miércoles, 2 de septiembre de 2009

El Primer Paso en el Camino hacia el Exito

ESTABLECER TUS METAS

El primer paso hacia el éxito es saber lo que deseas: Lo que quieres tener, lo que quieres ser, y lo que quieres conseguir.
Los que consiguen lo quieren son personas orientadas a objetivos.
Algunas personas tienen dificultad para establecer metas, o quizá no han pensado en hacerlo.
También puede ser que tus metas sean algo más parecido a deseos: no muy claros, no muy serios y en constante cambio.
Tal vez no te veas como alguien ambicioso u orientado hacia los objetivos. Aunque esto son diferentes formas de expresarnos.
Todos los seres humanos están orientados a la consecución de metas. Cientos de nuestros "objetivos" vitales - como mantener la respiración, el ritmo de los latidos y la temperatura - se logran todo el tiempo sin que pongamos atención en ello. Por fortuna para nosotros, esas metas están programadas en nuestro sistema vital.
Pero solo porque una persona no ambiciosa no establezca metas conscientemente, no significa que no esté orientado hacia los objetivos.
Resulta fácil asumir que los objetivos han de ser visibles y materiales. Pero podemos tener metas acerca de nuestra familia, salud, aficiones, tiempo de ocio, actividades deportivas que en su mayor parte puedan ser intangibles, y que se midan en calidad en vez de en cantidad.
Si tu deseo es salir de la rutina de un trabajo, una carrera o un estilo de vida determinado, quizá se trate de un desafío mayor que ascender por la escalera del éxito material... y es una meta igual de valiosa o incluso más.


LOS QUE CONSIGUEN LAS METAS Y LOS SOÑADORES

La gente establece y expresa sus metas de maneras diferentes.
Algunas personas son sistemáticas y muy organizadas, escriben todo y dividen sus objetivos a corto, medio y largo plazo. Sin duda tendrán un modo lógico para solucionar problemas y tomar decisiones como cambiar de trabajo o mudarse de casa.
Otras no establecen metas de manera consciente, organizada, sin embargo, también están orientadas hacia los objetivos... pues tienen un claro cuadro mental o sensación de lo que quieren conseguir.
Son impulsadas más por una visión o un sueño. Es gente que con facilidad es capaz de imaginar una meta antes de que haya tenido lugar.
Esta diferencia tiene que ver con el modo en que pensamos, y específicamente con el lado del cerebro que más tendemos a usar.
El lado izquierdo es mejor para el pensamiento detallado consciente con el empleo de procesos lógicos y del lenguaje.
El lado derecho se encuentra más feliz tratando con imágenes y sensaciones, parece superar la lógica y tiende a ver las cosas de manera holística.


HACER UNA LISTA

Antes que nada, haz una lista de deseos, objetivos, anhelos, resultados... como tú quieras describirlos. Establece metas en el área comercial para tus negocios, metas sociales para tus relaciones, metas psicosomáticas para tu cuerpo y metas intelectuales para las habilidades que te gustaría adquirir. En esta fase puedes incluir todos tus objetivos, incluyendo aquellos de las categorías "Me gustaría...", "No me importaría...", "Sería agradable si..." Casi todos se eliminarán más adelante, pero aunque uno solo o dos se consigan con el tiempo, la totalidad del ejercicio habrá valido la pena.

El propósito de esta lista es el de establecer tus metas verdaderas y motivadoras, las que tendrán una alta posibilidad de éxito. También puedes catalogarlas en deseos definidos; y en corto, medio y largo plazo.

Para establecer tus metas has de hacerte la siguiente pregunta: ¿Son específicos mis objetivos?
Se preciso respecto de lo que quieres, mostrándote todo lo específico que puedas.
Pregúntate: "¿Qué es exactamente lo que deseo?"....
Los objetivos necesitan tener una "base sensorial", así que necesitas preguntarte:
¿Qué veré, oiré, sentiré, probaré y oleré?....
También pregúntate: "¿Cuál es la situación ahora? ....
"¿Qué deberá ser diferente si quiero conseguir mi objetivo?"....
"¿Qué normas estableceré?"....
y "¿Para cuándo?"....
Te ayudará si escribes tus metas, porque el acto de poner un objetivo en papel requiere en sí mismo que pienses con precisión acerca de lo que quieres.
También debes meditar profundamente en "el porqué" de tu objetivo.
A veces, en realidad lo que queremos son cualificaciones u otros signos exteriores de logro debido al reconocimiento y respeto que aportan. O quizá lo queremos con el fin de mejorar nuestras carreras y, al mismo tiempo, que nos den poder, rango social o independencia financiera.
Mientras piensas honestamente en todo esto, tal vez desees cambiar metas especificas para que estén más acordes con tus deseos fundamentales. O quizás quieras sustituirlas por metas totalmente distintas, a la vez que arrancas deseos imprecisos o sospechosos, este proceso aumentará notablemente tu autoconciencia.
Así como "Quiero ser feliz" es un deseo valioso, no cumple con los criterios de ser especifico, sin embargo al preguntarte: "¿Qué me haría feliz?", comenzarás a identificar objetivos alcanzables que te ayudaran a conseguir la felicidad.
Conoce tus objetivos, disfruta leyendo acerca de ellos y llevando a cabo algunas investigaciones, a la vez que defines con claridad qué es lo que quieres, empieza a alinearte con tus metas, mírate a ti mismo habiéndolas alcanzado e interpreta lo que quieres ser.
¿Están tus objetivos dentro de tu control personal? Comprueba que cada objetivo se halla razonablemente dentro de tu control personal.
El éxito o el fracaso dependen solo de ti. La esencia del éxito no radica sólo en alcanzar los objetivos, sino en lograr los objetivos adecuados para ti.
Así que hazte la pregunta: "¿Que tendría que hacer yo en la consecución de los resultados?" Luego cambia lo que haya que cambiar, formula diferentes objetivos que satisfagan tu deseo personal. Para llevar las cosas a un nivel práctico, pregúntate: "¿Qué haré yo personalmente para alcanzar el objetivo?" y "¿Cómo puedo poner en marcha las cosas?"
Siempre que estructuramos nuestras vidas de tal manera que nuestra felicidad dependa de cosas o de gente fuera de nuestro control podemos esperar experimentar dolor y decepción.
Ajustar tus metas para que seas tú el jugador principal coloca la realización de estas metas en tus manos.

¿Tienes lo que hace falta para realizar tus objetivos?
Esta pregunta se centra en los recursos que posees y puedes utilizar para alcanzar tus objetivos.
Estos recursos personales incluyen tus habilidades naturales, salud y fortaleza, tiempo disponible, inteligencia y complexión física.
Que esto no te asuste; sólo has de ser realista, sin subestimar tu potencial. Las personas generalmente no carecen de recursos, sólo les falta el control sobre dichos recursos y eso es algo que podemos mejorar.
Esta pregunta tiene que ver más con los recursos innatos en vez de los que se pueden adquirir. Si es necesario, puedes corregir tu meta para que encaje con tus recursos. La mayoría de nosotros tenemos la tendencia a subestimar nuestro potencial.
¿Cómo sabrás cuándo has alcanzado tus objetivos?
Debes ser capaz de medir de alguna manera tu éxito. Ayuda añadirle a cualquier resultado deseado algún elemento tangible de los que sin duda experimentarás.
Cuanto más tangible sea la prueba que se te ocurra, más real y cuantificable se volverá tu objetivo.
¿Están tus objetivos expresados positivamente?
Esto significa pensar en lo que quieres en lugar de lo que no quieres. De modo que es preferible que tus metas se expresen positivamente.
Cualquier meta puede modificarse con la pregunta "¿Qué preferiría?" o "¿Qué quiero de verdad?"

¿Están tus objetivos en el nivel adecuado?
¿Es tu meta lo bastante grande o demasiado grande en vista de tus recursos? Si es demasiado grande, pregúntate: "¿Qué me está impidiendo alcanzar esto?"... Entonces puedes convertir el problema en objetivos más pequeños que sean alcanzables.
A esto se le llama reducción de la meta. Si es demasiado pequeña para motivarte entonces puedes aumentarla hacia un objetivo mayor. Pregúntate: "Si lograra esta meta, ¿qué significaría para mí?" Aumenta tu blanco hasta que la idea te estimule y te motive.
¿Qué más se vería afectado?
Aunque está bien establecer objetivos en aislamiento, a veces uno puede encontrarse en conflicto con otra persona, o tener un efecto negativo en otra área de nuestra vida.
A colocar un resultado dentro del contexto más amplio de tu vida, relaciones y el mundo que nos rodea se le llama una prueba de ecología.
Necesitas reconciliar tus objetivos; tal vez desees cambiar o postergar algunas de tus metas con el fin de crear un mejor equilibrio global en tu vida.
Esto, además, te da una gran oportunidad para ejecutar tus verdaderas prioridades y garantizar que el esfuerzo que le dedicas se canalice de la mejor manera posible.
Las preguntas que has de formularte son: "¿A quién más afectará esto?", "¿Qué pasará si lo consigo?", y "Si pudiera recibirlo de inmediato, ¿lo aceptaría?". Si tu respuesta es "Si, pero...", probablemente quiere decir que hay un problema. Y, una vez más, puedes tomar en consideración estas dudas modificando tu meta original.


COLOCAR TUS METAS EN EL ORDEN CORRECTO

Hay más cosas que puedes hacer para garantizar de manera consistente obtener lo que deseas.
Vamos a centrarnos en la manera en que conseguimos las cosas. El patrón que seguimos en vez del contenido de los objetivos específicos.
Este enfoque presupone sacarle sentido a la lista de objetivos en el contexto de metas a largo plazo o "vitales", y de su propia y única personalidad, prioridades y valores.
¿Hacer o tener?
¿El objetivo es acerca de hacer algo como viajar, hacer un cursillo, dedicarte a un nuevo pasatiempo o deporte? O es acerca de obtener o tener algo, como una casa, un coche, un ascenso, quizás un certificado o recompensa.
Las palabras que has empleado te ayudarán a determinar si tus metas encajan en la categoría de "hacer" o "tener/obtener". Rotula cualquier objetivo de tu lista para que entre en una de estas dos categorías.
Podemos ir más lejos. ¿Tiene tu deseo más que ver con conocer algo adicional: acerca de un tema académico, acerca de tu trabajo o sobre una afición o un interés especial? ¿O tiene que ver con relacionarse con gente, familia, amigos o colegas? Una vez más rotula cualquier objetivo de tu lista que encaje en estas categorías. Por último, comprueba si lo que deseas requiere "ser": "ser" tu propio jefe, "ser" más delgado, "ser" financieramente más seguro, "ser" feliz. Esta categoría se ocupa de un estado que tú quieres alcanzar, o el lugar en el que quieres estar, bien sea físico, mental o espiritual.
Ahora encaja todos tus objetivos en estas cinco categorías: "hacer", "tener/obtener", "conocer", "relacionarse" y "ser".
Una meta puede encajar en más de una categoría.
Analiza si hay un predominio de una o dos de las categorías. Resulta común encontrar tal dominio y ello revela mucho acerca del modo en que cada uno de nosotros forma los deseos y los objetivos.
Quizás haya una única categoría predominante, o un par de ellas, pero es probable que la lista abarque una mezcla de algunas de ellas o de todas.
¿Luego, qué?
Después de haber colocado todos tus objetivos en una u otra de estas cinco categorías y haber comprobado si tienes una que sea predominante; lo que has hecho revela mucho acerca de ti mismo, de tus deseos y de cómo los conseguirás.
Ahora elige cualquiera de tus metas y pregúntate: "Si la tuviera total y completamente, ¿luego, qué? y apunta en cual de las cinco categorías entra la respuesta.
Por ejemplo: Eres vendedor y deseas aumentar tus ventas en un 50% sobre las del trimestre pasado (HACER). En respuesta a ¿luego, qué?, podrías decir. "recibiré más dinero, más comisiones" (OBTENER/TENER). ¿Luego, qué? "Bueno, compraremos la casa más grande que estábamos anhelando" (otro OBTENER). ¿Luego, qué? "Eso solucionará problemas familiares" (RELACIONARSE). ¿Luego, qué? "Creo que entonces estaría satisfecho" (SER). ¿Luego, qué? "Eso es todo". ¿Qué más hay? "Seria feliz" (de nuevo SER).
A través de este ejemplo hemos establecido "Tu patrón personal", cómo un deseo conduce a otro hasta que obtienes lo que de verdad quieres. La secuencia del ejemplo ha sido: HACER se vio seguido de OBTENER, que a su vez se vio seguido de RELACIONARSE, seguido de SER. A menudo una categoría tendrá más de un objetivo intermedio.
Por último necesitamos cerciorarnos de que hemos identificado todo el patrón o ciclo de deseos.

Regresamos al objetivo que queremos. En el ejemplo era aumentar las ventas en un 50% (HACER). Luego pregúntate: "¿Hay algo que necesito conocer, hacer, obtener o ser, o alguien con quien necesito relacionarme, con el fin de alcanzar esto?" La respuesta podría ser: "Necesito poseer mucho más conocimiento del producto y más entrenamiento especializado" (CONOCER). De modo que ahora hay el siguiente ciclo completo:

1. Conocer
2. Hacer
3. Obtener
4. Relacionarse
5. Ser

Contenidos vitales:
Estas cinco categorías son descritas como "contenidos vitales", y la combinación personal y el orden en que aparece cada categoría es tu "ciclo de contenidos vitales".
Cuando identificas tu propio ciclo de contenido vital recurrente, probablemente te parecerá correcto y familiar. Es el modo en que vives tu vida, el modo en que consigues lo que deseas, la manera en que expresas tus valores únicos.
Por ejemplo la gente que primero tiene que conocer encontrará que, cuando se omite esa fase (si se la persuade de hacer algo, o de adquirir algo sin la comodidad de conocer todo lo que hay que conocer primero), termina sintiéndose insatisfecho con el resultado.


CONOCERSE UNO MISMO

Ejecutando este ejercicio de contenido vital, descubres mucho sobre ti mismo. Serás capaz de clarificar tus objetivos, no simplemente uno a uno, sino como un conjunto global. Descubrirás qué tipos de metas son importantes para ti y, de esa manera, cuáles de tu lista son factibles que te motiven lo suficiente para alcanzar el éxito definitivo. También descubres qué objetivos intermedios han de realizarse con el fin de que conozcas, hagas, obtengas, seas o te relaciones.
Si TENER es importante, cerciórate de que al final de cualquier actividad tienes algo tangible. Cerciórate de que hay ALGO que proporcionará prueba de tu éxito.
Si no eres feliz con lo que has descubierto sobre ti mismo, al menos ahora sabes en qué necesitas concentrarte.
Si has clarificado tus metas e identificado tu ciclo de contenido vital personal, ya has avanzado un buen trecho hacia obtener lo que deseas. Has comenzado a responder a la pregunta "¿Qué es realmente importante para mí?" Al obtener la respuesta serás capaz de aplicar tu motivación y recursos a obtener lo que de verdad quieres.


ENTRA EN ACCIÓN

Ahora entra en acción. Empieza a convertir en realidad tus pensamientos. Formula la pregunta: "¿Qué tengo que HACER AHORA, para garantizar que mi meta se cumplirá?" Da el primer y más importante paso qué te pondrá en el camino hacia el éxito, comprometiéndote a realizar cada objetivo que te has establecido.

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El proyecto es la búsqueda total de una mejor calidad de vida para los individuos, las sociedades y el planeta.