jueves, 24 de septiembre de 2009

Negocios Millonarios

Les propongo una pregunta: ¿Invaden los virus a algún organismo, o es el organismo quién demanda la invasión de los virus?

Aparentemente, la invasión de espacios viene del exterior. Alguien se siente invadido por, y de forma inmediata, una enfermedad donde agentes exteriores intentan exterminar la resistencia del organismo.

Pero, ¿por qué nos dejamos invadir?

Nada de lo que existe en la naturaleza es agresivo, simplemente es compensativo. Si no existe un campo apropiado, en él no podrán vivir los virus ni las bacterias consideradas nocivas.

La pasividad o la incapacidad de reacción ante una invasión de espacios que viene de afuera puede generar cualquier tipo de enfermedad vírica.

Las disfunciones víricas más frecuentes acostumbran a ser agudas y nos afectan, afortunadamente, de una forma ocasional. Son enfermedades de reciclaje, en muchos casos ocasionadas por un exceso de cansancio o por obligarse a realizar actividades a las que el inconsciente se niega.

¿Por qué las gripes acostumbran a acompañar los periodos invernales y son muchísimo menos frecuentes en la época estival?
Quizá la respuesta la tengamos en que en este último periodo la dinámica de trabajo cambia, aparecen las vacaciones, con lo cual la pasividad emotiva del individuo se toma un respiro y su naturaleza se vuelve más expansiva; a ello puede contribuir el clima pero no la alimentación, ya que es precisamente en el verano cuando se cometen los mayores errores alimenticios.

Para enfrentarse a las enfermedades víricas es importante hacerse preguntas muy claras: ¿Por qué me dejo invadir? ¿Por qué me dejo invadir por las ideas de la sociedad en la que no creo? ¿Por qué no soy capaz de desarrollarme a pesar de ...?
Detrás de estas preguntas, acostumbran a aparecer síntomas de comodidad, cansancio y rendición. El sólo hecho de identificarlas representa el primer paso para transformar la derrota en victoria, el sufrimiento en placer y la lucha angustiada en un juego divertido.

Existen muchos negocios que a primera vista parecen nuevos, aunque son tan viejos como el mismo mundo. Son nuevas formas y no tan nuevas de conseguir esas tiras de papel y esas chapas de metal que consideramos tan valiosos y que llamamos dinero.

Los escrúpulos de la gente no existen cuando hay dinero de por medio. Eso puede verse en todas las capas de las sociedades de todo el mundo, pero aún es más lamentable cuando esa falta de escrúpulos se manifiestan en los más poderosos, los que más dinero y poder tienen y aún lo es más si los que fomentan este tipo de negocios sucios estan amparados por los gobiernos más poderosos del mundo, que no son sino el instrumento de los grandes emporios del dinero.

Como muestra no hay más que observar lo fácil que llega a ser condicionar a la población, que en el pasado era local y a lo sumo nacional, pero que en los tiempos actuales se convierte en global, debido a los medios de comunicación que existen en nuesros días. Todos los medios de comunicación se hacen eco de una nueva pandemia, ahora llamada virus H1N1. Hace ya algunos años se hizo con el VIH y parece ser que van a seguir así, no para destruir la raza humana de la Tierra, que también están consiguiendo, sino para llenar sus cuentas bancarias y seguir ampliando las redes de sus empresas a costa del miedo y el control colectivo del mundo.

El método Silva de Control Mental es una pantomima comparada con estos grandes manipuladores de la mente, las emociones y el dinero de la gente que lo único que quiere es vivir en paz en un mundo sano y seguro.

Aún así van a seguir con sus prácticas diabólicas enmascaradas en el bien social de estos lobos disfrazados de corderos o hasta que cada uno de nosotros salga de alienamiento social, algo improbable debido a la mediatización y la ignoracia general.

Nosotros no vamos a ser quienes hagamos cruzada desde aquí, porque ya tenemos nuestra propia cruzada, pero si queremos informar y poner en conocimiento de todo aquel que quiera entender y escuchar, y como ya decía el maestro Jesús, al que llamaban el Cristo: "Quién tenga ojos que vea, quién tenga oidos que oiga".



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Si queremos una sociedad sustentable necesitamos lograr nuevamente el equilibrio entre sociedad, medio ambiente y economía, empezando por el concepto y el diseño de nuestros propios espacios para lograr una mayor convivencia con el medio natural y social, y al mismo tiempo fomentar la autosustentabilidad energética y de alimentos, así como mejorar nuestra calidad de vida con una estética en la vivienda, el buen manejo del agua potable y residual, al igual que el manejo sustentable de los desechos y residuos sólidos que generamos en nuestras casas y hábitats.

Este proyecto nos introduce a un estilo de vida modelo para un mejor futuro y presentar soluciones concretas para enfrentar problemas como la contaminación del agua, el calentamiento global, la erosión del suelo y la pérdida de la biodiversidad y recuperar valores como la armonía entre la estética y la arquitectura, la convivencia y la paz.

El proyecto es la búsqueda total de una mejor calidad de vida para los individuos, las sociedades y el planeta.