sábado, 7 de octubre de 2017

Melatonina, Enemigo del Negocio Farmaceutico

La Melatonina es una hormona natural producida por la glándula pineal. Se trata de una molécula inteligente con múltiples funciones en el organismo que actúa de modo selectivo, llevando a cabo sus funciones sólo cuando y donde es necesario.
Su función principal es coordinar los ritmos biológicos, actuando directamente sobre el sueño. Desde el momento en que comienza a disminuir la luz del día, la glándula pineal, que se encuentra en el cerebro, comienza a secretar Melatonina. Esta sustancia prepara el organismo para el sueño y el descanso.


Sin embargo, hoy en día existen numerosos factores muy presentes en la vida moderna que ralentizan o incluso bloquean la producción de Melatonina: la luz eléctrica, los fármacos, las ondas electromagnéticas… Por eso, un poco de Melatonina por las noches, antes de dormir, puede ayudar a aquellos que les cuesta conciliar el sueño a volver a disfrutar de un descanso profundo y reparador.
El sueño inducido por la Melatonina es de gran calidad. Tomada como suplemento tiene la ventaja de no producir dependencias, como sucede en el caso de los psicofármacos.

Prueba a tomar Melatonina si duermes mal, especialmente en los siguientes casos:
• Si te acuestas tarde y te levantas muy temprano.
• Si te despiertas a menudo de noche.
• Si tienes problemas para dormirte.
• Si trabajas por turnos (enfermeros, camareros, pilotos, etc.)

La Melatonina es especialmente eficaz en personas mayores de 45 años que tienen un sueño de mala calidad, y se despiertan a menudo en la noche.

Tomar un suplemento de Melatonina no afecta a la secreción natural de la glándula pineal, ni a corto ni a largo plazo. Además su consumo no crea hábito y, por tanto, no genera dependencia.


Otra ventaja determinante de la Melatonina es que no afecta a la memoria ni a las funciones cognitivas, al contrario que los somníferos y los ansiolíticos.
Pero los beneficios de la Melatonina no acaban aquí, ya que es el antioxidante más potente que se conoce con innumerables implicaciones terapéuticas. Los efectos antioxidantes de la Melatonina son tan potentes que suele denominarse “la hormona de la juventud” y su acción depurativa de radicales libres supera en mucho al de otros antioxidantes como la vitamina E o la vitamina C.

Aproximadamente a los 30 años, la glándula pineal comienza a disminuir la secreción natural de Melatonina en el cuerpo y a partir de los 40 años la reducción es drástica, por lo que los síntomas del envejecimiento empiezan a acelerarse en forma de pérdida de elasticidad en la piel y formación de arrugas.
Las propiedades anti-envejecimiento de la Melatonina son notorias, no solo en la piel sino también en el resto de las articulaciones y en todos los órganos.
Está más que comprobado que la Melatonina mejora la eficiencia de nuestro sistema inmunitario, aumentando nuestras defensas naturales y preservándonos así de las enfermedades en general (gripes, resfriados, etc.) y en particular de aquellas típicas del envejecimiento: cáncer, patologías cardiovasculares y auto-inmunes.

Se ha observado también excelentes resultados como antidepresivos y reguladores emocionales en mujeres menopáusicas.
La Melatonina también ayuda a regular la presión arterial. Además está presente y participa en gran variedad de procesos celulares.

Es una sustancia que no tiene ninguna contraindicación y carece de efectos secundarios. Si el nivel de Melatonina en el organismo es bajo, la suministración exógena sustituye la carencia; si por el contrario el nivel endógeno (ya presente en el organismo) resulta elevado, la suministración ulterior de Melatonina no tiene ningún efecto, ya que el organismo asimila la dosis necesaria, eliminando el resto por la orina.

De todas las formas conocidas de destruir las reservas naturales de Melatonina (sin contar el tabaco y el alcohol), sin duda la más temible es el consumo habitual de ciertos fármacos, y en particular, los somníferos y los ansiolíticos, que los médicos suelen recetar para mejorar el sueño.
De hecho, el 14,3% de la población española consume regularmente medicamentos del grupo de los tranquilizantes y pastillas para dormir, y eso que se aconseja no tomar estos fármacos durante más de un mes. Este porcentaje se incrementa con la edad, y es superior en el sexo femenino. De hecho, el 29% de las mujeres de más de 65 años admiten tomarlos (¡casi un tercio de ellas!), a pesar de que se sospecha que esta familia de fármacos favorece el desarrollo de ciertas enfermedades del sistema nervioso como el alzhéimer. Y más inquietante aún resulta el hecho de que los jóvenes cada vez consuman más este tipo de fármacos.
Desgraciadamente, los somníferos y los ansiolíticos no son los únicos fármacos que destruyen la Melatonina. También lo hacen la aspirina, el ibuprofeno, los betabloqueadores, los antagonistas del calcio, los antiinflamatorios no estereoideos... en total, 75 fármacos que contienen más de 120 sustancias diferentes y que millones de personas de todo el mundo consumen de manera habitual.

En España la Melatonina se vendía libremente hasta que en 1996 el Ministerio de Sanidad decide considerarla un fármaco. Desde este momento cambia la situación, ya que se prohíbe su venta libre, y ha de pasar por largos trámites burocráticos y administrativos que a ningún laboratorio farmacéutico le interesa realizar al no ser patentable y, por ende, ser considerada poco rentable a nivel económico.
Los españoles se ven por tanto obligados a adquirir suplementos de Melatonina en los viajes a EEUU, o bien en Andorra, Gibraltar o Italia, que están más cercanos.
Así llegamos al año 2007, en el que España tiene que aceptar una normativa de la Agencia Europea del Medicamento que permite comercializar un fármaco de Melatonina, fabricado por el único laboratorio que, pese a la carencia de patente, se “arriesga” a poner Melatonina en el mercado. Eso sí, como fármaco se dispensa con receta médica, sólo para problemas de insomnio, y exclusivamente a mayores de 55 años, ignorando el resto de aplicaciones de la Melatonina.
Es extraño que se acepte una Melatonina avalada por un poderoso laboratorio farmacéutico, pero siguan prohibidos el resto de productos de Melatonina que, a pesar de fabricarse en laboratorios farmacéuticos (europeos, como los italianos) burocráticamente son considerados como suplementos.

Y finalmente llegamos a 2009, año en el que los laboratorios italianos deciden, bajo el principio de libre circulación de mercancías, presentar sus suplementos de Melatonina en el mercado español. Presentan toda la documentación acreditativa, la notificación de puesta en el mercado, previa a la comercialización, a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, ateniéndose a la legislación española, muy similar a la italiana. A partir de abril-mayo de 2009, los suplementos de Melatonina volvieron a los estantes de las farmacias y herbolarios españoles. Finalmente parecía reinar la normalidad, se podían comprar en muchos sitios y la Melatonina se expande como cualquier otro producto.

Esta situación de libre comercio no debe haber gustado mucho a los laboratorios farmacéuticos que comercializan el único fármaco a base de Melatonina, que veía que se le escapaba un mercado interesante, máxime cuando su producto a base de Melatonina, 2 mgr exactamente, Melatonina similar a la de cualquier suplemento, pretende comercializarse a más de 40 euros... un precio desorbitado para un suplemento de Melatonina. Imaginaos las ganancias si se tiene el monopolio del mercado.
Así, tras casi un año de libre comercialización, a principio de febrero del 2010, finalmente respuesta del Ministerio: no autorizan la Melatonina como complemento dietético porque consideran que es un fármaco. Y el único fármaco autorizado ya sabemos cuál es.
España dio un paso atrás y, de nuevo, al igual que sucediera en 1996, los españoles han de cruzar fronteras o bien abastecerse a través de Internet.

Aunque parezca increíble, hasta el año pasado la Unión Europea no dió el visto bueno oficialmente a un producto natural para dormir mejor: la Melatonina. En España los complementos alimenticios que contienen Melatonina se han comercializado hasta el momento por aplicación del principio de reconocimiento mutuo al estar legalmente comercializados en Italia, siempre y cuando la dosis fuera inferior a 2 mg diarios, ya que por encima de esa dosis en España tiene consideración de medicamento.
Debido a la revisión de la dosis de Melatonina en complementos alimenticios permitida en Italia, las empresas que comercialicen en España complementos alimenticios con Melatonina deberán adaptar sus productos al nuevo límite establecido para que la dosis máxima diaria esté dentro de los límites de 1 mg de Melatonina al día.

Hoy en día, en Europa la Melatonina se vende sin receta. Se puede encontrar casi en cualquier lugar por internet, en farmacias y hasta en grandes superficies. A pesar de lo que se puede leer en internet, la Melatonina que se comercializa es de origen vegetal.
Lo lamentable del tema es que no se retira un producto en pro de la vigilancia de la salud. Basta saber que la Melatonina se consume en EEUU libremente desde hace 20 años y la consumen cerca de 30 millones de personas, una cifra nada desdeñable sin que se haya producido ninguna alarma sanitaria.
Y volviendo a Europa, en Italia es de venta libre desde hace 10 años sin haberse registrado jamás ninguna incidencia. Se trata exclusivamente de una guerra comercial en la que considerarla fármaco o suplemento juega a favor de unos intereses comerciales u otros, en ningún caso se valora la utilidad para la salud. Se considera de forma exclusiva el “bolsillo” y la presión de la todopoderosa industria farmacéutica.

No es descabellado pensar que aquellos que prohibieron durante años esta sustancia natural sin basarse en ningún argumento científico, a pesar de que los trastornos del sueño afectan a entre un 25 y un 40% de la población (al 30% en España), han cometido una falta grave contra sus ciudadanos.
Llevando las cosas al extremo, un abogado algo malévolo podría acusarlos de:
1. Intoxicar a millones de personas por haberlas obligado a recurrir a somníferos químicos (las benzodiacepinas) que son un verdadero veneno, mientras que la Melatonina es natural y segura.
2. Haber contribuido a vaciar las arcas de la Seguridad Social (y llenar las de los laboratorios farmacéuticos) por su estupidez (¿corrupción?). La Melatonina es muy económica y no está patentada, al contrario que los somníferos industriales, por lo que es mucho más barata.
3. Haber privado a la población de una sustancia natural e inocua, que tiene muchos otros efectos positivos para la salud.

Fuentes:
Datelobueno.com
Salud, Nutrición y Bienestar

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