lunes, 15 de enero de 2024

Riesgo para la Salud de las Turbinas Eólicas


Turbinas eólicas: un riesgo para la salud disfrazado de ecología.

Los estudios lo demuestran: Los aerogeneradores son perjudiciales para la salud. Pero, ¿por qué las autoridades callan y siguen ampliando parques eólicos enteros sin control? El hecho de que el Gobierno alemán haya suprimido la distancia mínima de 1.000 metros a las zonas residenciales y no se ocupe de los peligros de esta tecnología debería hacer reflexionar.

En agosto de 2023, el parlamento del estado federado de Renania del Norte-Westfalia decidió suprimir la distancia mínima entre los aerogeneradores y las zonas residenciales. Con esta medida se pretende fomentar la expansión de la energía verde.

Sin embargo, los residentes que viven cerca de los aerogeneradores llevan años denunciando dolencias como insomnio, problemas cardíacos, ansiedad y depresión. Incluso se han presentado demandas contra los operadores de las turbinas.

Hasta 2014, tanto la industria de la energía eólica como las autoridades alemanas consideraban que el infrasonido de los aerogeneradores era inofensivo. No obstante, en ese mismo año 2014 el ingeniero acústico y científico australiano Steven Cooper ya había reconocido los riesgos para la salud que plantean los aerogeneradores, exponiendo a sujetos de prueba a infrasonidos generados por turbinas eólicas.
Quejas como insomnio, sensación de presión en la cabeza, el oído o el pecho, tinnitus y palpitaciones aparecieron al mismo tiempo que se encendían los aerogeneradores.

La meteoróloga Dra. Eva Wanka también demostró en su estudio de 2005 que los infrasonidos provocan un aumento de las depresiones graves e incluso el suicidio. Utilizando el ejemplo de 1,8 millones de sujetos de prueba en Múnich y sus alrededores, demostró que los infrasonidos triplicaban las misiones de rescate provocadas por depresiones graves e intentos de suicidio.

Aunque existen más estudios y los científicos presionan para que se investiguen con más detalle los riesgos para la salud de los aerogeneradores, se ignoran todos los resultados y -como ocurre ahora en Renania del Norte-Westfalia- incluso se anulan las distancias mínimas a las zonas residenciales.
La situación ha llegado tan lejos que se está rechazando la financiación de propuestas de investigación sobre este tema. No es de extrañar que países que se encuentran entre los mayores operadores de parques eólicos del mundo muestren poca ambición por investigar los riesgos asociados para la salud. En 2019, China había contribuido con un único estudio y Alemania con dos, a pesar de tener la tercera mayor capacidad de generación de energía eólica del mundo.

El Prof. Dr. Ottmar Edenhofer, economista jefe del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, declaró en una entrevista al Neue Zürcher Zeitung:
"Estamos redistribuyendo de facto la riqueza mundial a través de la política climática". Pero si se analizan los hechos, ¿no se trata de mucho más que pura codicia?

La vehemencia con la que se impulsa la política climática recuerda mucho a la época del coronavirus. Incluso en el caso de la llamada "energía verde", la investigación es escasa, faltan datos importantes o incluso se ignoran. Sin embargo, se están prescribiendo medidas dudosas y todo ello sin ninguna consideración por las personas o el medio ambiente. Obviamente, en la política climática también se está aplicando una agenda que no tiene que ver exclusivamente con los intereses económicos, y mucho menos con el bienestar de las personas en el centro.

Autor: de Magdalena E.

fuente: Kla.tv

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