementos fundamentales que hacen a un inversor, rentable y exitoso. Desde entender qué implica ser un buen inversor hasta los secretos para conseguir rentabilidad.
QUÉ ES SER UN BUEN INVERSOR
En primer lugar, la capacidad de saber cómo interpretar los mercados es imprescindible. Más allá de observar cifras y gráficos, un buen inversor debe ser capaz de anticipar tendencias a largo plazo y comprender los entornos económicos globales. Crear un portafolio es una estrategia para poder adaptarse a los cambios económicos, buscando activos que no solo generen rendimientos, sino que también se alineen con tus objetivos financieros a largo plazo.
Además, es importante contar con habilidades analíticas y ser capaz de innovar; un buen inversor no se limita a interpretar informes financieros, sino que va más allá. La paciencia, acompañada de resistencia, es más que necesaria si se desea tener éxito. En este sector, es muy necesario saber cómo gestionar las emociones al invertir en bolsa; la paciencia y resistencia emocional, permiten a un buen inversor mantener la calma en medio de la incertidumbre y resistir la tentación de tomar decisiones por impulsos.
Ser innovador en estrategias implica estar abierto a nuevas perspectivas, técnicas y tecnologías que potencien la capacidad para identificar oportunidades y gestionar riesgos de manera más eficaz.
Finalmente, estar en constante formación y mantenerse actualizado es primordial. La constante formación para invertir en bolsa no es solo una opción, sino una necesidad. Ser orientado a la educación continua asegura que un buen inversor esté siempre al tanto de nuevas estrategias, productos financieros y regulaciones del mercado.
CÓMO SER UN INVERSOR INTELIGENTE
La inteligencia en la inversión no solo se trata de analizar cifras y tendencias, sino de comprender el riesgo y la gestión emocional. Un inversor inteligente analiza minuciosamente cada oportunidad, diversifica su cartera para reducir riesgos y mantiene una mentalidad abierta ante nuevas estrategias. La educación continua y la capacidad de adaptarse a un entorno financiero dinámico son factores fundamentales para lograrlo.
DIVERSIFICACIÓN ESTRATÉGICA
Un inversor rentable no coloca todos sus huevos en una sola cesta, sino que distribuye sus activos de manera estratégica. Al invertir en una variedad de clases de activos, sectores y geografías, se reduce el riesgo y se aumenta la resistencia ante cambios inesperados en el mercado.
ANÁLISIS FUNDAMENTAL SÓLIDO
La rentabilidad no se consigue sin un análisis profundo. Un inversor productivo se centra en realizar el análisis fundamental de las empresas, evaluando no solo sus estados financieros actuales, sino también su potencial a largo plazo.
GESTIÓN DEL RIESGO
La gestión del riesgo va más allá de simplemente aceptar que las inversiones conllevan cierto grado de incertidumbre. Un buen inversor establece límites claros para las pérdidas potenciales y ajusta su cartera según su tolerancia al riesgo. La diversificación y la asignación de activos juegan un papel crucial en esta gestión, asegurando que el impacto de eventos imprevistos sea mitigado.
ADAPTABILIDAD ANTE CAMBIOS DEL MERCADO
Los mercados financieros están en constante evolución. Esto significa que hay que adaptarse rápidamente a las nuevas tendencias, tecnologías y condiciones económicas. La rigidez puede ser perjudicial; la capacidad de ajustar estrategias según las circunstancias es indispensable para mantener la rentabilidad a largo plazo.
ENFOQUE A LARGO PLAZO
La paciencia es virtud en el mundo de las inversiones. Un buen inversor no se deja llevar por las fluctuaciones a corto plazo del mercado. Mantener un enfoque para un periodo extenso, centrado en los objetivos financieros a largo plazo, permite sortear las inevitables subidas y bajadas del mercado desde una perspectiva más equilibrada.
En resumen, ser un inversor rentable implica más que solo dominar el análisis técnico. Requiere una combinación de inteligencia financiera, disciplina y adaptabilidad. La clave se encuentra en comprender que el éxito no es un destino final, sino un viaje continuo de aprendizaje y crecimiento. Cultivar estas habilidades y actitudes te posicionará no solo como un buen inversor, sino como un inversionista exitoso y rentable en el mundo de las finanzas.
Fuente: Pablo Gil
martes, 13 de febrero de 2024
El Liberalismo es Riqueza
Lo que no es riqueza
Hoy es fácil comprender que el oro, el dinero, el trabajo, las materias primas e incluso los bienes materiales terminados no son riqueza; son elementos necesarios, pero no suficientes para la riqueza. Y confundirlos con la riqueza conduce a error en la búsqueda de este preciado tesoro.
El oro o el dinero no son riqueza porque son simplemente medios para el intercambio de bienes y servicios, por lo que aumentarlos no repercute positivamente en la calidad de los intercambios. Sin embargo, es cierto que, si el dinero no es de buena calidad o si la cantidad de dinero no se ajusta continuamente a las necesidades humanas, la riqueza disminuye. Por lo tanto, la riqueza depende de la posibilidad de hacer intercambios, mover recursos e información, que a su vez depende de la existencia de dinero determinado, dinámicamente, de calidad y cantidad adecuadas.
Tierra y trabajo
La tierra y los recursos naturales y materiales tampoco son riqueza. Al igual que ocurre con el dinero, la riqueza reside en la relación entre la cantidad, la calidad y la empleabilidad de los recursos. Si se descubrieran nuevos yacimientos de petróleo en Venezuela, la riqueza de los venezolanos no aumentaría, no sólo porque la industria petrolera es un monopolio estatal, sino también porque no existen ni los conocimientos ni los elementos materiales complementarios necesarios para extraer el petróleo y utilizarlo de forma óptima.
La riqueza tampoco está en el trabajo, más trabajo no es más riqueza, la tendencia es a trabajar menos o con menos esfuerzo, pero con más o mejor información. Como ocurre con el dinero y los recursos materiales, el valor del trabajo está en su cantidad y calidad óptimas en relación con las necesidades o preferencias humanas. El socialismo lleva a trabajar más y el liberalismo a trabajar mejor.
Lo que sí es riqueza
La riqueza está en la coordinación y la coordinación depende de la capacidad del sistema para crear e incorporar información adecuadamente de forma continua y libre. El poder del dinero no está en sus cualidades materiales, sino en sus cualidades «inmateriales» como la confianza, la adecuada coordinación intertemporal del crédito, su estabilidad de precios, etc. Elementos que dependen de que los agentes que interactúan incorporen la información correcta de la forma adecuada.
Del mismo modo, los recursos materiales sólo son valiosos cuando se emplean coordinadamente. Por ejemplo, un sistema de transporte público con unidades de primera calidad puede no servir a nadie si no realiza el recorrido demandado en el momento demandado. Aumentar el número de unidades de transporte no resolverá el problema y aumentarlas no es gratuito, hay costes de oportunidad de por medio. Por eso el crecimiento desordenado, con información manipulada, como los tipos de interés o los precios, destruye capital porque hace que se emplee antieconómicamente y luego es muy difícil ajustarlo a las necesidades reales.
Invasión y riqueza
Si la riqueza es saber hacer con lo que se tiene, cabe preguntarse: ¿aumentan la riqueza tanto el aumento de los conocimientos como el de los recursos? En el primer caso, ambas vías funcionarían. Por ejemplo, si se sabe utilizar el petróleo para satisfacer las necesidades humanas y se obtiene más petróleo, entonces se satisface a más gente. Sin embargo, si el recurso es escaso, te verás obligado a aumentar los conocimientos, y los conocimientos son el único recurso que no viene dado. Así que aumentar el conocimiento es la ganancia neta.
Por consiguiente, la búsqueda constante de aumentar la cantidad de recursos naturales y materiales de que se dispone, por ejemplo, invadiendo otros territorios, a la larga aleja a una sociedad de la riqueza. La opinión pública mayoritaria sobre la riqueza que aportaría a los venezolanos la recuperación del territorio del Esequibo, actualmente gobernado por Guyana, es errónea. El Estado venezolano que administraría estos recursos es un destructor neto de capital.
Del mismo modo, a nivel individual y de desarrollo personal, somos ricos en la medida en que tenemos los conocimientos correctos sobre gestión del capital y la sabiduría para ponerlos en práctica. Podemos heredar o ganar la lotería, haciéndonos ricos a corto plazo, pero sin conocimientos sobre cómo invertir y autocontrolar nuestros gastos, esa abundancia material no durará. La coordinación intertemporal también se da a nivel personal, cuando tomamos decisiones presentes buscamos que complementen o no contradigan nuestras decisiones pasadas y futuras. Cuando ahorramos para comprar algo y poco antes de alcanzar nuestro objetivo nos gastamos el dinero, hemos traicionado a nuestro yo pasado y futuro.
Liberalismo es riqueza y la riqueza genera abundancia
Se suele decir que el liberalismo genera riqueza porque donde se aplica aparece mayor abundancia material. Y como hemos mencionado ya, la abundancia material puede entenderse como una condición necesaria, pero no suficiente, para la riqueza. También se puede ver como una consecuencia de la riqueza; es decir, es el producto del enriquecimiento pasado o el producto de haber tomado decisiones correctas en su debido momento.
Al comprender que, para enriquecernos a nivel individual y colectivo, necesitamos:
1. Un sustrato material mínimo, explotable, y que no necesariamente será mejor mientras más grande sea.
2. Libertad para crear e incorporar información.
3. Libertad para experimentar y cometer errores de manera continua.
4. Sabiduría personal o instituciones sociales sólidas que faciliten la coordinación.
Nos damos cuenta de que, más que simplemente generar riqueza, el liberalismo es riqueza. Al adoptar un modelo liberal, obtenemos las condiciones necesarias para la generación de una abundancia material adaptada a las necesidades humanas. Bajo un modelo liberal, se genera e incorpora la información necesaria, y el sistema puede auto organizarse y realizar ajustes pertinentes. Como contraparte, cuando perdemos la libertad, perdemos la riqueza y, consecuentemente, la abundancia material disminuye.
La pobreza está también en el sistema
De esta manera, podemos afirmar que la pérdida de libertad conduce a una abundancia descoordinada. Los países que han dejado de apostar por la libertad individual y el libre mercado ya no poseen riqueza, ya que sus sistemas se vuelven inflexibles y distorsionados. Aunque puedan tener una abundancia material residual, esta irá disminuyendo con el tiempo debido a la destrucción de capital que se produce al abandonar el modelo de libre mercado.
Finalmente, si la riqueza reside en el sistema, ¿dónde se encuentra la pobreza? De manera similar, en el sistema. Interpretar la pobreza como escasez material nos distancia de su comprensión integral. La humanidad ha prosperado gracias al conocimiento que ha obtenido y acumulado. Cuando se pierde o descarta ese conocimiento, o se restringe la formación y puesta a prueba del viejo y nuevo conocimiento, la pobreza surge de inmediato, manifestándose posteriormente en forma de carencias materiales.
Autor del Artículo: Miguél Solís
Psicólogo con postgrado en Economía. Su pasión por el conocimiento transdisciplinario le ha motivado a investigar, enseñar y colaborar en el estudio de la personalidad, la psicología social, la economía política y la religión. Interesado acerca del diálogo entre la tradición y la novedad, la dependencia y la emancipación, la libertad y la igualdad.
Fuente: Instituto Juan de Mariana
miércoles, 10 de enero de 2024
Algo de Educación Financiera
¿Cómo el dinero gobierna a la gente? El aumento del coste de la vida está obligando a mucha gente a pedir préstamos. Estos se conceden rápidamente. Pero poca gente ve a través del ingenioso juego del interés y el interés compuesto. Los ganadores son siempre los grandes bancos, que ganan mucho dinero con préstamos que no están respaldados por dinero u oro. Ya Albert Einstein dijo: "Quien lo entiende, gana con ello. Si no lo entiendes, pagas por ello." El "Milagro de Wörgl" demuestra que se podría hacer de otra manera.
Mucha gente se siente sobrecargada de trabajo. Tienen la sensación de que tienen que hacer más y en menos tiempo. Realmente, la presión y la densidad de trabajo están en realidad aumentando -llaman a este fenómeno "aceleración social"-. Como resultado, muchos empleados están aumentando su ritmo de trabajo, trabajando más tiempo o desde casa y reduciendo las pausas, a menudo hasta el punto de agotarse. La presión financiera causada por el aumento de los costos de vida (como el alquiler, la comida, la electricidad, la gasolina, etc.) también aumenta constantemente.
¿Son estas crecientes sobrecargas profesionales y financieras un hecho casual que hay que aceptar sin rechistar, o existe una causa clara para ello que podría eliminarse?
Cómo se crea el dinero
Mucha gente cree que el dinero se crea cuando los bancos centrales imprimen papel moneda y lo ponen en circulación. Así es, en lo que respecta al efectivo. Pero los bancos comerciales tienen otra forma de hacer dinero: Emitiendo préstamos. A un prestatario se le acredita una cierta cantidad de dinero, por ejemplo, 30.000 euros. A cambio, el banco simplemente aumenta la cantidad en la cuenta del prestatario en 30.000 euros. El llamado "dinero de reserva" o "dinero fiduiciario" se crea en el ordenador del banco con sólo pulsar un botón, prácticamente de la nada. La cantidad generada de esta manera no estaba realmente disponible antes de que se concediera el préstamo. El dinero creado de la nada debe ser ganado posteriormente por personas con trabajo. Sólo en el momento en que se construye o produce algo con dinero prestado hay un valor real en esta cantidad, por ejemplo una casa, que tuvo que ser dada en prenda al banco por adelantado como garantía. Es sorprendente que los bancos reciban intereses e intereses compuestos en el curso del reembolso del préstamo, o en caso de insolvencia del prestatario, por ejemplo, que reciban la casa en prenda, aunque no hayan tenido que gastar ningún dinero preexistente.
El interés compuesto - ventaja para unos pocos
El interés compuesto describe el interés que los ahorradores o prestatarios reciben sobre el interés. Debido a que el interés siempre genera nuevos intereses, el dinero se multiplica casi constantemente por sí mismo, lo que tiene consecuencias inimaginables. Si José hubiera invertido un céntimo de Euro con un 5% de interés y un interés compuesto cuando Jesús nació en el año cero, varios miles de millones de esferas de oro puro del peso de esta tierra se habrían creado hoy. Si José hubiera invertido un centavo de Euro sin interés compuesto, se habría convertido en un solo Euro en todos estos años. Este cálculo deja claro el efecto extremo del interés compuesto. Por el efecto del interés compuesto, todos los deudores que no pueden pagar a tiempo sus intereses adeudados se ven agobiados y los que prestan el dinero se ven favorecidos. El interés compuesto contribuye así a un crecimiento exponencial de las deudas y los activos del mundo, haciendo a los pobres más pobres y a los pocos más ricos. Albert Einstein resumió los efectos del interés compuesto de la siguiente manera: "El efecto del interés compuesto es la octava maravilla del mundo. Quien lo entiende, gana dinero con ello. Si no lo entiendes, pagas por ello."
Redistribución de Diligente a pobre
El hecho de que un número cada vez mayor de personas sea cada vez más pobre y unas pocas cada vez más ricas puede leerse cada año en estudios como el Informe Oxfam (2017). ¿Por qué es así? Debido a que los préstamos se conceden con intereses, todas las empresas que han tomado préstamos deben ganar intereses. Sin embargo, los empresarios sólo pueden pagar este interés si se producen más y más bienes con cada vez menos tiempo de trabajo y uso de materias primas. Además, las empresas repercuten los costos de los intereses al consumidor aumentando el precio de sus productos. Actualmente, cerca del 40% de los costos de interés están ocultos en los precios de los productos que todos pagan cuando compran. Como resultado, el dinero se mueve desde los consumidores -a través de las empresas productoras de productos- a los receptores de intereses. Se trata principalmente de inversores ricos y de los propietarios de los bancos, que en su mayoría son de propiedad privada.
La FED: Instrumento de los banqueros criminales para esclavizar al mundo
Según el autor estadounidense G. Edward Griffin*, en 1910 los representantes de los principales bancos (Rothschild, Rockefeller, JP Morgan, Warburg, Kuhn Loeb, etc.) se reunieron anónimamente y en el más estricto secreto en la isla de Jekyll, una isla frente a la costa del estado estadounidense de Georgia. Se reunieron con la intención de fundar el Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED). Este banco central privado tenía por objeto proporcionar crédito a los gobiernos, las empresas y los particulares. En una posición de monopolio absoluto, la FED debía permitir a los banqueros determinar la oferta de dinero y los tipos de interés. Los principales bancos aseguraron este monopolio a través de la llamada "Reserva Federal", un proyecto de ley elaborado lejos de la mirada pública, que fue aprobado a finales de 1913 Griffin expone a la FED como un puro cártel en su bestseller "La criatura de la isla de Jekyll": Despiadadamente y de manera intrigante, puso a sus prestatarios en una completa dependencia financiera. Durante más de un siglo, las deudas de los prestatarios han aumentado a un ritmo alarmante, mientras que la riqueza de las familias bancarias ha crecido de forma inconmensurable.
*comentarista político, escritor y documentalista
**Afectación de los jugadores o empresas que obtienen ventajas a través de acuerdos secretos, a menudo incluso ilegales
Los bancos centrales: un instrumento de poder de los oligarcas financieros
Los bancos centrales son básicamente responsables de la política monetaria de un país o zona monetaria. Pero casi todos los bancos centrales del mundo no son instituciones gubernamentales, sino bancos privados. Estos son propiedad de la familia Rothschild o de otras familias bancarias internacionales. Hay, por supuesto, algunas excepciones, entre las que se incluyen países como Corea del Norte, Cuba e Irán. Hablando de estos países, son precisamente los países que atraen la atención negativa los que aparecen en los titulares negativos de los medios de comunicación una y otra vez. Me pregunto si hay una conexión. Eso es otra cosa. Estos oligarcas financieros, con sus bancos centrales de control privado, son en efecto capaces de desencadenar crisis económicas en un solo país, pero también en todo el mundo. Por ejemplo, en 1920 la crisis bancaria en los EE.UU., o en 1929 la crisis financiera de los EE.UU.; hace unos años, en 2008, la gran crisis financiera con sus mega-bultos y efectos mundiales. Estas tres crisis financieras fueron provocadas por el banco central de EE.UU. FED. Lo mismo ocurrió con países como Rusia en 1998 o Argentina en 2001, que también se vieron sumidos en profundas crisis económicas por la política monetaria de sus bancos centrales. ¿Quién se beneficia de todo esto? En todas estas crisis, sólo los oligarcas financieros se han beneficiado, aumentando enormemente su poder y riqueza, mientras que la población se ha hundido en la pobreza y la necesidad.
Cómo se ejerce el poder sobre la moneda de reserva
¿Qué es en realidad una moneda de reserva y cómo se puede ejercer el poder sobre ella? Una moneda de reserva es la moneda que tiene una posición especial en el sistema monetario internacional y se utiliza en el comercio mundial como moneda de transacción*. El Acuerdo de Bretton Woods de 1944 elevó el dólar estadounidense a esta posición especial y lo estableció como moneda de reserva. En consecuencia, la mayoría de los países ya no pueden realizar sus transacciones comerciales en su moneda local. Si, por ejemplo, un empresario argentino quiere comprar una máquina de Alemania, primero debe convertir sus pesos argentinos en dólares estadounidenses. En estas transacciones internacionales, el banco central de los EE.UU. FED obtiene beneficios constantes y controla una gran parte de los flujos económicos. También es la única institución que puede crear y hacer circular nuevos dólares. Desde esta posición, es posible que los EE.UU. usen sanciones para prohibir a otros países usar el dólar estadounidense como medio de pago, como es el caso actual de Venezuela. Este país ha sido sometido a una presión masiva, porque no se le ha permitido comerciar con su petróleo en dólares americanos durante mucho tiempo y por lo tanto permanece atascado con el petróleo que produce. Esto golpea muy duro a Venezuela y a su gente, porque este país se financia principalmente con el petróleo.
*Moneda en la que se procesa una transferencia o transacción.
Hay otra manera: El milagro de Wörgl
En 1932, tras la crisis económica mundial, Europa se enfrentó a dificultades y al desempleo. La municipalidad austriaca de Wörgl introdujo una moneda sustitutiva regional paralela a la moneda de la época, el chelín. Fue diseñado de tal manera que perdió el 1% de su valor cada mes -al igual que los bienes pierden valor con el tiempo-. Por eso nadie acaparó su dinero, todos lo gastaron lo más rápido posible. La moneda regional era, por lo tanto, el petróleo que circulaba rápidamente en el zumbido del motor económico -para el beneficio de muchos-. Cuando el ejemplo atrajo la atención en toda Europa, fue prohibido por el sistema judicial austríaco. Justificación: Sólo el Banco Nacional estaba autorizado a emitir dinero. El milagro de Wörgl había terminado, la crisis volvió.
Punto de cierre
"Así pues, si fuera posible hacer que la mayoría de la gente comprendiera al menos las características básicas del actual sistema monetario y financiero, entonces también podría ser posible crear un sistema nuevo y diferente a través de un trastorno social fundamental, uno que sirva no al uno por ciento sino a la mayoría de la gente, y uno que logre convertir el dinero en un producto que no domine a la gente pero que esté dominado por la mayoría de la gente.”
Autor: Ernst Wolff, experto financiero, 2019
Fuente: Kla.tv
martes, 9 de enero de 2024
El Nuevo Colonialismo de la Élite Financiera
Según Agro Acción Alemana, el robo de tierras -también llamado "acaparamiento de tierras"- no cesa. Ahora está dominado por el sector financiero profesional, que opera de forma encubierta y casi invisible. En su opinión, hay más beneficios en la tierra que en los campos de oro. Especialmente en Brasil, África, el sudeste asiático y Europa del Este se ocultan los "bancos de tierras" del mundo.
En el punto de mira de los buscadores de tierras están especialmente los "Estados fallidos", los llamados Estados rotos o fracturados cuyos recursos los convierten en presas especialmente fáciles. En Ucrania, por ejemplo, las empresas extranjeras ya se han apoderado del 71% de las tierras agrícolas. Los acuerdos sobre tierras también son promovidos y apoyados por organizaciones internacionales, en primer lugar por el Banco Mundial. Ya en otoño de 2010, el Banco Mundial -supuestamente en interés de los respectivos países- elaboró y publicó un mapa mundial de las tierras en venta. En realidad, sin embargo, este mapa es una guía para todos aquellos que buscan "nuevas tierras" rentables.
Esto demuestra una vez más que las finanzas mundiales abusan de su poder y se apoderan ilegalmente de todo lo que tiene valor, sin importarles los efectos devastadores sobre la tierra y las personas. Por tanto, el acaparamiento de tierras no es más que una forma moderna de colonialismo. Esta explotación criminal exige a gritos un cese inmediato y una compensación justa para los países desposeídos.
Fuentes:
Acaparamiento de tierras por agentes financieros
Acaparamiento de tierras: la nueva forma de colonialismo
sábado, 29 de julio de 2023
Filántropos Duplican sus Fortunas en la Última Década
La crisis de las hipotecas del 2008, alimentada por un ambiente financiero que favorecía toma de riesgos extremos, terminó como toda crisis capitalista: con una transferencia multimillonaria de riqueza de los más pobres a los más ricos.
Si bien se nos repite hasta el cansancio que la mano invisible del mercado lo equilibra todo, que el mercado elimina a los actores que tomen decisiones equivocadas, lo cierto es que el grupo de gente más poderoso del sistema, el 0.1% de la población mundial, escapa a esas reglas. Para ellos no existen los riesgos, siempre habrá un paquete gubernamental de rescate. Y así sucedió en la crisis del 2008.
Como dijo Bernie Sanders: "Ni un solo gran ejecutivo de Wall Street fue a la cárcel por destruir nuestra economía en 2008 como resultado de su codicia, imprudencia y comportamiento ilegal. No. No fueron a la cárcel. Recibieron un rescate de un billón de dólares".
En el medio de esa crisis, en un golpe de efecto de relaciones públicas, esta elite mundial fue convocada por Gates, Buffett y Rockefeller en Nueva York en lo que The Guardian denominó como "El Club del Bien". En conjunto tenían un patrimonio de 125.000 millones de dólares. Los nombres de algunos de los miembros son bien conocidos: Bill Gates, George Soros, Warren Buffett, Oprah Winfrey, David Rockefeller, Michael Bloomberg y Ted Turner. ¿Los temas tratados? "se centraron en la educación, la ayuda de emergencia, la reforma del gobierno, la profundidad prevista de la crisis económica y cuestiones de salud mundial como la superpoblación y las enfermedades". Fue, añade el diario The Guardian, "una cumbre para salvar el mundo."
En agosto de 2010, mientras continuaba el cimbronazo de la crisis, con millones de trabajadores perdiendo sus ahorros y sus hogares con las ejecuciones hipotecarias, y que en el mundo en desarrollo empujaba a 100 personas por minuto a la pobreza, 40 de las personas y parejas más ricas de Estados Unidos se unieron para formar "un pacto para dar" llamado "The Giving Pledge".
¿Qué es el Giving Pledge? según la propia organización "El Giving Pledge es un movimiento de filántropos que se comprometen a donar la mayor parte de su patrimonio a causas benéficas, ya sea en vida o en su testamento. (....) pretende cambiar las normas de la filantropía entre las personas más ricas del mundo, inspirándolas para que den más, establezcan antes sus planes de donación y den de forma más inteligente. Esto se consigue en parte creando una comunidad en la que los firmantes del Compromiso puedan asistir a sesiones de aprendizaje, compartir buenas prácticas e intercambiar ideas para maximizar el impacto de sus donaciones."
Marketing mediático de por medio, que nunca falta con estos niveles de riqueza y conexiones, la promesa no tardó en hacerse popular entre los ricos del mundo. En la actualidad, el compromiso incluye a 236 de las personas, parejas y familias más ricas del mundo, de 28 países.
Extrañamente (o no tanto), 13 años después de la firma, los principales impulsores de esta generosa propuesta de donar la mitad de sus fortunas en vida o más, no sólo siguen viendo crecer su patrimonio a pasos agigantados sino que en muchos casos lo han duplicado.
Multiplicación de la riqueza de los billonarios que prometieron donar sus fortunas
Empecemos por el alma máter de la "filantropía" mundial Bill Gates, magnate empresarial, desarrollador de software, inversor, autor y filántropo estadounidense. Omnipresente en los medios de comunicación y experto en temáticas varias de los problemas mundiales: crisis sanitaria, crisis climática, sobrepoblación, agricultura, etc.
En 2010 al hacer su compromiso altruista tenía un patrimonio de 40 mil millones de dólares, en 2020 más que lo duplicaba con $110 mil millones de dólares. En 2023 cuenta con $105 mil millones.
Sigamos con Warren Buffett, hoy con 92 años, y comprometido codo a codo con la Fundación Gates. En los últimos diez años, también, casi duplicó su patrimonio.
En 2015, Mark Zuckerberg, que había firmado el Giving Pledge a la edad de 26 años, decidió subir aún más la apuesta, comprometiéndose a regalar el 99% de sus acciones de Facebook. Si hacemos historia, en 2011 Zuckerberg se encontraba en el puesto 52 de los hombres más ricos de Forbes, con 13.500 millones de dólares. A partir del 2015 siempre estuvo entre los 10 más ricos de ese ranking, salvo en 2022 al perder en un año US$ 75 mil millones por la baja de las acciones y el poco rédito de su Metaverso. En 2022, su patrimonio ascendía a 67.300 millones de dólares. De todas formas, pese al mal resultado del último año, Zuckerberg quintuplicó su patrimonio desde 2011.
Si ahora analizamos a los millonarios mundiales en conjunto la tendencia es similar: una suba imparable en activos y en cantidad de miembros de este club de elite desde el año 2000, con una pequeña baja en la crisis del 2008, de la que rápidamente se recuperaron.
domingo, 11 de junio de 2023
Ciudades Libres, ¿una herramienta eficaz para la libertad economica?
En la última década, ha habido una tendencia creciente entre los partidarios radicales del libre mercado: construir nuevas ciudades con la esperanza de alcanzar la libertad económica. Hay buenas razones para mostrarse escéptico ante esta estrategia.
Una gran demanda
La idea es relativamente sencilla. A grandes rasgos, es así: en primer lugar, se llega a un acuerdo con un gobierno para crear una Zona Económica Especial o una entidad jurídica similar. Esta pequeña zona geográfica estará exenta de impuestos, controles de divisas, leyes antidroga o cualquier otra normativa molesta desde la perspectiva del libre mercado. A continuación, se construye una nueva ciudad en esa zona.
Grupos como la Fundación de Ciudades Libres del Dr. Titus Gebel, el Instituto Seasteading y Pronomos Capital de Patri Friedman promueven diversas variantes de esta estrategia. Incluso el ex presidente estadounidense Donald Trump ha empezado a promover el concepto de «Ciudades Libres».
Existe una gran demanda de ciudades de libre mercado. Algunas de estas iniciativas han conseguido financiación por valor de decenas de millones de dólares y avanzan rápidamente. Entre los patrocinadores más famosos figuran inversores famosos como Peter Thiel, Balaji Srinivasan, Tim Draper, Vitalik Buterin y Naval Ravikant.
Argumentos históricos para construir ciudades de libre mercado
He trabajado como consultor para este tipo de proyectos desde 2016, y he trabajado como consultor en diversas capacidades para al menos 30 proyectos diferentes de «libertad económica». Con el tiempo, mis experiencias trabajando estrechamente con estos proyectos me han hecho más escéptico sobre su capacidad para crear libertad económica a largo plazo. Hay muchos precedentes históricos que, a primera vista, dan a esta estrategia un alto grado de plausibilidad superficial.
En primer lugar, existe un largo historial de ciudades-estado muy orientadas al libre mercado, como los estados renacentistas italianos de Venecia, Génova y Florencia. Ha habido muchos otros ejemplos, en lugares tan diversos como las ciudades-estado medievales swahilis de la actual Kenia, las ciudades-estado de la Liga Hanseática, o incluso hoy, las pocas ciudades-estado que quedan -como Singapur, Liechtenstein y Mónaco- son los países con mayor libertad económica. Muchos estudiosos libertarios, como David Friedman, han señalado que las ciudades-estado tienden a adoptar políticas de libre mercado porque tienen gobiernos muy localizados, carecen de garantías para endeudarse y los gobiernos tienen una mentalidad generalmente «lucrativa».
Proyecto del Club de los 80Mil
Si queremos una sociedad sustentable necesitamos lograr nuevamente el equilibrio entre sociedad, medio ambiente y economía, empezando por el concepto y el diseño de nuestros propios espacios para lograr una mayor convivencia con el medio natural y social, y al mismo tiempo fomentar la autosustentabilidad energética y de alimentos, así como mejorar nuestra calidad de vida con una estética en la vivienda, el buen manejo del agua potable y residual, al igual que el manejo sustentable de los desechos y residuos sólidos que generamos en nuestras casas y hábitats.
Este proyecto nos introduce a un estilo de vida modelo para un mejor futuro y presentar soluciones concretas para enfrentar problemas como la contaminación del agua, el calentamiento global, la erosión del suelo y la pérdida de la biodiversidad y recuperar valores como la armonía entre la estética y la arquitectura, la convivencia y la paz.
El proyecto es la búsqueda total de una mejor calidad de vida para los individuos, las sociedades y el planeta.